jueves, 29 de septiembre de 2016

ASCENSIÓN AL PIC DU LURIEN ALGO ACCIDENTADA.

COMO SOBREVIVIR AL ATAQUE DE 3 MASTINES PIRENAICOS.



Lago de Lurien y Lago de Fabreges, ruta seguida de ascenso, de ahí abajo vengo, menuda subidica que tiene este pico!!!!.




*PRESENTACIÓN:  El Pic de Lurien se ubica el Valle d´Osseau, delimitando por el norte los Lagos de Artouste. Es una montaña muy conocida por los franceses pero no tanto por los pirineistas del lado español. En verano y por sus rutas normales, es fácil encontrarse a grupos de montañeros que suben a su cumbre ya que es una montaña relativamente concurrida.
Se puede acceder de forma más sencilla y un tanto dominguera desde los propios Lagos de Artouste utilizando en verano el famoso trenecito y el telecabina de la estación de ski pero esto, evidentemente, le quita mucho encanto a la actividad. 
La otra opción es subir directamente desde el parking que está justo a la entrada de la estación de ski de Artouste por una senda perfectamente marcada que, primero por bosque, luego por pastizales de alta montaña hasta el Lago Lurien, y por último,  a través de una dura y empinada pedrera, nos depositará en la cumbre en unas 3h30-4h, según las piernas que llevemos. Esta opción es la más atractiva y montañera, y también la más dura, unos 1.600m d+ que se salvan de forma salvaje, sobretodo en el primer tramo de bosque y en la pedrera final que nos lleva a la cumbre.


Bonitas vistas del Midi d´Osseau en el ascenso.



Corto  tramo de valle en el que el ascenso te da un poco de tregua y te permite relajar algo las piernas.



Barrancón en la base del Lago Lurien, interesante como refugio de emergencia.


El Lago Lurien lo encontraremos más o menos en la mitad de la ruta, un buen sitio para darse un respiro antes de la última subida final.



*Y QUÉ SE ME HABÍA PERDIDO A MI EN ESTA MONTAÑA?. En primer lugar, que todavía no había subido a esta cumbre y tenía muy buenas referencias de esta montaña, no pilla lejos de Zaragoza y es una actividad ideal para hacerla en el día en el periodo estival.Y es que hay vida más allá del círculo de montañas que rodean la cabecera  del Portalet, es soprendente la masificación que tienen estas montañas cuando, unos pocos kilómetros más abajo, se pueden hacer otras ascensiones y rutas más bonitas y sobretodo mucho más tranquilas.
En segundo lugar, quería hacer un entreno de calidad y un test de esfuerzo para la cercana e inminente Puyada a Oturia, una carrera de montaña que tenía a mediados de septiembre. Esta ascensión cumplía los requisitos que estaba buscando: una ascensión con fuerte desnivel dónde poner a prueba mis piernas y comprobar si las actividades de montaña recientes y los últimos entrenos habían surtido su efecto; y además, me llevaría al zurrón una cumbre que todavía no había pisado.



Vistas del Pico Lurien desde el lago homónimo y trazado aproximado de la ruta de ascenso, los últimos 500m d+ se suben a cuchillo!!!!.


El Collado de Lurien justo antes de acometer la última y empinada pedrera de ascenso.


Vistas de la empinada senda de ascenso que discurre por la pedrera final de la pirámide cimera del Pic Lurien.




