miércoles, 27 de agosto de 2008

ARQUITECTURA Y PAISAJE I

Para los alpinistas y escaladores, las montañas son el escenario donde practicamos nuestras aficiones favoritas. En el momento en el que uno se convierte en montañero, cuando va a las montañas sólo ve paredes, vías, grados, dificultades, cumbres a las que subir, bloques, cascadas que se helarán en el invierno, aristas imposibles, crestas recortadas en el horizonte, barrancos.......y nuevos retos. Pero son pocos los montañeros que encuentran en las montañas otras cosas que no sean las anteriormente citadas y que se detienen a ver el paisaje y a conocer el paisanaje. Las mejoras de las comunicaciones nos acercan a las montañas y los nuevos materiales y las nuevas técnicas nos permiten introducir el concepto de la velocidad en la montaña. Si antes se escalaba una vía en un día, ahora somos capaces de hacer varias; si antes se subía a un tresmil en una jornada, ahora cabalgamos por las crestas y encadenamos 10; si antes haciamos travesías en varios días, ahora nos calzamos unas zapatillas en vez de botas y nos hincamos las mismas travesías en jornadas "non stop" de 24 horas. Ahora puedes estar por la mañana metido en un fregao que te cagas en una tapia a 200 km de Zaragoza, y celebrarlo por la noche en algun bar de la Magdalena. Sí, somos muy fanáticos, corremos mucho, nos empachamos de actividades en el monte en un corto espacio de tiempo, pero ahora ya nadie se detiene a pasear por los pueblos, a hablar con las gentes, a fotografiar una flor o a descubrir esas ermitas ocultas en las que alucinas cuando ves donde están construidas.
En esta entrada no voy a hablar de vías ni de escaladas. Voy a visitar las montañas pero me voy a detener en aquellos lugares intimamente relacionados con el paisaje en los que el hombre ha dejado sus huellas en forma de construcciones o restos materiales. Esta es la montaña vista con otros ojos.
Desde el punto más alto de la localidad, la iglesia de Riglos cumple a la perfección su función simbólica de proteger a sus habitantes frente a la silueta amenazante de los mallos.

La ermita de San Juán y San Pablo (Tella) cristianiza el Puntal de las Brujas, un lugar pagano dónde los habitantes del valle creían que se reunían las brujas.


La ermita de San Quirc forma parte del conjunto de iglesias románicas de principios del S.XI de la Vall de Boí declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construida a más de 1000 metros de altitud, es un ejemplo perfecto de mimetismo entre arquitectura y paisaje.



La "Chapelle des Templiers" (S.XI) es el símbolo turístico del Vallée D´Aure (Pirineo francés).



El Dolmen de Santa Elena guarda a modo de vigía la entrada del Valle de Tena, como si fuera una marca de propiedad territorial por parte de sus constructores.




¿ Aguero y sus mallos o los mallos y Aguero?.


El Dolmen de Tella dominando la silueta del Castillo Mayor. El emplazamiento de este dolmen no es casual.



Gavarnie. No es un pueblo bonito pero es el unico de los Pirineos en el que podremos ver esta estampa si miramos desde las ventanas de sus casas.

"GRAN DIAGONAL" AL TELERA

La cara norte del Pico Telera.

A pesar de su modesta altitud, la Sierra de Partacua (Valle de Tena) ofrece un escenario de primer orden para la práctica del alpinismo invernal. La multitud de canales y de corredores que surcan la vertiente norte de esta sierra hace que cuando llega el frio y el inverno se puedan realizar en esta zona numerosas escaladas glaciares.
El Telera, además de ser la cumbre más alta de la sierra, presenta una cara norte de notables dimensiones que la hacen figurar entre las nortes más grandes de los Pirineos. De todos los corredores que suben hasta su cima por esta enorme pared, tal vez el más conocido sea la "Gran Diagonal". Sin ser un corredor muy dificil (A.D+), esta es una de las vías glaciares más largas de los Pirineos ya que salva un desnivel de casi 800 metros con un ambiente "cara norte" garantizado. Recibe este nombre por que es un corredor que asciende la cara norte del Telera en una diagonal de derecha a izquierda.

La "Gran Diagonal" es un vía muy estética y una clásica entre las clásicas por lo que siempre ha figurado entre uno de mis objetivos prioritarios. Sin embargo, esta vía me ha dejado muy marcado por la cantidad de incidentes que me pasaron en los dos intentos que necesité para ascenderla. Yo creo que todos los alpinistas tenemos un "gafe" con alguna vía y el mío ha sido sin duda alguna la "Gran Diagonal" del Telera.

El primer intento fue en el Puente de la Inmaculada del 2005. A finales de noviembre una gran nevada había dejado un espeso manto blanco en los Pirineos asi que el Chacho y yo nos fuimos ansiosos a ver si se dejaba ascender la pared. Tras dormir en Tramascastilla de Tena, al día siguiente salimos muy pronto para hacer la aproximación a la vía.

