lunes, 26 de mayo de 2014

PEÑA DE AMAN + PEÑA DE SAN MIGUEL (SALTO DE ROLDAN).

CONEXION DE LAS DOS PEÑAS DEL SALTO DE ROLDAN POR EL VALLE DEL FLUMEN


Vista poco conocida del "Fraile" desde el fondo del Valle del Flumén.


A las 2 peñas que constituyen el Salto del Roldán había subido muchas veces, muchas más a la Peña de San Miguel que a la Peña de Amán, por el fácil acceso que hay a la primera. Pero mi mente inquieta siempre se había preguntado si sería posible ascender las 2 peñas en el día sin tener que desplazarse en coche desde el parking del Salto de Roldán (acceso a la Peña de San Miguel) al parking de San Martín de la Val d´Onsera (acceso a la Peña de Amán). Estos dos mallos son un pórtico por el que el río Flumén se abre camino de forma muy accidentada hacia la Hoya de Huesca, constituyendo un enorme tajo, principal obstáculo para alcanzar de una sola tirada ambas peñas. Asi que la pregunta que me hacía era si era posible comunicar las dos peñas a través del Valle del Flumén.
El mapa de la Editorial Alpina que tantas veces consulto en casa trazaba un sendero que comunicaba ambos márgenes del río Flumén asi que me preguntaba si de verdad existiría ese sendero y en que estado se encontraría. La escasa-nula información que encontré en internet me decía que por aquí pasa muy poca gente.
Asi que este sábado por la mañana, aprovechando la única ventana de buen tiempo que daban los de la meteo para el finde, me fui a despejar mis dudas. Desde el mismo parking de la Peña de San Miguel, sale un sendero muy bien marcado que baja hasta el cauce del Flumén. Ojo, por que aunque está bien marcado, la entrada del mismo no sé ve bien. Desde esta senda conviene que os fijéis en la vertiente contraria del Valle del Flumén, por la que subiremos dentro de un rato, especialmente el Barranco Reguero del Águila, que baja desde el Picón del Mediodía y que desemboca en el Flumén. Por la orilla izquierda de este barranco, pero bastantes metros de desnivel por encima del mismo, remontaremos para alcanzar el collado de la Peña de Amán. En la fotografía siguiente he trazado aproximadamente el itinerario que tendremos que seguir.

Ruta aproximada desde el parking del Salto de Roldán.


La senda que baja de la Peña de San Miguel está muy bien marcada, sobretodo al principio y pasa por los restos de una pequeña caseta, que junto con unos aterrazamientos artificiales que veremos un poco más abajo, y que se denominan Huertos de Laballos, demuestra que esta margen del Flumén fue explotada en el pasado por los habitantes de la sierra.





Justo a la altura de la caseta semi-derruida, se encuentran los Manantiales de Laballos. Y es que el Valle del Flumén es pródigo en manantiales, aunque estos estén ocultos por la espesa vegetación de la sierra. No olvidemos que aguas arriba de este punto estaban los famosos manantiales de Cienfuens, que ahora mismo yacen bajo las aguas del embalse del mismo nombre. Seguramente, los manantiales de Cienfuens serían semejantes a estos de Laballos.

Manantiales de Laballos.



Si el Salto de Roldán impresiona desde la Hoya de Huesca o desde las cumbres de sus dos peñas, desde aquí abajo, en el fondo del Flumén, es verdaderamente sobrecogedor, menudos peñascos y menudos paredones, uno de los desfiladeros más impresionantes del Prepirineo y uno de los parajes más bonitos del Alto Aragón.

El Salto de  Roldán impresiona mucho más desde el fondo del valle.


