EXCURSION CON RAQUETAS AL CIRCO DE LESCUN
Marta remontando con las raquetas por el fondo del bosque hacia el Circo de Ansabere.
Voy a comenzar esta actualización con una pequeña confesión. Sí, a mis años, con la cantidad de actividad que he realizado y la cantidad de montañas y valles que he recorrido por el Pirineo, y aún no conocía el Circo de Lescun. Este sitio era un gran asignatura que tenía pendiente y el domingo pasado por fin pude conocerlo.
El Circo de Lescun se localiza en el corazón de los Pirineos Atlánticos, en la vertiente francesa del Valle del Aspe. Lo constituye un conjunto de montañas y agujas muy definidas surcadas por numerosas vías de escalada. A diferencia del resto de la cordillera pirenaica, cuyos macizos montañosos están formados mayoritariamente por largos cresterios, aquí las montañas están muy individualizadas y destacan de forma muy relevante sobre el fondo del valle, Esto ha provocado que el Circo de Lescun haya sido definido por muchos como los "Dolomitas" de los Pirineos.
El impresionante paisaje "dolomítico" que rodea a la población de Lescun, un sitio único en los Pirineos.
Para contemplar este soberbio conjunto de montañas no hace falta darse un largo pateo ni ser un consumado montañero, ya que estas montañas son muy accesibles y se alzan en las inmediaciones de Lescun, una pequeña población del pirineo francés ubicada a tan solo mil metros de altitud. Vamos, que los vecinos de este pueblo pueden contemplar este maravilloso telón de montañas desde las ventanas de sus casas.
La impresionante mole del Grand Billare.
Entre estas montañas y el pueblo, encontraremos bosques de hayas alternando con zonas de pastizales dónde pastan las cabras y las ovejas, constituyendo todo el conjunto un paisaje idílico y espectácular que parece sacado del corazón de los Alpes. Sin duda alguna, estamos ante uno de los sitios más bonitos de los Pirineos, de ahí el interés que tenía por visitar este sitio.
El Grand Billare y el Dec de Lhurs vistos desde la carretera, habrá que venir a conocer estas montañas.
El domingo pasado era el único día daban bueno los de la meteo después de muchos días de mal tiempo. Y el único también que sería bueno en los próximos días. Entre medio, un temporal que había dejado el día anterior lluvias muy intensas en cotas bajas y el riesgo de aludes disparado.
Nos apetecía tranquilidad, sacar las raquetas de nieve y conocer sitios nuevos, asi que buscamos rutas diferentes fuera de las aglomeraciones de las estaciones de ski españolas, que prevemos que estarán petadas al ser el único día bueno en muchos días. Los pasos fronterizos del pirineo aragonés estaban cerrados por riesgo de aludes, pero nos aprovechamos del Túnel del Somport, al que no le afectan los aludes, para asomar el morro por la vertiente norte y ver cómo estaban las condiciones en el lado francés.
Antes de llegar a Lescun, la nieve ha desaparecido por las fuertes lluvias del día anterior. Los ríos del valle están a punto de desbordarse ya que a las fuertes lluvias se han unido los deshielos. Vaya, a lo mejor pringamos pero no hay que desmoralizarse, esta carretera baja a cotas muy bajas y con lo que ha llovido es normal que no haya nieve Tras el desvío a Lescun comenzamos a subir y aparece la nieve, aunque está en el fondo del circo. La bonita localidad de Lescun está surcada por numerosas pistas, alguna de ellas asfaltada, por lo que es un poco complejo orientarse. Menos mal que los sitios más frecuentados están señalizados con carteles, nosotros vamos al Circo de Ansabere, asi que dejaremos el coche en el aparcamiento de Masousa.
Aunque aún estamos bajos, la nieve ya ha hecho acto de presencia. Nosotros tenemos que subir hasta el aparcamiento de Pont Lamary, en invierno con skis o raquetas. Desde el coche ya podemos ver el paisaje soberbio que asoma al fondo del circo.
Andamos un poco pero enseguida calzamos las raquetas. En cuanto subimos un poco aumenta de forma notable la innivación. Salvo una pareja de franceses que va por delante nuestro y haciendo la misma ruta, estamos completamente solos, justo lo que estábamos buscando.
Aquí todo es majestuoso. Lo que nos rodea son montañas que apenas superan los 2.200m de altitud pero son tan esbeltas y escarpadas que parece que sean mucho más grandes.
En el primer tramo de la ruta, las Agujas de Ansabere, las verdaderas protagonistas de esta excursión, se hacen perfectamente visibles por encima del bosque.
Las Agujas de Ansabere desde el fondo del valle.
