LOS EREMITORIOS RUPESTRES DEL FONDO DEL EMBALSE DE VADIELLO.
Las Cuevas de la Reina salen a la luz con el nivel del embalse de Vadiello muy bajo.
Las CUEVAS DE LA REINA, seguramente muchos de vosotros no habéis oido hablar nunca de ellas. Los que sois barranquistas y asidúos a la Sierra de Guara es posible que os suenen un poco más, sobretodo por el barranco del mismo nombre que desciende a las aguas del Embalse de Vadiello por la los acantilados de la PEÑA DE SAN COSME.
Hace un par de días me fuí a dar un "paseo" de los míos por la Sierra de Guara. El coche lo dejé en Vadiello y pillé la "Senda de los Carboneros" con la intención de hacer la travesía Vadiello-Nocito (si tengo tiempo y ganas, actualizaré esta actividad en el blog). El inicio de la senda va paralelo al embalse y este año los pantanos de la Sierra de Guara van bajo mínimos, asi que en cuanto rodeé la cola del pantano, mi vista no se podía apartar de la base de la Peña San Cosme, sabía que allí estaban lo que se conocía antes de la construcción del pantano como los "Estrechos del Palomar" y, en una orilla de los estrechos, las Cuevas de la Reina. Y sí, allí estaban, el nivel del pantano era lo suficientemente bajo como para mostrarme este rincón desaparecido de la Sierra de Guara que voy a intentar recuperar en este entrada.
Peña San Cosme y ubicación de los barrancos que hay abiertos, ahora prohibidos por la normativa del parque. El de las Cuevas de la Reina cae muy cerca de dónde se ubicaban las cuevas.
El entorno de Vadiello se caracteriza por las enormes moles de conglomerado de las Peñas San Cosme, los Mallos de Ligüerri, los Mallos de Aliana y la Peña Foratata. En estas paredes de conglomerado el agua ha excavado barrancos verticales de cauce estrictamente torrencial que desafían las leyes de la gravedad. Pero no todo es conglomerado ni barrancos secos y verticales, en Vadiello, el río Guatizalema ha excavado una formidable garganta y lo hace abriéndose paso entre la caliza entre los Picos de Borón y de Fragineto. El conjunto forma un extraordinario paisaje de mallos, abrigos y barrancos, alterado hace unas décadas por la construcción del Embalse de Vadiello.
Esta zona destaca por su concentración de ermitas rupestres. El conglomerado es una roca propicia para la formación de abrigos, cuevas y viseras y aquí los encontramos a decenas. En estas cuevas, los eremitas del pasado encontraron el aislamiento necesario para su vida de retiro espiritual. Y gracias a esto, en Vadiello tenemos un extraordinario conjunto de ermitas rupestres.
Destaca por encima de todas la ERMITA DE SAN COSME Y SAN DAMIAN, uno de los principales santuarios rupestres de toda la Sierra de Guara. Ubicada en el paraje conocido como Valle de las Ermitas, a los pies de la Peña San Cosme y junto a la surgencias de la FuenSanta, es un paraje en dónde se dan la mano las tradiciones y los cultos paganos y cristianos. La construcción data del S.XVII y actualmente es propiedad de los Duques de Villahermosa y el Conde Guara. Su acceso está restringido aunque aún podemos visitarla en las diferentes romerias que celebran a lo largo del año los pueblos y localidades que le rinden culto.
El Valle de las Ermitas y la Ermita de San Cosme y San Damián.
Emplazamiento de la Ermita de San Cosme y San Damián bajo las paredes de la Peña San Cosme.
Menos conocida, mucho más sencilla pero no por ello menos interesante, es la ERMITA DE SAN CHINÉS. Se ubica en una balma que hay en la base de la Peña Foratata, en la cabecera del Barranco del Isarre. Es un paraje salvaje y su aislamiento es total, es increible que en el pasado aquí pudieran vivir personas, aunque fuera sólo un tiempo. El acceso lo haremos por la pista forestal que sale detrás del Refugio de Peña Guara en Vadiello, primero por pista y luego por senda.