La senda se vuelve un poco difusa justo antes del llegar al río pero se sigue más o menos bien. Hasta aquí es más o menos conocido, y la senda es relativamente recorrida por pescadores y barranquistas, ya que es el camino de aproximación de las Palomeras del Flumén, el barranco más acuático y técnico de toda la Sierra de Guara. En el siguiente enlace podéis ver el ambiente que tiene este barranco, de movimientos de agua peligrosos y caudales muy  elevados incluso en pleno estiaje:


A partir de este punto empieza el tomate. La senda acaba justo en el río, hay un pequeño poste que os servirá para garantizar que hacéis el vadeo en el sitio correcto. Con los caudales que me encontré el sábado pasado (la semana pasada cayeron 50l en Arguís para que os hagáis una idea), nos tocará mojarnos mucho, hasta más encima de la rodilla y eso perreando entre las piedras y los argustos, por que las pozas cubrían mucho más. Ojo, por que el agua empujaba, asi que tened en cuenta esto por el caudal del Flumén puede ser limitativo para la realización de esta actividad........y lo tendremos que volver a cruzar a la vuelta. Tened también en cuenta que aguas arriba está regulado por la presa de Cienfuens, asi que también os podéis ver afectados por las sueltas de la presa.

El vadeo del río Flumén, justo en el sitio dónde lo crucé.


Una vez crucemos el río, tendremos que remontar unos 20-30m aguas arriba por la orilla contraria, incluso tendréis que trepar por una gran piedra. Desde aquí, lo que parece una traza de senda, os permitirá atravesar la espesa vegetación de la ribera del río y encontraros con el siguiente cartel de la foto. Curioso, por que no creo que nadie venga aquí a escalar, los accesos a todas estas paredes son tan complejos y te pinchas tanto, que si a alguno se le ocurre venir hasta aquí, seguro que se le quitan las ganas de escalar. El caso es que este cartel es un regalo del cielo por que justo detrás de él hay una senda que nos permitirá realizar el itinierario pensado. Ojo, por que el cartel está oculto por la vegetación y no se ve hasta que te das de frente con él, por eso es muy importante que hagáis el vadeo del río por el mismo sitio que yo. Suerte o casualidad, lo curioso es que encontré este cartel, os puedo asegurar que cuando crucé el Flumén pensé que de aquí no pasaba...........



En efecto, la senda que marcaba el mapa de Alpina existía. Esa es la buena noticia. La mala es que está devorada literalmente por la vegetación. Es una auténtica selva y el avance por la senda es una lucha penosa contra los arbustos y toda clase de vegetación pinchuda. Senda al más puro "estilo Tarzán" en la que nos tocará pincharnos y arañarnos y mucho, es el precio a pagar por explorar las sendas y los rincones más ocultos de la Sierra de Guara. Está claro que por aquí no pasa mucha gente.


Los arbustos y los pinchos nos cubrirán enteros en la senda. Los que seáis asiduos a la Sierra de Guara, sabéis perfectamente lo que pinchan los arbustos que tengo detrás mío.


La senda es dificil de seguir en algunos tramos pero es tal el bosque de arbustos que hay, que hice lo posible y lo imposible para no perderla. Como referencia, tenemos que tener siempre a nuestra derecha, conforme subimos, el Barranco Reguero del Aguila, sobre el que remontaremos unos cuantos metros de desnivel por encima de su cauce.
Tras este tramo tan penoso que además es bastante largo, llegaremos al Collado de la Peña de Amán para conectar con la senda que sube hasta la peña desde San Martín de la Val d´Onsera. Justo detrás  del cartel dónde se señaliza los caminos a seguir de San Julián de Banzo y la Peña de Amán, sale la senda por la que he subido. Por supuesto, no está señalizada, hay que estar muy loco y tener muchas ganas de pincharse para ir por aquí.
Detrás de este cartel, en la ruta normal a la Peña de Amán, sale la senda por la que he venido.


Lo que viene a continuación ya lo conozco. Sólo me queda trepar por las clavijas, por cierto algo separadas para los que no somos muy altos, y alcanzar la cumbre de la Peña de Amán.

Las clavijas de la Peña de Amán.


En la cumbre de la Peña de Amán me tomo un respiro a pesar de que el cielo amenaza lluvia. Tampoco pierdo mucho tiempo, dentro de un rato caerá la mundial y no me quiero encontrar una sorpresa en el Flumén, que con el caudal que llevaba antes justo me ha venido para cruzarlo sin problemas.


