Este finde tocaba barranquear y ponernos el neopreno. En esta ocasión, al equipo habitual (Marta, Paco y yo) se une mi hermana. Durante la semana dilema acerca del barranco a elegir el fin de semana. A una meteorología incierta se unen unos caudales muy elevados producto de las lluvias de finales de mes y del deshielo de la nieve caida en el puente del 1 de mayo. Descartamos los ríos de Guara y nos decantamaos por los barrancos semi-secos o secos. El semi-seco estrella de estos días es el Fornocal, que en estos momenos tiene unas condiciones excepcionales para su descenso, pero al igual que nosotros, las malas condiciones del resto de barrancos de Guara empujarian a otros grupos a este barranco y presumiamos una intensa masificación, como pudimos comprobar el domingo cuando pasamos por los aparcamientos (petados de coches) del Fornocal.
Cabecera del Alpán
Mi hermana haciendo sus primeros pinitos con las cuerdas en la primera sección del barranco.
Finalmente nos decantamos por el Alpán, un barranco seco que nos faltaba a todos, y asi huir de la masificación del Fornocal. A muchos les pueden parecer monótonos y aburridos los barrancos secos pero casi todos ellos tienen rincones preciosos dónde poder disfrutar del barranquismo. Además, el momento ideal para descenderlos es después de lluvias intensas para encontrar agua limpia en las marmitas de recepción, y como muchos sabéis, estas condiciones se dan pocos días al año.
Marta desciende una de las verticales, debajo Paco con la cuerda preparada para instalar el siguiente rapel. Sin duda alguna es un descenso muy deportivo.
Una de las pocas fotos de ese día en las que salgo.
El Alpán es un afluente en conglomerado del Lumos y, a pesar de su cercanía, son 2 descensos bastante diferentes. Normalmente todos los barrancos de conglomerado tienen una cabecera abierta poco excavada de mayor o menor desnivel, presentan una sección central subexcavada y ganan interés en su tramo inferior con galerias estrechas y verticales de mayor o menor profundidad.
A pesar de ser en conglomerado, el Alpán no es un barranco excesivamente estrecho y carece de las galerias tan angostas que tiene el Lumos en su tramo más excavado. Por contra, se caracteriza por su continuidad, desde que entras no hay tiempos muertos y estás todo el rato maniobrando con las cuerdas. Las galerias más excavadas y por lo tanto más bonitas están en su tramo final en el que nos encontraremos unos oscuros (algo poco habitual en barrancos de conglomerado) producto del derrumbe de una bóveda.
Marta disfrutando en el agua, algunas pozas de recepción son muy profundas.
Este finde Guara estaba muy solicitado y las condiciones de caudal de los barrancos más acuáticos ha provocado que la gente se decantase por los secos. En el aparcamiento del Lumos coincidimos con dos coches, cuyos ocupantes debieron entrar antes que nosotros en alguno de estos dos barrancos, en el Alpán nos adelantaron 2 chicos de Madrid que iban como locomotoras y en el retorno vimos tres personas más en dentro de la sección más vertical del Lumos, vamos algo inaudito en 2 barrancos que normalmente se descienden poco.
Las condiciones que encontramos fueron perfectas. El día acompañó y todas las pozas de recepción estaban llenas de agua cristalina. Alguna poza cubria bastante, asi que recomendable llevar el neopreno completo.
Quiero hacer un comentario acerca del equipamiento encontrado. Desde aquí felicitar y dar mi enhorabuena al iluminado que ha decidido desequipar alguno de los resaltes del barranco, en concreto uno de 4 metros que precedía a la sala del derrumbe. El resaltito no es estrecho y encajonado como otros que si que hay equipados y se pueden destrepar, es un pequeño muro vertical que sin cuerda tiene un destrepe expuesto en el que no te puedes permitir una caida. En condiciones secas y para una persona que controle y con experiencia, es factible destreparlo pero con el agua que bajaba el domingo y con lo que resbalaba era un obstáculo insalvable para mi hermana, novata en esto del barranquismo. Se puede solucionar el entuerto con una chapa recuperable (que no llevábamos) o aprovechar la instalación de la vertical anterior, alargar el rapel y bajar el resalte con la cuerda, aunque esto provocará dificultades en la recuperación de la cuerda (la instalación del rapel anterior es con un mallón y en recodo) que solventamos con un puño (que sí que llevábamos) y con algo de pericia.
Rapeles continuados y pozas de recepción de agua cristalina, unas condiciones perfectas para descender el Alpán.
A mi el descenso del Alpán me gustó bastante, mucho más que el Lumos, probablemente por su continuidad y caracter más deportivo. Sin duda alguna, una buena alternativa (siempre que lo descendáis en el momento adecuado) para huir de las masificaciones o cuando otros barrancos de la sierra tengan caudales elevados.
4 comentarios:
Veo que ya te has decidido a remojarte! A mí, este año me está dando pereza...
A mi el descenso de barrancos siempre me ha llamado la atención, desde hace bastante tiempo llevo en mente realizar el descenso del Vero, pero como yo no tengo práctica en estos menesteres y no me apetece dejarme una pasta en contratar la actividad, siempre lo voy dejando apartado, saludos
La verdad es que cuesta un pastizal contratarse un guía aunque yo, en principal problema que veo, es que suelen llevar a sus clientes a saco, sobretodo en los descensos más masificados. La solución es que hagas un curso para tener autonomía y poder disfrutar de los barrancos tan chulos que tenemos en Aragón.
Saludos,
Yo por el momento me conformo con hacer el descenso del Vero, que es algo que tengo en mente desde hace mucho. Así que un gran maestro como tú me podría acompañar y darme unas nociones básicas, eso sí las cervezas al final las pongo yo.
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