Poco se sabe de esta ermita de la que sólo quedan sus restos. Los vecinos de Santa Eulalia la Mayor afirman que la cueva se mantuvo como ermita, con talla de su titular, hasta principios del S.XX. Después se abandonó completamente y fue utilizada como refugio en la Guerra Civil, para ser convertida finalmente en refugio para el ganado. En la actualidad se conserva el muro de cierre en el que aún se aprecia un incipiente ábside, elmento infrecuente y excepcional entre las ermitas rupestres del Alto Aragón.
Ermita de San Chinés.
Hasta aquí los santuarios rupestres de Vadiello que todo el mundo conoce. Pero había más y desde hace décadas se encuentran sumergidos bajo las aguas del pantano de Vadiello, sólo en periodos de sequía prolongados, como el que sufrimos ahora, en los que el nivel del pantano baja ostensiblemente, pueden ser contempladas de nuevo. Me estoy refiriendo a los Estrechos del Palomar y las Cuevas de la Reina.
En la siguiente fotografía, tomada hace un par de días, podéis apreciar emergidas de entre las aguas las Cuevas de la Reina. Estas cavidades, utilizadas en el pasado como ermita y refugio rupestre, se ubicaban en la margen izquierda de los Estrechos del Palomar, en los acantilados de la Peña de San Cosme, justo en el estrangulamiento que formaba el río Guatizalama al abrirse paso entre las moles de los Picos del Borón y del Fragineto.
Los Estrechos del Palomar y las Cuevas de la Reina vistas en la actualidad con el nivel del pantano bajo. Comparad esta imágen con la siguiente fotografía.
En la guía de "Los Cañones de la Sierra de Guara" publicada por Pierre Minivielle en el año 1976 se reproduce una imágen tomada por J. Nogués en la que se puede ver como eran los Estrechos del Palomar y las Cuevas de la Reina antes de la construcción del Embalse de Vadiello. Reproduzco a continuación la fotografía histórica de este libro para compararla con la anterior, tomada por mi hace dos días más o menos desde el mismo sitio. Mismos parajes, décadas de diferencia y un paisaje alterado denitivamente por las aguas del Embalse de Vadiello.
En la imágen se puede ver cómo eran los Estrechos de Palomar que serían muy semejantes en configuración y geología a los Estrechos del Balced. En el margen izquierdo y a bastantes metros de desnivel por encima del nivel del río, se encontraban los abrigos de las Cuevas de la Reina, cuyo acceso no tendría que ser sencillo y seguramente se haría trepando a través de alguna senda imposible. Desconozco si sería necesario introducirse en las aguas del Guatizalema para acceder a las cuevas pero a la vista de la fotografía, parace ser que sí. Como podéis ver, el emplazamiento de estas ermitas rupestres era muy complejo y su aislamiento total y absoluto.
Los Estrechos del Palomar fueron visitados por Lucien Briet a principios del S.XX el cuál ya apuntó que podían ser descendidos con ayuda de barcas. En realidad eran muy conocidos por pescadores y montañeros de la ciudad de Huesca, en los anuarios del club Peña Guara de los años 50-60 hay referencias en las que se indicaban que ya eran descendidos en aquellos años por lo que probablemente éste sea el primer barrranco que se descendió en España.
Asi eran los Estrechos del Palomar y las Cuevas de la Reina antes de la construcción del embalse. Fijaros lo altas que estaban los cuevas sobre el nivel del río. (fuente: Los Cañones de la Sierra de Guara-Pierre Minivielle).
En la siguiente fotografía, tomada con el zoom de mi cámara, se puede ver el abrigo principal de las Cuevas de la Reina, se ve a la derecha del mismo un muro de cierre. Probablemente, éste sería el espacio dedicado a la iglesia. A la izquierda de la gran cueva, se puede ver otro orificio de sección ojival cerrado por otro muro, tal vez este espacio fuera destinado a celda o ergástulo para la persona o personas que hicieron retiro espiritual en este sitio.
Las Cuevas de la Reina vistas en la actualidad con el nivel del pantano bajo.