Objetivo conseguido: cima de la Peña de Amán desde el  Valle del Flumén.



El descenso lo hago por el mismo sitio, o sea, otra vez a pincharse y a arañarse y otra vez a penar por la senda de antes pero esta vez es cuesta abajo y ya me lo conozco asi que bajo mucho más rapido y cruce el Flumén sin perder tiempo. Justo cuando empiezo la subida al parking del Salto de Roldán empieza a llover pero ya no me importa, estoy en zona segura y en poco tiempo llegaré al coche. Cuando llego al coche ha parado de llover asi que me acerco en un momento a la cumbre de la Peña de San Miguel.


La cumbre de la Peña de San Miguel y sus fortificaciones.



Desde la cumbre de la Peña de San Miguel señalo la cumbre de la Peña de Amán, hace un rato he estado allí y he conseguido comunicar ambas peñas por el Valle del Flumén. Si se podía y si que existía la senda que había marcada en el mapa. Hoy bajaré al coche con una sonrisa de oreja a oreja.

Hace un rato estaba allí arriba, entre medio, el enorme tajo del Salto de Roldán.



Ruta para coleccionistas y gente que se quiera lanzar a la aventura y pasar por sitios muy solitarios. Obligatorio que llevéis ropa que os protegan los brazos y las piernas, vais a salir decorados, no os podéis ni imaginar lo que me escocieron las piernas cuando me duché ayer, y eso que llevaba pantalones largos.........

domingo, 25 de mayo de 2014

CUEVA DE LA BASAURA (SIERRA DE URBASA).

VISITA A LA CUEVA DE LA BASAURA

 El porche de entrada a la Basaura.


Al día siguiente de la Leze, y dado que lo tenemos a un tiro de piedra, marchamos a la Sierra de Urbasa para visitar la Cueva de la Basaura. En nuestro caso, es nuestra tercera visita pero David no se la conoce asi que optamos por esta alternativa para aprovechar el viaje que hemos hecho.
La Sierra de Urbasa es una sierra que forma una enorme meseta que se alza entre los límites de las provincias de Navarra y Álava.La zona alta, despejada de vegetación y conocida como el Raso de Urbasa, es una gran planicie horada por infindad de fenómenos kársticos. Pozos, simas, y dolinas que, gracias a la gran pluviosidad que tiene la Sierra, constituyen una gigantesca zona de absorción de aguas. En esta zona del Raso de Urbasa, predominan las cavidades con desarrollo vertical. A destacar la Sima de la Catedral.
Las laderas de esta meseta, estan cubiertas por frondosos bosques de hayas, creando un ecosistema típico de los climas atlánticos. Estas laderas, especialmente la cara sur de la Sierra, están salpicadas por numerosas cavidades de tamaño medio, en las que predomina el desarrollo horizontal. Pero al estar en medio de una frondosa masa forestal, el agua que se filtra por ellas tiene mucha acidez lo que favorece la proliferación de espeleotemas. En esta zona las cuevas están muy decoradas y hay maravillas como Cristinos, Inoriturri o Akuandi. Las dos primeras las visitamos en el 2010:



La gran cantidad de agua de lluvia que se infiltra en el Raso de Urbasa, sigue un recorrido subterráneo hacia el sur de la sierra para salir al exterior a través de dos grandes surgencias o manantiales:
-1. El Nacimiento del Urredera. Una enorme surgencia por la que nace el río Urredera. De la pared, denominada aquí Balcón de Pilates, surge con fuerza este manantial que en épocas de lluvias puede tener un caudal estimado de 50m3/seg. En la actualidad es el principal manantial de la sierra. Para ver el Nacimiento del Urredera, podéis hacer una bonita excursión a través un bosque de hayas y de numerosas cascadas. Nosotros también estuvimos aquí en el 2010:


-2. La Cueva Basaura. Al sur y a los pies de sierra, esta cavidad de 8km de desarrollo, la más grande de toda la Sierra de Urbasa, alberga otro río subterráneo que sale al exterior por el manantial de Itxako.


 Topo de la Basaura.


