El temporal de viento que azota este fin de semana a España se está dejando sentir-y mucho- en el Valle del Ebro. Esta mañana he salido a entrenar desafiando a los elementos. Y es que en Zaragoza los temporales de viento se traducen en una fuerte cierzera de esas que da miedo salir de casa.
Aprovechando la luz del día que me hace falta a ultima hora de la tarde en mis entrenamientos semanales de invierno, esta mañana me he calzado las zapatillas para recorrer una de las rutas de monte que más me gustan en Zaragoza y que discurren por los acantilados de Juslibol, entre la antena de televesión que hay encima del pueblo, el Galacho y el Castillo de Miranda. Nada más salir del Centro Aragonés del Deporte me he dado cuenta de que no había sido una buena idea salir a correr con semejante cierzera ya que en las zonas desprotegidas apenas podía ni andar. Se presagiaba un entrenamiento duro pero cabezota de mi he decidido seguir adelante a pesar de las condiciones tan adversas.
Este recorrido tiene unos 10 km pero acumula unos 400 metros de desnivel debido a las continuas subidas y bajadas que tiene. La ruta tiene tramos técnicamente complicados para hacerlos corriendo, con algunas rampas realmente duras y descensos muy pronunciados. A la dureza del recorrido a habido que sumarle hoy las malas condiciones climatológicas por lo que, aunque no he acumulado muchos kilometros, realmente me he puesto a tono.
La gente se preguntará por qué salimos a entrenar en días como éste. La verdad es que no salen entrenamientos impresionantes en lo que a ritmos se refiere, pero la dureza del recorrido (me han salido medias de casi 6 min/km) sumado a las duras condiciones climatológicas, sirve para acostumbrar a tu organismo a esfuerzos moderados.
Se está acabando el mes de enero y con él el primer mes del año de entrenamientos. Me lo estoy planteando como una toma de contacto para ir poniendo la máquina a tono, sin realizar grandes tiradas y sin acumular excesivos kilometros que ya habrá tiempo castigar el cuerpo cuando haya más horas de luz y mejor climatología. La climatología ha sido precisamente la nota característica de este primer mes de entrenamientos. Este mes ha sido muy, pero que muy frio. Me ha tocado salir muchos días con varios grados negativos, bajo una intensa nevada, abrir huella en la nieve en el camino que sube a la Plana (impresionante el paisaje que había ese día), con mucha niebla y, sobretodo, frente al temido cierzo. La verdad es que muchos días apetecía quedarse en casa pero la constancia es la clave del corredor del fondo.
De momento no me puedo quejar de las sensaciones de estos días ya que no me estoy viendo tan mal como pensaba tras el mes pasado de inactividad casi absoluta. Supongo que conforme pasen las semanas me iré encontrando más fuerte.
Espero que a vosotros no se os haya llevado hoy el viento.......