*LOS ÚLTIMOS ENTRENOS HAN DADO RESULTADOS POSITIVOS. Pues sí, la temporada de montaña de verano y los entrenos de las últimas semanas han servido para recuperar sensaciones perdidas tras las lesiones de mediados de mayo. Sí, esta ascensión es severa, con tramos de fuerte desnivel tanto al principio en el tramo de bosque, como al final en la pedrera que precede a la cumbre, pero era justo lo que venía buscando.
La ascensión la hice a fuego, aunque sin exprimirme del todo que para eso es un entrenamiento, con un par de paradas al salir del bosque para quitarme ropa y otra más larga en el Lago Lurien para comer e hidratarme. En la cumbre, con paradas incluidas, me planté en 2h exactas, no está nada mal, pero más que el tiempo realizado me quedo con las sensaciones, después del bache tan malo que he pasado con las lesiones, otra vez me volvía a sentir fuerte.
He subido muy rápido y apenas he tenido tiempo de contemplar el paisaje, asi que me quedo un buen rato en la cima que para eso me lo he ganado, charrando con una pareja de montañeros veteranos navarros que se conocían el Pirineo de punta a punta, identificando desde la cima cumbres que yo no había subido ni había oído hablar de ellas, que envidia, ya me gustaría a mi llegar a sus años con este nivel de vitalidad y conociendo el Pirineo como se lo conocen ellos. Las vistas desde esta cumbre son magníficas aunque el día estaba velado con amenaza de tormentas y la visibilidad no era todo lo buena que me hubiera gustado.
Se está muy bien aquí pero hay que bajar. Al fondo veo el Lago Lurien, y mucho más al fondo, en pequeñito, el Lago de Fabreges, son 1.600m de desnivel negativo que voy a aprovechar para entrenar las bajadas corriendo, una de mis grandes carencias que se ha incrementado con la reciente lesión en mis tibiales. Si antes me costaba bajar rápido por terreno técnico de alta montaña, ahora el esfuerzo es mayor si cabe. 
Con las incidencias que os voy a comentar, una hora y media después estaba de vuelta en el coche. La bajada es muy guapa pero cuando llegué al coche todavía me salía la adrelina por todos los poros de mi cuerpo. 
Al final, muy buen entreno, con muy buenas sensaciones en una montaña que todavía no conocía y que os recomiendo de verdad.  En serio, animaros a salir del Portalet, bajad unos pocos kilómetros con el coche, y veniros a esta pedazo de montaña, seguro que no os decepciona.


Cima del Pic Lurien (2.826m).


Lago de Artouste desde la cima.