La localización de la Basaura es muy sencilla. Dejaremos el coche en la estación de abastecimiento de aguas del Manantial de Itxako. Desde aquí, seguiremos por pista primero, y luego por senda, paralelos a un barranco hasta llegar en pocos minutos a la enorme boca de la cueva.
Su sección circular detala que esta boca ha funcionado como un enorme tubo de presión por el que ha salido al exterior el agua que circulaba por las galerias de su interior. En la actualidad, la boca y las galerias de la entrada están unos cuántos metros de desnivel por encima del nivel freático, por lo que sólo sale agua por esta boca de entrada después de fuertes lluvias, cuando el freático del sistema se satura y las galerias superiores funcionan como trop-plein. Actualmente, el manantial de Itxako hace las funciones que en el pasado hacía la boca de esta cueva. El barranco que se abre a los pies de la cueva, delata también que por esta boca de acceso ha salido agua en el pasado.

 Acceso a la enorme boca de la Basaura.


Poco que decir de la exploración de esta cueva, es muy conocida y podéis encontrar numerosas descripciones. Tiene dos niveles: el superior es fósil y está constituido por galerias ámplias y cómodas que tienen forma de túnel de metro.
El inferior, que constituye el actual nivel freático, está inundado por el agua y tiene un río subterráneo. En otoño y primavera, o después de fuertes lluvias, las galerias de esta red inferior pueden estar parcial o totalmente sumergidas por el agua.

 Galerias cómodas de recorrer.


Desde la enorme Sala Blas, a la que se accede desde la galeria de la entrada, podremos bajar al lago del nivel freático a través de un pozo vertical de unos 15-20m.

 Pozo de la Sala Blas.


Pero si continuamos por la Sala Blas, llegaremos hasta un laminador que nos permitirá conectar con las galerias inferiores de la cavidad y con la base de dicho pozo.


 Laminador que da continuación al máximo desarrollo de la cavidad.



La cueva es ámplia y cómoda de recorrer. Predomina el desarrollo horizontal, típico de las cavidades que forman parte del nivel freático de un sistema subterráneo.
 

 La galeria principal parece una boca de metro.


Una enorme colada, cuyo ascenso es muy resbaladizo y conviene proteger con una cuerda, sobretodo al descenso, permite acceder a las galerias superiores de la Basaura.

 Gran colada que da acceso a las galerias del nivel superior.


Si no queremos trepar por la colada, una nueva y bonita galeria, de techo bajo y en forma de tubo de presión, nos permitirá conectar con el nivel activo de la cueva a través de la Galeria IPV. Una vez llegados a este punto, poco pudimos hacer, el nivel del agua estaba muy alto (algo normal, estamos en primavera) y para continuar por esta galeria había que mojarse mucho. No obstante, es un rincón muy chulo que merece la pena visitar.


El contacto con el río en la Galeria IPV.


Continuamos un poquito más hasta la bonita sala que contiene el Paso de los Gourgs. Punto neurálgico de la cueva, la superación de este paso permite alcanzar el máximo desarrollo de la cavidad. Pero para recorrer las galerias que hay detrás de este punto, hay que mojarse, y mucho, en un gourgs gigantesco que forma una bañera que cubre un montón......y sin el neopreno, que lo habíamos dejado en los coches.........pues como que no apetecía mucho. Valoramos la opción de mojarnos y pasar frio, pero preferimos permanecer secos y continuar con nuestro reportaje fotográfico.

 El Paso de los Gourgs, fin de nuestra exploración por que no queríamos mojarnos.


Como decidimos no mojarnos, estuvimos enredando con las cámaras y haciendo fotos a la vuelta.




Todas la fotos de esta entrada han sido cedidas por David, menudo reportaje que hicimos en la cueva!!!!.

martes, 20 de mayo de 2014

CUEVA DE LA LEZE.

UN BARRANCO CON TECHO.

Marta dándose una buena ducha en una de las cascadas de la Leze.


