DE LA PLAZA DEL PILAR A LA ERMITA DE SAN JORGE DE HUESCA BAJO LA LUZ DE LA LUNA LLENA
*¿QUÉ ES LA JORGEADA?. La Jorgeada es una andada popular que consiste simple y llanamente en recorrer los 75km que separan la Plaza del Pilar de Zaragoza de la Ermita de San Jorge de Huesca. Se realiza la noche del 22 al 23 de abril, coincidiendo con la festividad de San Jorge, el patrón de Aragón. Esta andada, organizada por la asociación deportiva OS ANDARINES D´ARAGON, junto con la Calcenada, es el buque insignia del calendario anual de actividades senderistas de la Federación Aragonesa de Montañismo, y su éxito es tal que ya va por su décimo quinta edición.
En el 2010, Alfonso García y José María Sanz abrieron la veda y fueron los primeros que la realizaron íntegramente corriendo. A partir de ese momento, fueron cada vez más las personas que intentaban hacer corriendo este recorrido hasta que la organización optó por crear una modalidad de cross paralela a la marcha senderista en la que los corredores salían 2 horas después que los senderistas.
La Jorgeada siempre me había llamado la atención y, al menos, la quería hacer una vez en la vida. La tenía fijada desde hace tiempo en el punto de mira. Este año, cuando diseñé la temporada, me encajaba estupendamente para hacerla justo después de Ultra Les Fonts, tendría un mes para recuperarme del esfuerzo y llevaría el entrenamiento sufiente para afrontar la distancia. Lo que no me molaba mucho era el recorrido, pero como aragonés y deportista que soy, creo que la experiencia de hacer una vez en la vida esta prueba, compensaba con creces el esfuerzo que suponía. Además, este año coincidía con luna llena, lo que prometía todo un espectáculo si la noche salía rasa y estrellada.
Pero no sólo eso, cuando se lo comenté a Marta hace unos meses, me dijo que a ella no le importaría intentar hacerla andando, se lo comentó a una amiga y picó. Todo esto hacía que la Jorgeada fuera este año muy especial para mi, llegar a Huesca corriendo era muy importante, pero esperar horas después la llegada de Marta, en su primera experiencia en largas distancias, sin duda alguna era algo que no me quería perder por nada del mundo.
Noche rasa y estrellada bajo la luz de la luna llena es lo que tuvimos en la Jorgeada de este año.
*CONTRA VIENTO Y MAREA. Así tenía mi pie izquierdo a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa. Ultra Les Fonts había pasado factura y, aunque terminé muy bien y sin molestias aparentes, y aunque estuve la semana de después entera descansando, la vuelta a los entrenos fue a saco y a los pocos días me llevaba a casa de regalo una tendinitis en el tibial anterior del pie izquierdo. Lesión por sobrecarga, la causas estaban claras. La muy hija de.......era una lesión silenciosa, de esas que están ahí agazapadas y no te das cuenta, pero que cuando se manifiestan,te dejan crujido durante unos cuántos días. En mi caso concreto tres semanas y con una terapia de recuperación clara y concisa: inmovilización con vendaje compresivo los primeros días,y después hielo y reposo absoluto durante 3 semanas.
Las cuentas no me salían, la lesión me
dejaba en el dique seco justo hasta la Jorgeada. Si hacía las cosas
bien, me daría tiempo a recuperarme, pero el traumatólogo me lo dejó
claro: la vuelta a los ruedos tendría que ser suave y progresiva. Buf,
qué faena.!!!!!!!!
Pero la máquina de
la Jorgea ya estaba en marcha, yo no desesperé, guardé reposo absoluto,
y la semana de antes de la prueba, cuando ya noté mejorias notables en el pie, hice un par de rodajes con los amigos, que me sirvieron para subir la moral y para darme cuenta que, por lo menos, tendría la oportunidad de intentarlo. Asi que recién salido de una tendinitis, me iba a enfrentar a una Ultra de 75km. Tengo que reconocer que los días de antes no daba un duro por mi, era consciente de mis limitaciones, estaba mermado físicamente y bajo de forma tras tantos días parado. Pero no me quería quedar con la duda de si iba a poder conseguirlo y la única manera de saberlo era intentarlo.
El equipo al completo en la línea de salida de la Plaza del Pilar de Zaragoza, ellas irán andando y yo corriendo.