*DESCENSO ACCIDENTADO Y ATAQUE DE 3 MASTINES PIRENAICOS. Me las prometía yo muy felices ese día. Desde la cumbre había bajado en un plis por la pedrera al Lago de Lurien, pasaba del terreno descompuesto a senda y pastizales y ya podía volar literalmente en la bajada. En la barranquera que está justo después del lago, me encontré con un rebaño de ovejas que taponaban la senda de descenso. Es algo a lo que estoy acostumbrado, me he cruzado miles de veces en la montaña tanto con rebaños de ovejas como vacas, asi que no le di la más mínima importancia y continué mi descenso. Cuando alcancé la cola del rebaño, éstas echaron a correr y de repende, justo al lado de la senda, me saltó un pedazo de mastín pirenaico que estaba tumbado y que no fuí capaz de ver desde arriba ya que su pelaje blanco se camuflaba con el de las ovejas.
Se pusó al lado mío y empezó a ladrarme con fuerza. Tras el susto inicial, dejé de correr, y me dispuse a continuar andando mi descenso intentando ignorar al chucho. Pero más abajo estaba todo el rebaño y al perrito no le gustó nada mi maniobra aunque en ese momento no me di cuenta. Así que paso de ladrarme a mi lado a colocarse en frente mío para impedirme el paso mientras seguía ladrandome con fuerza.
Vale Rubén, estás justo en medio de un rebaño de ovejas sin el pastor, en la mitad de la montaña con un mastín pirenaico en frente que está a punto de echarse encima tuyo. ¿Puede ser peor la cosa?. Por supuesto que sí, por que el perrito no estaba sólo, y al oir sus ladridos, otros 2 mástines pirenaicos que también estaban custodiando al ganado y que estaban al fondo de la barranquera, subieron en un plis-plas en su ayuda. Si el primer perro que me había saltado era grande, éstos eran tamaño XL.
Ya soy consciente del fregado tan gordo en el que estoy metido, estos perros no van con balas de fogueo sino con munición real,  así que intento mantener la calma y activo el protocolo de ataque de perros, por que en mi vida de corredor  ya me han saltado unos cuántos, pero 3 mastines pirenaicos de este tamaño......esto si que es "high level". Me doy la vuelta, andando por supuesto, por que si corres, los perros te consideran una amenaza, sin mirarles a los ojos, por que para ellos es un desafío, y sin hacer movimientos bruscos que pudiesen alterarlos más de lo que estaban.
Para horror mío, cuando  me doy la vuelta y emprendo la subida hacia el lago, me rodean en círculo mientras siguen ladrando con fuerza. Estoy a punto de entrar en pánico, el más mínimo error y me destrozarán a mordiscos. Intento mantener la calma, hasta que noto que por detrás me tocan, no sé si con la boca, con el lomo o con la pata, el caso es que al notar el contacto del perro, mi instinto me hizo que me pusiera a correr. No querías correr por la montaña Rubén, pues hoy vas a correr de verdad y no veaís como subía cuesta arriba......aunque fue un error por que para ellos te muestras como una amenaza y, por supuesto, por mucho que corriese ellos me iban a alcanzar al instante. Esta reacción fue consecuencia del miedo que tenía en ese momento.
Pero tuve suerte y el ataque fue sólo de ladridos, tras unos 5 minutos angustiosos de persecución y acoso, los perros se cansaron de mi y se dieron la vuelta. Llego al lago acojonado, por decirlo de alguna manera, y me siento un rato a descansar mientras miro de reojo el fondo de la barranquera por si vuelven los perros a por mi. Estoy a punto de echarme a llorar, qué rato más malo he pasado, pero tengo que bajar y no sé cómo hacerlo.
Mientras tanto, de las orillas del lago aparece una pareja de franceses que se dirijen hacia la barranquera. Les aviso de lo que me han pasado, la chica habla algo español y nos entendemos, estoy tan nervioso que apenas soy capaz de hablar en francés. Me sorprende que pese a mis advertencias, ellos siguen hacia abajo, asi que decido unirme a ellos para ver qué pasa. Mientras bajamos me sorprende también cuánto sabe la chica de perros pastores y de mastines pirenaicos, me explica por qué me han atacado los perros, su misión es guardar el rebaño y ellos han cumplido perfectamente  su misión de alejarme de él y evitar que me acercara. Me confirma que si hubiera cometido un error, los perros me hubieran destrozado.
Los perritos están justo en el lugar dónde los he dejado un rato antes, pero en vez de atacarnos, permanecen quietos y cuando la pareja de franceses que va por delante se acerca a ellos, los acaricia sin ninguna consecuencia. Yo voy detrás y me ignoran, un rato antes me estaban acorralando y acosando a ladridos. Vale, aquí pasa algo, le pregunto a la chica y me dice que el muchacho es el pastor.......no me jodas.....cómo puede ser......se dan cuenta de que los perros han tenido un comportamiento peligroso y me piden disculpas sinceras........pero el mal rato que he pasado no me lo quita nadie, aún sueño con los 3 chuchos.
Así que se alguna vez os véis envueltos en una situación como ésta que os sirva de ejemplo. A un rebaño con mastines pirenaicos no hay que acercarse ni de lejos, lo mejor es esperar a que se aleje o buscar un camino alternativo,  por que si intentáis cruzarlo os atacarán los perros. Y si os atacan los perros como os pasó a mi, nunca les hagáis frente, lo mejor es darse la vuelta, andando, con la mayor tranquilidad posible, y evitando cruzar las miradas con ellos. Y tal vez, si tenéis suerte como yo, no os pase nada.
Una experiencia que tardaré mucho tiempo en olvidar, ese día manché los calzoncillos, no veáis lo que impresionan los ladridos de 3 mastines pirenaicos cuando te están atacando............joder qué rato más malo pasé.
 

Ejemplar de Mastín pirenaico.

lunes, 12 de septiembre de 2016

BARRANCO DE ORDICETO

UNA PEQUEÑA JOYA ESCONDIDA EXCAVADA EN GRANITO.



 La goulotte del tercer rapel, el punto más estético y complicado del descenso.