La Leze. Cuánto habíamos oido hablar de este sitio y cuántas ganas teníamos de venir a conocerlo. Un barranco-cueva o una cueva-barranco, según cuál sea nuestro punto de vista.
En la mayoria de las cuevas activas, es fácil encontrar ríos subterráneos por cuyo cauce discurre el agua filtrada hacia el interior por las zonas de absorción del sistema (lapiaces, simas, dolinas....etc). Lo que ya no es tan normal es encontrar cauces de ríos en el exterior cuya agua se filtra en un tramo de su recorrido por una cueva dando lugar a un cañón subterráneo. Esto es lo que ocurre aquí con el río Artzanegui, que cuando se se encuentra de frente con la Sierra de Altzania (espero haber escrito bien estos nombres, que soy del Valle del Ebro y no controlo estas lenguas del norte), atraviesa de sur a norte la barrera rocosa de esta sierra a través de la Cueva de la Leze, excavando en el interior de la tierra un atractivo cañón subterráneo de unos 700 metros de longitud.


La enorme boca inferior de salida de la Leze vista desde la carretera.


El caso es que el sábado pasado Marta y yo conducíamos hacia la población de Egino (Álava), en el límite del País Vasco y Navarra con la intención de descender la Leze y aprovechar los caudales de primavera. En la expedición a las tierras del norte, reclutamos también a David, que no se quería perder esta actividad bajo ningún concepto.
El viaje se nos pasa volando y dejamos el coche en el aparcamiento de la Leze, un área recreativa con fuente, mesas, barbacoas y prados dónde pastan caballos y vacas que está justo en frente de la cueva. Un sitio idílico dónde estableceremos el campo base de este fin de semana.


Iniciamos la aproximación al medio día con el fin de entrar a la cueva a primeras horas de la tarde. Ahora alarga el día y nos podemos permitir este lujo. La primera parte de la aproximación es bastante empinada y consiste en subir por una senda muy bien marcada hasta la cresta de la montaña que hay encima de la boca de salida la Leze. Una vez en la cresta tendremos que descender al fondo del valle por una senda poco definida, más bien diría que inexistente, en medio de un precioso bosque de hayas. Este punto es algo perdedor y nos tuvo dando alguna vuelta, sabíamos que el sendero estaba poco definido en este punto pero al menos esperábamos encontrar algun mojón que nos marcase el inicio del descenso. A lo mejor ese mojón existía pero no fuímos capaces de verlo.


La aproximación pasa por un bonito hayedo.


El descenso por el hayedo es pronunciado y nos lleva hasta un afluente que nos conducirá directamente hasta la boca de la cueva. Este afluente nos puede servir como un buen indicador del caudal que nos encontremos en la travesía. Si lleva un hilo de agua, como era el sábado pasado, el caudal es el normal. Si por el contrario está seco, tendremos un caudal bajo y si lleva un palmo de agua o más, los caudales serán elevados.
De repente, en medio de la nada y de la frondosidad del bosque de hayas, aparecerá en frente de nosotros la vistosa boca superior de la Leze.

En medio del hayedo aparece ante nosotros la enorme boca superior de la Leze.


En este punto ya interceptaremos el cauce del río Artzanegui. Se oye el agua rugir con fuerza y el sitio tiene ambiente. Pero antes de entrar a la cueva tendremos que hacer un rapel de unos 23m que podremos escaquear por otras instalaciones alternativas a la derecha de esta instalación que nos permitirán agilizar maniobras sobretodo si coincidimos a la vez con otros grupos.



Rapel de entrada en el bosque. Como David no quiere salir en su blog, lo saco yo en el mío.


Tras realizar este rapel en medio del bosque llegaremos por fin a la inmensa boca superior de la Cueva de la Leze. El sitio dónde se ubica esta cueva es precioso.


Frente a la boca de entrada, qué sitio tan chulo.


