A principios del S.XX, practicamente casi todas las principales cumbres de los Pirineos habían sido ascendidas. Cuando Jean Arlaud nació en 1896, las generaciones de pirineistas precedentes habían coronado, en un proceso de busqueda y exploración que se prolongó durante todo el S.XIX, las cumbres más altas de la cordillera. La primera etapa de la exploración de los Pirineos había sido culminada y ahora comenzaba una nueva etapa en la que iba a brillar con luz propia este jóven pirineista.
Esta nueva generación introduce en los Pirineos un nuevo concepto revolucionario en el modo de ascender montañas. Para estos jóvenes entusiastas, la cumbre de una montaña no es el objetivo prioritario, sino el modo y el itinerario seguido para llegar a lo más alto. Sus predecesores se encargaron de coronar cumbres vírgenes por sus itinerarios más sencillos. Ellos subían a las mismas cumbres pero buscando itinerarios directos en los que la lógica, la dificultad y la estética de los mismos primase sobre cualquier cosa.
Jean Arlaud en su medio favorito: la montaña.
En este aspecto, los Pirineos eran vírgenes en lo que a itinerarios de dificultad se refiere. Su único predecesor había sido el mítico guía de Gavarnie, Celestin Passet, un adelantado de su tiempo que había escalado líneas maestras como el Coloir de Gaube en el Vignemale en 1889 o la Cara Norte de Monte Perdido.
Jean Arlaud será autor de numerosas primeras ascensiones entre las que cabría destacar como las más relevantes la Aguja Agarot en la Cresta de LLosas (1920), la Cresta de Salenques en 1922, intento al Corredor de Gaube en 1927, los Seracs del Petit Vignemale en 1928, la Cresta del Alba en 1930, la Punta Buzón del Firé en los Mallos de Riglos en 1929......etc.
El genio explorador y alpinista de Jean Arlaud le llevó a recorrer prácticamente todos los rincones del Pirineo en busca de nuevos itinerarios. En el Posets se fijó en un estrecho corredor que a modo de hendidura ascendía desde la base del Glaciar de LLardana hasta el collado que separa la cumbre del Posets del inicio de la Cresta de las Espadas. Este corredor lo ascendió el 5 de septiembre de 1927 junto a Ramon d´Espouy y André Monégier, dejándonos a las generaciones futuras una obra maestra del Pirineismo que actualmente se ha convertido en una de las escaladas clásicas más codiciadas y repetidas por alpinistas de ambos lados de la frontera.
Corredor "Jean Arlaud" al Pico Posets.
Normalmente, el "Jean Arlaud" se sube en dos etapas. La primera etapa la dedicaremos a hacer la marcha de aproximación. La base del corredor se encuentra muy alta, a casi tresmil metros de altura, lo que nos exigirá una dura, larga y física marcha de aproximación al Glaciar de Llardana. Para ello dejaremos el coche en las Granjas de Viados, en el final de una pista forestal que sale de San Juán de Plan. Desde aquí tomaremos la ruta que sube al Posets por Viados. La marcha es muy dura y salva un fuerte desnivel fuera de sendero que tendremos que hacer cargados con nuestras pesadas mochilas. A tener muy presente que esta ruta es muy avalanchosa y que está muy expuesta a los aludes.
El Posets desde las Granjas de Viados.
La marcha de aproximación es muy dura y salva un fuerte desnivel desde el fondo del valle.
En unas 4 horas aproximadas alcanzaremos la morrena del Glaciar del Llardana a unos 2900 metros de altura, dónde se encuentra el emplazamiento del vivac. El lugar es precioso y está orientado a la puesta del sol el cuál se ocultará en frente de nosotros por detrás del Macizo del Bachimala.
Vivac de ensueño en el Glaciar de Llardana.
Al día siguiente realizaremos la escalada propiamente dicha. El "Jean Arlaud" es la definición perfecta de lo que es un corredor, una línea de nieve y de hielo vertical, estrecha y rectílinea que nos transportará desde la base del glaciar hasta la cumbre del Posets. La entrada del corredor no ofrece ninguna dificultad hasta que llegemos a un primer resalte en el que nos encontraremos un corto paso de mixto de IVº si no hay suficiente nieve o una pequeña cascada de hielo de 65º.
Cascada de hielo del primer resalte (65º).
El Chacho saliendo del primer resalte.
Nada más salir del primer resalte llegaremos al segundo resalte de dificultades y condiciones similares al anterior.
La cascada de hielo del segundo resalte.
Una vez superado, las dificultades desaparecen y tan solo tendremos que remontar una estrecha y empinada línea de nieve en la que algún corto resalte nos puede ofrecer alguna pequeña dificultad. De esta manera, pronto alcanzaremos de forma muy espectácular la salida del corredor que sin duda alguna es lo más bonito de esta escalada.
Saliendo del corredor.
Y desde la salida en apenas 15 min alcanzaremos la cima del Posets.
Los "Tres Mosqueteros" en la cumbre del Posets.El descenso por la arista nos puede ofrecer algunas dificultades en forma de peligrosas cornisas de nieve o de pasos mixtos y helados sobre una roca francamente mala. Una vez alcanzado el hombro del Posets, descenderemos sin problemas al glaciar donde levantaremos el campamento y emprenderemos el sufrido descenso hacia el valle.
No hay que bajar la guardia. Peligrosas cornisas de nieve en el descenso por la arista.Es una lastima que este corredor sea tan corto ya que la larga y dura marcha de aproximación está descompensada por la longitud y duración de la vía. Sin embargo, la estética, belleza e historia de esta vía y el ser la forma más elegante de subir al Posets, son argumentos más que suficientes para afrontar el esfuerzo que supone triunfar en la misma.
A disfrutar que esta ruta merece la pena.