Empiezo esta entrada diciendo que es uno de los mejores barrancos que he descendido en el Pirineo aragonés. Claro que es una apreciación totalmente subjetiva pero es que este descenso me gustó muchísimo. Dicen que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños y en este barranco este dicho se cumple a rajatabla.
El domingo, tras hacer Coro-Trácito, Marta se levanta mejor de las tripas y me dice que quiere hacer algo con la condición de que sea corto ya que, aunque se encuentra mejor, no está para grandes hazañas. Sergio se marcha a hacer una visita familiar a la Cueva de los Osos de Tella y nos quedamos Marta y yo deshojando la margarita. Como hemos traido los neoprenos y hace mucho calor, está claro que pasaremos el día a remojo. Los clásicos barrancos de esta zona (Viandico, Gloces, Furco....etc) los descartamos por ser ya conocidos por nosotros y por estar masificados en el mes de agosto, asi que tiro del interminable listado de actividades pendientes a realizar y nos dirigimos hacia Bielsa camino de la frontera con Francia ya que en la cabecera del valle hay varios barrancos cortitos y acuáticos que cumplen con los requisitos que buscamos para ese día. Tenemos para elegir el Barranco de Ordiceto, Trigonero o Barrosa, sólo uno de ellos, es la condición que me pone Marta, así me decanto por el Ordiceto ya que había leido maravillas de este barranco.
Corto, muy  estético, técnico, acuático y de aguas muy, pero que muy frias, es una pequeña joya excavada en el granito. Por sus características técnicas, es un descenso para hacer con caudales de estiaje, fuera de esta época y con caudales altos, tendremos garantizadas emociones fuertes. El barranco es de carácter abierto pero en su tramo más engordado ha excavado una preciosa garganta en la que sus cascadas están muy canalizadas y nos obligarán a lidiar con el agua y controlar la técnica del rapel.
Nosotros, pese a la tremenda sequía que hay este verano en el Pirineo, encontramos un caudal  más alto de lo esperado, no sé si debido a las sueltas realizadas en las presas de la cabecera de este barranco. Para que os hagáis una idea, a partir del 6º rapel, hay una presa que deriva a una canalización una parte importante del caudal del barranco. En verano, lo normal es encontrar secos los dos últimos rápeles que hay a partir de esta presa, pero ese día corría un buen mangazo de agua por estas últimas cascadas.


Os dejo una pequeña descripción acompañada de  imágenes:


La aproximación del barranco la haremos por la pista forestal que sube al Ibón de Ordiceto. En unos 20-30 minutos, nos saldremos en una marcada curva a la izquierda que a través de un gran prado nos deja en la orilla del barranco.





El primer tramo es abierto y nos permite entrar en contacto con las gélidas aguas de este barranco. Puedo decir que la temperatura del agua está al mismo nivel que el Miraval o el Irués, no llevábamos guantes de neopreno y no veáis lo que dolían las manos cada vez que las sumergíamos en el agua!!!.





Enseguida llega el primer rapel que va por el activo de la cascada en su tramo final.





Y a continuación el segundo rapel, que obliga a montar un pequeño pasamanos recuperable para llegar a la instalación de la cabecera ya que hay un destrepe muy expuesto. El rapel va por el activo de la cascada y la recepción, como todas las de este barranco, apenas cubre.





El tercer rapel es la guinda del descenso, una estrecha goulotte por la que baja el agua muy canalizada. Es una cascada muy estética que hasta hace poco estaba obstaculizada por un tronco caído que dificultaba mucho su descenso, ahora las crecidas han hecho desaparecer el tronco. Es resbaladizo y el agua empuja con fuerza. Con caudales más altos, se puede evitar el activo de la cascada mediante un pasamanos técnico que hay que instalar. 




La base de esta cascada proyecta con fuerza un chorro contra la badina de recepción formando un drossage de manual de aguas vivas, por suerte cubre poco y, aunque empuja el agua con fuerza, se puede salvar el movimiento fácilmente; no obstante, también podemos evitar entrar en la badina cruzando el activo de la cascada hasta una repisa que hay a la derecha, ojo con este cruce por que el chorro empuja con fuerza. 
La goulotte, el chorro proyectado, la badina de recepción y el drossage de la base forman un rincón 5 estrellas.




Casi sin recoger la cuerda, instalaremos el siguiente rapel, corto estrecho y muy canalizado, con caudales altos será el punto más complicado del descenso ya que no está equipado para evitar el activo y esquivar el más que probable movimiento que se producirá en su base.





Del quinto rapel no tengo foto, pero es de carácter abierto a una badina profunda y exige montar un pasamanos recuperable ya que la pequeña repisa de acceso a la cabecera es muy estrecha y resbala un montón.
El sexto rapel es el más largo, de unos 20 metros y junto al activo de una potente cascada. Ojo si decidimos ir por el activo, por que de nuevo el agua empuja con fuerza y el piso es muy resbaladizo. Tuvimos problemas en la recuperación de la cuerda, menos mal que siempre llevo un puño salvador, sino no la hubiésemos podido recuperar.