Desde este punto progresaremos con el neopreno puesto. Un pasamanos nos dará acceso a la primera instalación y a partir de aquí comenzará el festival de agua, rápeles y toboganes.
Casi puedo decir lo que más me gustó de la travesía fue la entrada y la salida. El mayoria de las cuevas se pasa de la luz a la oscuridad absoluta en muy pocos metros y casi siempre concentrado a escasos metros de la entrada de la cavidad. En la Leze, las dimensiones tan grandes de sus bocas de entrada y salida hacen que el paso de la luz a la oscuridad y al contrario se haga de forma muy progresiva y que los juegos de luces y sombras en los que iremos a penumbra y a contraluz se prolongen durante unos cuantos metros en la entrada y salida de la cueva. Es muy guapo.

Pasamanos de acceso a la primera instalación, empieza la travesía subterránea.



Una vez dentro de la cueva, la oscuridad absoluta irá ganando poco a poco terreno a la luz y tendremos que progresar con las linternas frontales.


Caudal abundante durante todo el recorrido.



La travesía está salpicada de unos cuántos rápeles con sus respectivos pasamanos que encadenaremos de forma seguida. La equipación de la cueva es muy buena y está preparada para descenderla en doble con una cuerda de 30m, incluso con caudales altos ya que los pasamanos nos desplazan de los activos de las cascadas en los puntos más conflictivos.


Múltiples rapeles durante toda la travesía (foto cedida por David).



Pasamanos de acceso a las cabeceras de los rapeles.



La verdad es que ya nos gustaría encontrar en muchos de los barrancos que hacemos los rápeles y cascadas que encontraremos en esta cueva, alguno de ellos realmente estético.


Estudiando desde arriba el paso sifonante que hay debajo de este bloque. Al final se podía pasar sin problemas (foto cedida por David).


También queremos destacar la convivencia magnífica que tuvimos con el resto de grupos con los que coindimos en la travesía. La Leze es una cavidad muy solicitada que normalmente está plagada de gente en días festivos o fines de semana. Nosotros coincidimos en la entrada con otros 2 grupos de espeleo más, uno de la Rioja y otro del País Vasco. No hubo malos rollos ni nos hicimos la púa para ver quién ocupaba antes la primera instalación, ni nos achuchamos ni nos presionamos en el descenso. Es más, nos organizamos perfectamente por orden de llegada y la agilidad en las maniobras de las cuerdas de todos los que estábamos hizo que no hubiese esperas. Casi, casi, puedo decir que hicimos la travesía en total soledad. Así da gusto, esto en la Sierra de Guara es impensable en temporada alta en los barrancos más solicitados (Formiga, por poner un ejemplo).

Pasamos un buen rato posando y haciendo este reportaje fotográfico (foto cedida por David).


Casi sin darnos cuenta, llegamos a la boca de salida. Otra vez los contraluces tan chulos de los que he hablado antes.

Contraluces en la salida de la travesía (foto cedida por David).



Pero aún nos queda un trozo de barranco más, esta vez en el exterior, con un par de toboganes, una cascada que tendremos que rapelar, y un pequeño sifón que pondrá la guinda a la actividad.


El tramo del barranco que va por el exterior de la cueva.



El equipo al completo al final de la travesía (foto cedida por David).


Por fin hemos estado en la Leze, un barranco-cueva que no nos dejará indiferentes. Si tuviera que poner un "pero" diría que se hace corto, pero bueno, como se disfruta tanto, nos dejará un buen sabor de boca.


La enorme boca de salida de la Leza (foto cedida por David).


El resto de la tarde la pasamos descansando en el área recreativa de la Leze que al día siguiente, aprovechando el viaje, nos íbamos a desplazar a la Sierra de Urbasa para hacer otra actividad, pero eso os lo contaré otro día que por hoy ya vale.

domingo, 11 de mayo de 2014

BARRANCO D´A GLERA (FORCOS).

CUANDO LO ESTÉTICO PRIMA SOBRE LO DEPORTIVO.


Los primeros 200 metros de este barranco son apoteósicos, a nivel estético de lo mejorcico que podemos encontrar en los Pirineos centrales, lástima que sean tan cortos...... Pero vamos poco a poco.

 La entrada de la garganta del Puen d´as Cabras, fantasía pura.