Las únicas imágenes de las Cuevas de la Reina que he visto hasta ahora se encuentran publicadas en el libro de "Lugares mágicos del Alto Aragón" de Adolfo Castán, publicado por Ediciones del Alto Aragón, S.A, en el año 2000. Me he tomado la licencia de escanear estas imágenes y publicarlas en mi blog, espero que no recaigan sobre mi los derechos de autor de este libro, en todo caso que quede claro la procedencia de estas imágenes.
Eduardo Castán formaba parte del Grupo de Investigaciones Espeleológicas del club Peña Guara, el cuál, durante la década de los 70 prospectaron intensivamente la Sierra de Guara. Estas imágenes forman parte de una de estas jornadas de prospección, en las que también se encontraron el nivel del embalse muy bajo y accedieron a la base de la cuevas en barca o nadando. En las dos siguientes fotografías se puede ver cómo es la cueva principal, posiblemente destinada a templo o iglesia, y el ergástulo destinado a celda que hay junto a las cuevas.
La cueva principal (fuente: Lugares mágicos del Alto Aragón-Adolfo Castán).
Reproduzco literalmente por su valor testimonial la descripción que hace el autor de las cuevas:
"Los abrigos de la Reina minaron una pantalla de pudingas a 30m del nivel de base del Guatizalema, dando la cara a los Mallos de Ligüerre. Orientadas al oeste, para acceder a ellas era necesario escalar artificialmente una erguida pared sin fisuras.
La cueva en realidad es una incisión horizontal de unos 40m de longiturd, 15m de expansión, y media docena de metros de altura máxima. El suelo es bastante plano, con vergencia hacia la boca. La perforación no es uniforme, fraccionada naturalmente en 4 giros de compás consecutivos.
Lo interesante se encuentra en el compartimento de la esquina meriodional, dón un muro de cierre de unos 10-12 metros de longitud pudo taponar la boca, unido a otro perpendicular que corría a su encuentro por el costado septentrional. Del último sólo perduran los arranques, y el primero entre 0,80-1,20m de crecimiento.
Al norte, fuera de este alargado covacho, se singulariza una pequeña celda, externamente identificada por dos aberturas en forma de ocho a niveles superpuestos, ojos naturales que transportaban luz a dos encongidos pisos, disformes en los topes y de suelo rizado y caido hacia el centro......"
El ergástulo anexo a las cuevas (fuente: Lugares mágicos del Alto Aragón-Adolfo Castán).
Las Cuevas de la Reina han permanecido durante todos estos años en el olvido; sin embargo, este topónimo es conocido entre los barranquistas asiduos a la Sierra de Guara. El 11 de febrero de 1990, F. Biarge, E. Salamero, R. Bitrian y X. Michelena abrian la enorme incisión abierta en la roca de los acantilados de la Peña San Cosme y que caía directamente al Embalse de Vadiello, cerca de dónde se encontraban las Cuevas de la Reina, por ello, decidieron bautizar el barranco con este nombre.
Es posible que en todos estos años los barranquistas que han bajado este barranco y que han tenido que salir nadando por las aguas del Embalse de Vadiello se hayan topado con las bocas de estas cuevas cuando el pantano estuviese con niveles bajos, asi que problamente alguno más haya entrado dentro de las cueva. En todo caso, esto tampoco será posible en el futuro, la nueva normativa del Parque Natural de la Sierra de Guara, actualizada este año, ha prohibido de forma tajante el descenso de este barranco. A mi se me ha escapado este descenso, lo tenía en el punto de mira desde hace tiempo, pero me daba mucha pereza nadar en el embalse los casi 500m de ida y otros tantos a la vuelta que hacían falta para acceder al barranco...........ahora me arrepiento.
Y con esta entrada, divulgo otro paraje de la Sierra de Guara que había caido en el olvido bajo las aguas de otro pantano. Nunca había podido contemplar en persona las Cuevas de la Reina, y aunque fuera desde la orilla de enfrente y con las aguas del pantano alterando el paisaje, durante unos minutos pude hacerme una idea de cómo eran estas cuevas y los Estrechos del Palomar antes de la construcción del embalse.