Tras la recepción del sexto rapel, nos encontramos la presa que deriva el agua a una acequia. Normalmente en verano se queda casi seco el barranco a partir de este punto, pero mirad el agua que bajaba en los dos siguientes y últimos rápeles y haceros una idea del caudal que encontramos.
El séptimo rapel baja de nuevo por el activo de la cascada, una gozada el remojón que nos dimos. 




Y el octavo y último rapel evita la cascada por la derecha orográfica para depositarnos en la poza más profunda del barranco de la que saldremos nadando. Pero qué fría está el agua y manos por encima del agua que no llevamos guantes de neopreno.




Y así, tras 1h 30min de puro disfrute, saldremos del barranco por una senda que en 10 minutos aproximados nos deja en el coche.
Barrancazo pese a lo corto que es. No menospreciarlo, hay que venir rodados y llevar material de instalación suficiente por si tenéis que hacer uso de todos los pasamanos. Para hacer con caudales de estiaje, salvo que os gusten las emociones fuertes, y aun así tiene puntos que exigen atención.
Un acierto haber venido ese día a conocerlo, seguro que lo repetiremos.

martes, 6 de septiembre de 2016

CUEVA CORO-TRACITO

UNA CAVIDAD ACTIVA EN LA GARGANTA DE ESCUAIN



Sergio afrontando el sifón de la cueva Coro-Tracito.



Seguramente el nombre de Coro-Trácito no os suene a muchos de vosotros. Pero si me refiero a la Cueva de los Osos de Tella, probablemente a alguno ya le empezará a sonar algo. Es una cueva turística famosa en el Sobrarbe por ser uno de los yacimientos de oso cavernario ubicados a mayor altitud de Europa que está habilitada para ser visitada por turistas acompañados de un guía.
Pues bien, unos metros por encima de la Cueva de los Osos de Tella, hay una gran balma o visera dónde se encuentra otro yacimiento que actualmente se encuentra en excavación. Desde lejos, no se vislumbra que esta visera pueda tener desarrollo, pero fuera del recito vallado del yacimiento arqueológico, y en un extremo de ésta, podremos ver dibujadas en la pared las siglas A4, que es como denominó el Grupo de Espeología de Badalona (G.E.B) esta cavidad cuando la exploró. Si nos acercamos a estas marcas pintadas, una corriente de aire gélido que sale del interior de la visera, delatará la presencia inequívoca de la cueva.


El yacimiento arqueológico en la gran balma o visera que hay encima de la Cueva de los Osos de Tella (en la parte superior izquierda de la fotografía se encuentra la entrada de la Cueva Coro-Trácito).


Si no disponemos de permisos, tendremos que dejar el coche en la barrera de la pista forestal que sale de Tella en dirección a la Cueva del Oso. A partir de aquí, 45 minutos de caminata hasta llegar a la entrada de la cueva turística. Unos metros por encima de ésta, sale una senda que nos lleva en poco tiempo al vallado del yacimiento de la visera  superior. Con cuidado, bordearemos el vallado y nos dirigiremos a la imperceptible boca (desde lejos claro) pero que se hace sentir por el aire frio que sale de dentro cuando nos acercamos.


Aproximación a la cavidad por la pista forestal que sube la Cueva de los Osos de Tella.



La cavidad tiene cerca de 1km de desarrollo y es activa por lo que su exploración será lineal (entraremos y saldremos por el mismo sitio). Consiste simple y llánamente en remotar el río subterráneo que hay en su interior. 3 resaltes y 3 pozos, alguno de ellos volado, de hasta 15 metros para salvar las diferentes cascadas del río, supondrán la principal dificultad técnica de esta cavidad que se encuentra totalmente instalada. Cuando salgáis no os olvidéis de anclar las cuerdas en la base de los pozos para evitar que las castigue  las crecidas periódicas del río subterráneo
Coro-Tracito vendría a ser una versión en pequeño de la B1-Fuentes de Escuain pero mucho más pequeña, con menos agua y menos técnica. Como siempre, este tipo de cavidades pirenaicas se caracterizan por ser muy frias, tanto por su temperatura interior (unos 9º) como por la temperatura del agua (unos 6º) con la que estaremos casi todo el rato en contacto, asi que el truco para visitarlas, además de llevar el material y la vestimenta adecuada, es parar lo mínimo posible y estar constantemente en movimiento para evitar quedarse frio. Pese a todo, no nos pareció una cueva tan fria como otras que cavidades acuáticas que hemos visitado en el Pirineo, en especial por que no tiene las corrientes tan fuertes de aire que tienen otras cuevas de las mismas características como Santa Elena en el Sistema Arañonera o la mencionada B1-Fuentes de Escuain.