Este año vamos un poco retrasados con el tema de los barrancos y a estas alturas había un mono importante. El sábado lo dan bueno asi que tiramos de la interminable lista de actividades que tenemos pendientes y nos decantamos por un barranco que se nos quedó en el tintero la temporada pasada: el Barranco d´a Glera, más conocido como Forcos.
Para ello, tenemos que ir hasta la coqueta población de Bergua, en pleno Sobrepuerto, a la que accederemos por una pista a tramos asfaltada que sale desde Fiscal. Bergua es una de las escasas localidades del Sobrepuerto que aún están habitadas, en parte gracias a los hippies que la ocuparon parcialmente en los 80-90, en parte también a que es la única a la que llega una carretera, si es que a esto se le puede llamar carretera.
Para aproximar al barranco cruzaremos el pueblo y tomaremos la senda en dirección a Escartín y que baja directamente al cauce del Forcos. Esta senda es una preciosidad, va en medio de un bosque frondoso que nos dará sombra continuamente. Me llamó mucho la atención lo bien que está conservado el sistema de aterrazamientos de esta ladera de la montaña, construido con mucho esfuerzo durante muchas generaciones por los habitantes de estas localidades para ganar pastos a las montañas y poder subsistir. Los amurallamientos de las terrazas y el empedrado de algunos tramos de la senda, están perfectamente conservados. Si pasáis por aquí, fijaros bien por que esto no es fácil de encontrar en otros sitios, al menos no tan bien conservado.

 La aproximación va todo el rato por el bosque.


La senda llega al cauce del río, justo en la confluencia del Forcos con el Barranco d´a Pera, cauces que actualmente su cruzan por unas pasarelas metálicas.  Este sitio es muy bonito e invita al baño. Aquí acabará nuestro descenso.
Aprovecho para hacer algunas apreciaciones con la toponimía de estos barrancos. El Forcos se denomina así al tramo del río que comprende entre estas pasarelas y su desembocadura con el río Ara. Aguas arriba de este punto, se denomina "Barranco d´a Glera" o simplemente "A Glera d´Otal". Doy las gracias a Alex Puyó por las aportaciones que me ha hecho acerca de las toponimía de este barranco ya que el tramo que vamos a descender es conocido genéricamente y de forma errónea como Barranco de Forcos.

 Las pasarelas del Forcos, final de nuestro descenso.



Una vez cruzadas las pasarelas, tomaremos la senda que va en dirección a Escartín. La senda continua siendo preciosa, todo el rato por el bosque. Un poco más adelante encontraremos un nuevo cruce. Dejaremos la senda que sube a Escartín y tomaremos otra que va a "Otal por Barranco". Importante tomar esta senda, la otra es más larga ya que nos subiría hasta el pueblo para luego tener que descender de nuevo hasta el cauce del barranco.
La senda va a media ladera por encima del cauce del Forcos que lo tendremos continuamente a la izquierda y cruza varios barrancos-afluentes que quedan fichados para futuras visitas por la zona. Me sigue llamando la atención el sistema de aterrazamiento conservado en toda esta ladera del barranco, menuda obra de ingeniería, lo que tuvo que costar hacer esto.


 Importante tomar en este cruce esta senda y no la que lleva a Escartín


En 1h15min aproximadas llegaremos al cauce del barranco, dónde nos podremos cambiar en una gran losa justo en la entrada de la garganta por dónde tendremos que descender. Estamos a primeros de mayo y el barranco lleva un caudal majete, ahora mismo quizás un poco fuerte, pero lo suficiente para disfrutar ya que, aunque tiene un caudal permanente durante todo el año, en verano mengua mucho y pierde algo de interés.

 El primer chapuzón de la temporada, ha costado pero ha llegado.


Mientras nos cambiamos y comemos algo, estudiamos desde arriba la primera cascada, la única dificultad real que tiene el barranco. La instalación para rapelar es muy precaria y está muy mal ubicada, el rapel nos llevaría por el activo de la cascada y nos dejaría justo en la recepción de la misma que hoy, con el caudal que hay, forma un fuerte rebufo en su base. La opción de rapelar no la cotejamos asi que tocará saltar. La poza de recepción cubre mucho y por suerte podemos elegir diferentes alturas de salto, los más valientes podrán hacer un salto de unos 10m, en nuestro caso, sobretodo el mío que ahora mismo tengo la espalda reventada de tanto entrenar y ando de la mano de fisios, hicimos un salto de unos 5-6m.