En Pont Lamary ya hay un paquete de nieve importante. A pesar de llevar a dos chicos por delante, nos toca abrir algo de huella.
A partir de aquí la ruta alterna zonas abiertas entre pastizales cubiertos por una inmaculada capa de nieve y zonas que van por el medio del bosque de hayas.
Y continuamente tendremos a la esbelta figura de las Agujas de Ansabere que nos servirán como referencia respecto a la ruta a seguir ya que nos dirijimos a su base.
Los tramos que van por dentro del bosque de hayas son muy bonitos.
Qué gustico da recorrer estos bosques de hayas en invierno y más si estás solo como en ese día.
Un poco más arriba nos encontramos con la primera sorpresa del día. Los restos del frente de un enorme alud de nieve que ha bajado hasta el fondo del valle. Las 48h anteriores había aviso de fuerte riesgo de aludes por la subida de temperaturas y las fuertes lluvias. Se esperaban numerosas purgas naturales. En un principio no me sorprende, lo que sí que me preocupa es que esta avalancha no ha seguido la típica trayectoria de un canal de aludes que normalmente están despejados de vegetación por las frecuentes avalanchas. En este caso, se ha llevado por delante un tramo de bosque entero, lo que indica que ha sido una avalancha excepcional. Además ha tenido una trayectoria muy larga desmoronándose hasta el fondo del valle.
Jodo la que ha caido aquí.
En un principio decidimos continuar lo que nos obliga a atravesar el frente de alud por enormes bloques de nieve y hielo y restos de ramas y troncos de los árboles que se ha llevado por delante la avalancha. Es un paso incómodo y algo trabajoso. A Marta, que no está acostumbrada a ver esto, se le ha cambiado la cara. ¿Seguro que tenemos que pasar por aquí?.
Atravesando los bloques de nieve del frente de la avalancha.
En la siguiente foto podéis ver el frente del alud y cómo ha arrasado este tramo del bosque. Ante avalanchas de estas dimensiones no se puede hacer nada, lo mejor es que no te pillen.
El frente del alud se ha llevado por delante este tramo del bosque.
Tras pasar este tramo incómodo y delicado se vuelve a abrir el bosque y llegamos a un gran plateu desde dónde podemos contemplar en todo su esplendor el paisaje invernal de alta montaña que nos muestran las Agujas de Ansabere.
El Pirineo bonito: frente a las Agujas de Ansabere.
Espectacular, cuánto había oido hablar de este sitio. Este paisaje de postal es de lo más bonito que podemos encontrar en los Pirineos.
Preciosa estampa de las Agujas Ansabere en invierno, uno de los sitios más bonitos de los Pirineos.
Sin embargo, después de pasar el primer alud, yo ya voy con todos los sentidos alerta. En esta zona abierta desembocan numerosos canales que vienen de la zona alta de la montaña y, visto lo que hemos encontrado antes, aquí puede que estemos expuestos a avalanchas que vengan de más arriba. Un poco más adelante se confirman mis sospechas, ya que encontramos los restos de un enorme alud que ha seguido la trayectoria de una de estas canales y ha bajado al fondo del valle desde muy arriba. Esta avalancha sí que impresiona, es de dimensiones notables.
El sitio es muy bonito y nos apetecía continuar pero nuestra seguridad es lo primero y, aunque la montaña ha purgado bastante de forma natural, decidimos darnos la vuelta. En las laderas de las montañas que están por encima de nosotros, se pueden apreciar con claridad enormes placas de viento. Entre estas laderas y nosotros hay un bosque que nos debería proteger y que indica que hasta aquí no descienden los aludes normalmente, pero visto que la avalancha anterior rompía todas estas reglas y que estos enormes aluedes han caido desde muy arriba, decidimos darnos la vuelta. Los chicos que llevamos delante se han detenido en el mismo sitio que nosotros.
Esta avalancha es de las que acojonan, y encima ha venido de muy arriba, nos entra la risa y nos damos la vuelta.
Aun así volvemos al coche con unas sensaciones inmejorables. Hemos disfrutado prácticamente sólos de un paisaje invernal único, de lo más bonito que hay en los Pirineos, la verdad es que nos ha impresionado bastante. Además esta ruta sigue el fondo del valle y apenas tiene desniveles apreciables, digamos que es un paraiso para las raquetas de nieve.
Me despido de Lescun con un "hasta pronto", mirando de reojo todas estas espectaculares montañas. Más pronto que tarde vendremos aquí a tachar estas cumbres, y sino al tiempo.
Contemplando por ultima vez la preciosa postal invernal que tengo detrás, por fin he podido venir a visitar este sitio del que tanto había oido hablar.