Pero aun hubo más contratiempos. El día de la carrera fue día de curro y la alimentación que llevé fue un completo desastre. Además, para mitigar el sueño de la noche me tomé 2 cafés por la tarde, una bebida a la que no estoy acostumbrado, que sumados al ibuprofeno que también tomé justo antes de salida para poder aguantar el dolor del pie, hizo que en la línea de salida ya tuviese en el estomágo una rebocina importante. Ay, el estomágo, mi punto débil en los grandes esfuerzos, y ya lo llevaba como un piano antes de la salida.......
Buena grupeta con la que me junté y que me llevaron a fuego en el primer tramo de la Jorgeada, qué fuertes estáis amigos!!!!
*EN LA ULTRADISTANCIA, NO HAY ENEMIGO FÁCIL. A las 10 bajo a despedir a las chicas a la Plaza del Pilar, ellas salen andando 2h antes. Después a casa a ponerme el traje de luces, qué larga se me hizo la espera, estaba muy nervioso y tenía muchísimas dudas, pero me sentía vivo y con ganas de darlo todo.
A las 12 estamos todos los corredores bajo el arco de salida, unos 50 más o menos, muchas caras conocidas del mundo de la Ultra Distancia en Zaragoza, tampoco somos tantos y nos conocemos de las carreras y de los entrenos. Saludo también a Javier, un tío peculiar que conocí una vez entrenando en Juslibol y que me pasó el contacto de su blog: apostayadrede (pinchad aquí para verlo). Muchos de los entrenos severos y de larga distancia que me he pegado en los alrededores de Zaragoza (el Castellar, Fuendetodos, el Anillo Verde, Torrecilla de Valmadrid...etc), los he copiado de este blog; aún me queda la Balsa de Mediano, pero todo llegará Javier.....ja,ja,ja.
Para la Jorgeada, dado mi estado físico, he decidido ir por sensaciones, cuando pueda correr, correré e intentaré avanzar todo lo que pueda, y cuando no pueda correr, iré andando, y así hasta Huesca, si soy capaz claro.........
Los primeros kilómetros hasta Villanueva de Gállego los hago con una
grupeta de la que tiran los chicos de Andadaeh y que hacemos a un ritmo
suicida, de maratón de asfalto, sobre 5min/kim y en algunos incluso
menos. Sé que me estoy suicidando pero voy por sensanciones, el cuerpo
me pide correr y el pie aguanta, así que intentaré avanzar todo lo que
pueda. En Villanueva de Gállego primer avituallamiento de chocolate, a
mi no me gusta, pero es una bebida caliente y la noche es fria, asi que
sin parar, me tomo medio vaso para templarme y salgo el primero de toda
la grupeta que íbamos.
El avituallamiento de la panceta de Almudevar. Aquí llegué muerto y salí vivo.
Nada más salir de Villanueva intercepto el pelotón de los andarines y pillo a Marta y a María. Buf, demasiado pronto, las tendría que haber pillado más adelante ,y encima me confirman que voy el sexto de los corredores, otra mala noticia. Me paro un rato a andar con ellas, para darles ánimos y dejo que me adelante la grupeta con la que iba y otros corredores más. Espero que sus luces se pierdan en la distancia para despedirme de las chicas y continuar mi camino. Quiero jugar yo sólo y a mi ritmo esta partida de ajedrez y de momento estoy moviendo mal las piezas.
Me cuesta horrores arrancar y pillar mi ritmo, estos primeros 15km han sido suicidas y llevo cargadas las piernas.Por suerte el tramo entre Villanueva de Gállego y Zuera, paralelo a la antigua carretera, tiene numerosos toboganes en los que puedo andar un poco en las subidas y tras unos kilómetros consigo poner una velocidad de crucero adecuada en torno a 6min/km que me permite recuperarme un poco del primer tramo.
Por fin llegamos a Zuera, 25km, el primer tramo superado y primer avituallamiento clave de la Jorgeada. Llevo las piernas tan cargadas que tengo dedicar unos minutos a hacer estiramientos en los soleos y los cuadriceps. Salgo de Zuera a las 2 y media de la mañana, voy demasiado rápido!!!!!
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El que puede, puede, por que piensa que puede.