Sergio y yo momentos antes de entrar a la cueva, menudo biruji que sale de ahí dentro, seguro que calor no  pasamos!!!!.



Sin embargo, esta cavidad guarda una pequeña sorpresa que tendremos que superar casi al principio y que será el tributo a pagar, tanto a la ida como a la vuelta, para explorarla. Estoy hablando de un pequeño sifón de 1,5 metros de longitud. En condiciones de estiaje, tal y como lo encontramos nosotros, el sifón tiene un palmo escaso de altura sin agua que nos permitirá pasar boca arriba con la nariz pegada al techo. Visto en las fotografías no parece tan fiero pero en directo impresiona, vaya como todos los sifones en cuevas, por la rendija no sumergida corre una fuerte corriente de aire y el agua está helada, por no hablar de que estamos en oscuridad absoluta. 
Es el segundo sifón que pasamos en cuevas, el primero fue la Cueva de la Ubriga, contamos con más experiencia y ya no cometimos los errores que cometimos en la Ubriga. Pasamos rápidamente, si hacer intentos, sobretodo el primero. Así, enturbiamos menos el sifón y envitamos estar en contacto con el agua el mínimo tiempo posible para no quedarnos frios. Sergio pasó boca arriba sacando la nariz por la escasa rendija de aire, yo no me compliqué la vida y sumergí la cabeza para pasar lo más rápidamente posible. Buf, los sifones en cuevas, que lugares tan hostiles, me ponen los pelos de punta!!!!!!!.


Sifón de Coro-Trácito, paso clave para explorar la cueva.


Al final sólo entramos Sergio y yo en la cavidad. Marta nos acompañó hasta la entrada de la cueva pero la gastronteritis que tenía yo el finde anterior se la había pegada a ella, y tras hacer uso de los "baños públicos" varias veces en la marcha de aproximación, decidimos que se quedase fuera.Lo bueno de ir dos es que fuimos muy rápidos tanto a la ida como a la vuelta y que no tuvimos que hacer esperas en los pozos, algo fundamental en este tipo de cavidades para no quedarse frio. 
Y como hacer fotos en estas condiciones de frio y humedad es muy dificil y no nos podíamos quedar parados para sacar un trípode y tomar imágenes en condiciones, cuelgo un pequeño vídeo que grabamos para que veáis un poco cómo es esa cueva. Y sí, las cavidades con agua, con un río subterráneo en su interior, ganan muchos enteros, menuda cucada de cueva, la disfrutamos un montón:




domingo, 4 de septiembre de 2016

ASCENSIÓN AL PICO TENDEÑERA.


UNA RUTA DE ASCENSO  POCO FRECUENTADA POR EL VALLE OTAL.



¿No tenemos nunca la necesidad de la soledad, del recogimiento y del silencio con cierta frecuencia?. Pues sucede con mayor motivo en las montañas, que parecen hechas para cobijar tales sentimientos. Son unos templos en los que el esplendor y la solemnidad poseen matices austeros y sacros. Se diría que se trata de unos lugares santos, en los que jamás mano alguna ha profanado sus altares........Penetremos en ellas con respeto, como si estuviéremos en una iglesia  y no en el teatro.

Henry Russell (1899). Ascensiones en solitario. 
 


La lejanda visión de la cumbre del Tendeñera desde la entrada del Valle de Otal, paciencia y no desesperar.


No tenía previsto subir al Tendeñera esa jornada sino dar la vuelta al Vignemale en el día y corriendo. Pero el día anterior ya no me encontré bien  en la Faja de las Flores y pasé una "noche toledana" en Bujaruelo, amaneciendo con el estomágo reventado y con el inicio de una gastronteritis. La actividad del Vignemale era inviable en ese estado físico. Como todavía no había subido al Tendeñera, se me ocurrió esta cumbre como alternativa "más corta" para salvar el día. Desde Bujaruelo, tenía a tiro la ruta que sube a la cima por el Valle de Otal. Pero no tenía información de la ruta, mi plano topográfico se cortaba en la entrada del Valle de Otal y el móvil me dio cobertura escasa aunque suficiente para poder leer una reseña mal cargada para hacerme una idea de cómo subir a esta montaña por esta ruta.
Mientras desayunaba una manzanilla se me ocurrió preguntar a los guardas del Refugio de Bujaruelo cómo subir al Tendeñera para completar un poco la información tan precaria que tenía pero, para sorpresa mía, ninguno había subido a la cumbre.