 La primera cascada con fuerte rebufo en la recepción.


Esta cascada y la poza de recepción es la primera toma de contacto del barranco, nos hemos puesto los neoprenos justo en la losa que hay encima de la cascada. Buf, qué fria está el agua, cuando salgo de la poza después de saltar me laten las sienes de lo fria que está......


 Saltamos para evitar el rebufo de la primera cascada.


A partir de aquí empieza un tramo del Barranco d´a Glera que se conoce como Puen d´as Cabras. Es un sitio excepcional, 5 estrellas, de lo mejorcico y más bonito que podemos encontrar en todo el Pirineo central en barrancos excavados en el Flysch. 



 La entrada del Puen d´as Cabras.


En este tramo el agua ha abierto un pasillo muy estrecho en medio de los estratos rocosos del Flysch creando un desfiladero muy estético. Pero lo excepcional es que a ambos lados de las paredes de este pasillo, se despeñan varias cascadas de agua que, gracias a la fuerte cobertura vegetal que hay en la parte superior del desfiladero, han formado numerosas tobas y travertinos. A esto hay que sumar la naturaleza exhuberante que encontraremos, las copas de los árboles crean un tejado natural que impide entrar a los rayos del sol, y el musgo y los helechos inundan las paredes del barranco. Todo esto junto crea un escenario natural maravillosa de una calidad estética excepcional.


 Tobas, travertinos, cascadas, flysch.....


 ......musgo, helechos,  agua despeñándose por todos lados, esto es lo que encontraremos en este primer tramo del barranco..


 La estética del flysch.


El pasillo es muy estrecho en algunos tramos. Con el caudal alegre que encontramos el sábado encontramos algunas zonas de rápidos a vigilar pero que se superaban sin muchos problemas.

 Pasillos con rápidos con este caudal, pero se pasan sin problemas.



La fiesta continúa y las formaciones en el Flysch continúan siendo excepcionales.


 Más Flysch.


Incluso hay una pequeña zona de oscuros dónde encontraremos al medio día bonitos juegos de luces y sombras.

 Contraluces en los oscuros del desfiladero, imposible encontrar un sitio más estético.


 La salida de la zona de los oscuros, se acaba lo bueno.


Tras estos primeros metros apoteósicos, el barranco se abre y empieza una zona más abierta en la que destaca la abundante vegetación que hay a ambos lados del desfiladero. Recuerda mucho al Yesa Superior.


 Naturaleza exhuberante, recuerda mucho al Yesa Superior.



A partir de aquí el barranco pierde progresivamente interés hasta convertirse en un paseo acuático. No obstante, aun quedan varios estrechos alternados por pozas de agua turquesa cristalina en la que podremos realizar algun salto de pequeña altura.




Este es el segundo de los resaltes importantes que se puede escaquear por la izquierda orográfica sin tener que usar la cuerda. Con menos agua se podría hacer un tobogán de media altura por que la poza de recepción cubre pero hoy va bastante bruto y decidimos verlo desde arriba.





Seguimos andando un rato hasta llegar a la última de las cascadas que podéis ver en la siguiente fotografía. No hay instalación de rapel por que se puede destrepar fácilmente.




 E incluso podremos realizar algun salto de mediana altura.




A partir de este punto el barranco se abre completamente. Solo nos queda un andar un tramo por el río hastas las pasarelas que se acaba haciendo un poco largo.
Es una pena que lo bueno sea tan corto y que el resto del barranco sea andar por el río. No obstante, la calidad estética del primer pasillo compensará con creces la falta de deportividad del barranco. También es llamativa la ubicación del barranco, en pleno corazón del Sobrepuerto, una zona aislada y muy solitaria. Si buscáis soledad, naturaleza y estética, éste es vuestro barranco. 
Barranco para recomendar, sobretodo con los caudales que encontramos el sábado pasado.