El tramo entre Zuera y Almudevar es clave en la Jorgeada. Si eres capaz de llegar a Almudevar, tendrás media Jorgeada en el bolsillo pero para ello es muy importante que la larga recta que precede a Almudevar la hagas de noche, para evitar la tortura psicológica de ver de día el pueblo a lo lejos y no llegar nunca.
En este tramo empiezan de verdad mis males. El estomágo va como un piano, las piernas muy cargadas del esfuerzo del primer tramo y la zona lesionada ha pasado de tener molestias a dolerme. Y es aquí dónde me doy cuenta que la Jorgeada no va a ser un juego de niños. Cuando diseñé la temporada, esta Ultra me parecía fácil, era llana,no tenía excesivos kilómetros, no me iba a tocar atravesar desiertos, ni montañas nevadas, ni el perfil iba a tope de desnivel. ¿Y qué iba a ser esta carrera para mi con todas las actividades que me estoy clavando estos últimos años?. La respuesta clara y concisa: una penitencia y una Ultra que ha puesto a prueba como ninguna. Y es que en la Ultradistancia no hay enemigo fácil. Hasta ahora todas las Ultras que había hecho tenían fuertes desniveles que me obligaban a andar en muchos tramos y a cambiar constantemente la cadencia de mi pisada. Aquí no, todo es corrible, y 75km corriendo por pistas de tierra y algo de asfalto, son muchos kilómetros corriendo, los suficientes para que esta distancia se te lleve literalmente por delante.
Entre el km. 48 y el 56 sufrí una crisis importante, y para superarla tuve que desplegar todas las armas de las que disponía, tirar de oficio y experiencia, y utilizar todo lo aprendido en estos años. Sabía a lo que venía y no me pilló desprevenido, de hecho era el momento para el que me había preparado tanto durante todos estos meses, en Ultra Les Fonts no pasé por ninguno de estas fases, pero hoy sí que estaba de lleno en una de ellas y tenía que tirar hacia adelante. Y no sólo que continué hacia adelante sino que lo hice corriendo sin pararme prácticamente a andar en ningún momento.
En el km. 56 el avituallamiento clave de Almudevar con bocadillo de panceta a la brasa. Llegué muerto a este avituallamiento y minutos después salí vivo, y eso que no me pude comer el bocadillo, ya que llevaba el estómago completamente cerrado. Volvía a estar dentro de la Jorgeada y ahora sí que me veía capaz de llegar a Huesca.
Día redondo, todo el equipo al completo con la Jorgeada en el bolsillo.
De Almudevar a Huesca "sólo" 19 km.Cambia el terreno, dejamos las largas rectas interminables por pistas de tierra y avanzamos por la famosa cabañera, un sendero muy guapo en medio de campos de cultivo. También llega el amanecer. El amanecer de la Jorgeada es casi místico, el sol aparece por detrás de la Sierra de Guara, mi niña bonita, para mi un lujo terminar los últimos kilómetros de esta Ultra con la imponente visión de las montañas de la Sierra de Guara sobre la ciudad de Huesca. Voy jodido pero mientras avanzo no puedo dejar de mirar esas montañas, y de recordar las largas cabalgadas que me he pegado este invierno por ellas, esos entrenos son los culpables de que esté aquí ahora.
Y así, con más pena que gloría, llegué a la ciudad de Huesca a las 9 y cuarto de la mañana. Estoy derrengado físicamente, habré hecho corriendo unos 69 km de los 75 que tiene la Jorgeada, pero es imposible estar más contento. Es la Ultra que más esfuerzo me ha costado y la que más me ha puesto contra las cuerdas. No daba un duro por mi antes de la salida, entre Zuera y Almudevar estuve casi muerto, y ahora estoy aquí, bajo la Ermita de San Jorge de Huesca en el día del patrón de mi tierra.Una experiencia increible que me ha enseñado muchas cosas, sin duda alguna lo que aprendí esa noche seguro que lo utilizaré más adelante cuando esté metido en fregados más gordos. Es increible lo que uno es capaz de hacer cuando se lo propone.
Pero lo mejor todavía estaba por llegar. Unas cuántas horas después, Marta, de la mano de María, llegaba a Huesca con una sonrisa de oreja a oreja. La Jorgeada es un esfuerzo tremendo y hay que tener mucha fuerza de voluntad para acabarla. Olé por mi chica, y olé por todo el equipo, día redondo, qué más se puede pedir...........