La orientación no era lo que más me preocupaba. Pertenezco a la generación que hemos aprendido a salir al monte sin gps ni tracks, cuando no había internet y te tenías que buscar la vida para sacar adelante rutas complejas con una reseña de apenas 3 líneas. Con lo poco que había leido, un poco de sentido común y tablas y experiencia en la montaña sabía que sacaría adelante la ruta.


Al principio transitamos cómodamente por el fondo del valle por una pista forestal.


Lo que más me preocupaba, y mucho, era el estado físico en el que estaba. No me encontraba nada bien, apenas había podido desayunar y cada hora aproximadamente tenía que hacer uso de los "baños públicos". La ruta sabía que era muy larga y física, al final me había calentado, no le iba a dar la vuelta al Vignemale pero tampoco iba a salir un día corto precisamente. Si os soy sincero, cuando llegué a la entrada del Valle de Otal y miré desde mi posición al fondo, muy al fondo, la cumbre del Tendeñera mientras estaba haciendo uso de los "baños públicos", creí que no iba a ser capaz de conseguirlo.


El pluviomentro del fondo del valle, a partir de aquí empieza una subida salvaje y sin tregua.



Este día voy a improvisar y voy a replantar la jornada para hacer una de esas actividades que suelo hacer al menos una vez al año. Estoy hablando de ascensiones en solitario a cumbres poco conocidas del Pirineo o por rutas muy poco frecuentadas. No se trata de hacer la ascensión en solitario, la clave es no encontrarse a nadie en el día (o en varios días). No importa la altitud ni la dificultad de la montaña, lo que busco es experimentar la sensación de soledad  total en la montaña. Con este planteamiento otros años ya he subido a las 3 Marías, a los Eristes por el Valle de Barbarisa o he dormido en noviembre en la cima del Moncayo, por citar algunos ejemplos ya reseñados anteriormente en este blog.



La Faja de Basarán desde el Collado de Tendeñera, nunca había visto tantas marmotas como en este sitio.



La cumbre del Tendeñera cumple todos los requisitos para realizar actividades con este planteamiento. Es la cima más alta de la Sierra de Tendeñera, que es una sierra exterior desplazada hacia el sur del eje pirenaico y que sirve de puente de unión entre los valles de Tena y de Ordesa. No es una cumbre muy alta (unos 2.800m) pero sus accesos son muy largos por todas sus vías de ascenso e implica recorrer largos valles (Ripera, Otal o Yésero)  y salvar fuertes desniveles de unos 1.600m que sumado todo ello nos requerirán largas jornadas de alta montaña. 
No es una cumbre  muy frecuentada, casi diría que es desconocida para muchos montañeros aunque su presencia es muy relevante desde las cumbres circundantes de los valles de Tena y Ordesa. Paradojicamente, esta sierra es más frecuentada y conocida  por los espeleólogos que por los montañeros. Su interior está completamente hueco y su enorme karts ha permitido la formación del Sistema Arañonera, de referencia mundial, ya que es la segunda travesia integral subterránea de mayor profundidad del planeta.


La todavía lejana cumbre del Tendeñera desde el collado homónimo, aún nos queda un buen rato de ascensión.


Primer repecho duro después del collado por terreno roto y kárstico, paciencia de nuevo y no desesperar.




Como no podría ser de otra manera, la ruta que sube por el Valle de Otal es muy larga. La clave es no desesperar y tener paciencia, la verdad es que la lejana visión de la cumbre del Tendeñera desde la entrada del Valle de Otal, cuando ya llevamos casi 45min de marcha, puede desmoralizar a cualquiera. Hay que ir paso a paso, con paciencia, sabiendo que el día va a ser largo pero la recompensa grande. A cubrir poco a poco las etapas de la ruta, primero hasta el fondo del valle por pista (a partir de aquí me encontré gente a la bajada), después hasta el Collado de Tendeñera por senda y una teórica GR que a partir del pluviómetro se pierde, y luego campo a través por terreno algo complejo hasta la preciosa Faja Basarán, un valle colgado por el encima del Valle de Otal dónde me encontré la mayor cantidad de marmotas que he visto hasta ahora. Después, en el Collado de Tendeñera, cuando ya llevamos una buena inflada, aún nos queda un tramo duro de ascensión que siguiendo los hitos, por terreno kárstico y algo roto y caótico, nos permitirá superar los dos grandes repechos que nos llevan a la cresta cimera. Aquí me llevé sorpresa, como he dicho antes, no llevaba casi información de la ruta y me encontré con una cresta entretenida, fácil pero con pasos aéreos y "patio". Más tarde, en Zaragoza, leyendo tranquilamente reseñas, me entero que un tramo de esta cresta está bautizado como el "Paso de Tendeñera", algo así como la versión del  "Paso de Mahoma" del Aneto pero en el Tendeñera. En invierno, con nieve y hielo, es un tramo muy delicado.

 Segundo y último repecho duro desde el collado, ahora si directos a la cresta cimera. Por fin podemos tocar la cumbre con la mano!!!!!.


Cresta cimera y el denominado como "Paso de Tendeñera", fácil en verano pero muy aéreo y con "patio".



Y sí, al final me hice  con la cumbre, aunque costó lo suyo, la suma del esfuerzo físico y del nivel de exigencia de esta ascensión junto con el estado físico en el que estaba (no dejé de visitar los "baños públicos" cada hora  aproximadamente y el estómago apenas me dejaba comer y beber), hizo que llegara bastante inflado a la cima. 


Tal y como me había levantado por la mañana pensaba que no lo conseguiría, pero aquí estoy, solico disfrutando de la soledad en la montaña en la cumbre del Tendeñera.



Sabocos y las cumbres de la cabecera de Panticosa.


Pero el esfuerzo tuvo su recompensa. Estoy solo en la cumbre, no me encontrado con nadie en la subida y estoy experimentando la sensación de soledad  total y absoluta que tanto me gusta en este tipo de actividades. Contemplo por debajo las otras rutas de ascenso a la cumbre y  tampoco sube nadie, hoy soy el dueño y señor de esta montaña, toda entera para mi  y para disfrutarla durante un buen rato.



El Pico Otal, otra montaña solitaria y dura de ascender, será mi próximo objetivo cuando vuelva otra vez por esta sierra.



Collado de Tendeñera y Faja Basarán vistos desde la GR recorrida en el descenso.


Se está muy bien aquí arriba pero el sol aprieta con fuerza, apenas he comido y bebido en todo el día y el cuerpo no está para tirar cohetes, asi que inicio el largísimo descenso hasta el fondo del valle. Desde el Collado de Tendeñera, atravieso de nuevo la preciosa Faja Basarán y conecto desde arriba con las marcas de GR para descender al fondo del valle y así evitar el tramo de campo a través que he superado en la subida desde el pluviometro. Un error, por que la senda hace trazadas muy largas y da mucho rodeo, lo que hace que casi me cueste el mismo tiempo bajar que subir, aunque eso sí, el camino es muy cómodo. De subida, y si no te lo conoces, es muy dificil dar con esta senda, ya que se pierde completamente en un tramo cerca de un cercado que hay encima del pluviómetro y desde abajo no se puede intuir.


Preciosa imágen del Valle de Otal tomada en el descenso.


Al final, más mal que bien, he salvado el día. La "opción b" que he planteado no salido corta precisamente pero he disfrutado un montón de la soledad en el monte en una montaña cercana a cumbres muy conocidas pero muy poco frecuentada. Curiosa la sensación de aislamiento y soledad que he podido experimentar durante todo el día y más cuando llego a San Nicolás de Bujaruelo y me encuentro el parking lleno y sin un sitio libre para los coches. No deja de llamar la atención que una montaña tan cercana a un sitio tan turistico y frecuentado como éste sea tan salvaje y solitaria.
Ah, y me volví a Zaragoza con una gastronteritis  en toda regla que me tuvo fuera de juego dos días más, pero que me quiten lo bailado.........una lástima lo de la vuelta al  Vignemale, se queda para otro año.......