Nieve abundante en la aproximación


En la aproximación tuvimos que correr un poco para que otra cordada no entrase antes que nosotros pero luego comprobamos que ellos iban a intentar el "Maribel". En el cono de entrada del corredor nos cargamos el material y emprendimos el ascenso. Desde abajo se veía la vía muy innivada por lo que todo presagiaba que ibamos a triunfar ese día. Pero como os he dicho esta vía ha sido un gafe para mi y pronto empezaron los infortunios. En las primeras rampas del corredor, justo cuando se estrecha, nos encontramos con una liebre que, asustada al vernos, escapó hacia arriba por la línea del corredor. Claro que la liebre no tenía ni crampones ni piolet por lo que cuando la pendiente se hizo más grande empezó a resbalarse y a despeñarse hacia al vacio conviertiendose en un misil vivo que amenazaba con impactarnos en cualquier momento. En dos ocasiones tuve que bajar la cabeza y aferrarme a los piolets con fuerza para que el animalico no me arrastrase en su caida. Por suerte, en el ultimo resbalón que dio, cayó hacia al vacio sin que nos diese a ninguno de los dos.


Primeros resaltes del corredor.


La apariencia que tenía el corredor desde abajo era engañosa. La nieve estaba sin asentar y el hielo brillaba por su ausencia. Pronto nos enfrentamos a las dificultades de la vía y de las condiciones en el primer resalte serio. Una roca de unos 5 metros presentaba un paso cortito de IVº. Justo antes del paso encuentro un clavo en el que monto reunión. Sacamos la cuerda y me enfrento al paso pero no hago más que patinar en la nieve polvo y no soy capaz de llegar a chapar un clavo que tenía encima. El "Chacho" prueba esta vez de primero, por su estatura llega al clavo pero en cuanto lo supera resbalan sus piolets y se pega un vuelo curioso. Aún lo vuelve a intentar pero en vistas de las condiciones y de lo larga que es la vía decidimos bajarnos y dejarlo para otra vez.


Abandono del corredor.


En la primavera siguiente vuelvo de nuevo con Victor. Tenía informaciones de que la vía se había hecho días antes y parece que en buenas condiciones. Esta vez montamos tienda en el lago para madrugar más al día siguiente. Desde abajo la pared se ve pelada de nieve, que diferencia con el intento anterior.

El día del ataque a cima madrugamos un montón y llegamos al embudo del corredor. En efecto, a pesar de que hay poca nieve, los resaltes del corredor están cubiertos. Esto de las condiciones no hay quién lo entienda. Al igual que la otra vez, nos veiamos victoriosos pero de nuevo el gafe que tenía con esta vía se hizo presente, y cuando entré en el estrechamiento del corredor una piedra que bajaba a toda velocidad me impactó en el brazo sin que pudiera esquivarla. Me quedé completamente KO y pensé en abandonar pero tanto la motivación del compañero como las buenas condiciones de la vía hicieron que continuase. En efecto, todos los resaltes estaban cubiertos. Esta vez había hielo y lo disfrutamos un montón. Gracias a las buenas condiciones y al poco talento de mi compañero no sacamos la cuerda en ningún momento. En 2h y 15min ascendimos el corredor, un tiempo record si tenemos en cuenta que las reseñas marcan entre 3 horas de ascenso si hay buenas condiciones o 5h si éstas son malas.

Condiciones perfectas en la "Gran Diagonal".


En el descenso de cumbre comenzó mi penitencia particular. El brazo lo llevaba muy hinchado y me dolía mucho. Bajando se me enfrió el musculo y el dolor aun se hizo muy intenso. En el botiquín llevaba antiinflamatorios con lo que conseguí mitigar algo el dolor pero aun asi el descenso se me hizo muy duro.

Descenso por el "Paso Horizontal".


Sin más contratiempos bajamos al coche y, tras una corta parada en Huesca, llegamos a Zaragoza. Tras ducharme, el brazo tenía una pinta muy mala asi que visita al "Royo Villanova" para que me lo viesen. En el hospital me hacen radiografías y me dicen que por muy poco no me he roto el codo. Me inmovilizan el brazo por varios días y me recentan unos antiinflamatorios que me destrozarán el estómago durante una semana.

Como veis en esta vía me pasó de todo........



lunes, 25 de agosto de 2008

CRESTA DE LA MUNIA O DEL CIRCO DE TROUMOUSE

Otra clásica más que cuelgo en el blog. El Macizo de la Munia es uno de los más reducidos en dimensiones de entre los macizos de tresmil metros de los Pirineos pero es uno de los más bonitos y conocidos, sobretodo entre los alpinistas del lado francés.

La opción más aconsejable para encadenar todas sus cumbres pasa por su vertiente francesa mediante una escalada superclásica como es ésta de la integral del Circo de Troumouse. Esta cresta, de unos 3 km de longitud, es una buena opción para iniciarse en la escalada de crestas en los Pirineos. De dificultad moderada, tan solo presenta trepadas muy mantenidas y aéreas de II-IIIº y un rapel de unos 40 metros en el Pico de Sierra Morena, siempre y cuando que la hagamos en el sentido que os voy a describir.



Perfil de la Cresta de la Munia con todas sus cumbres de tresmil metros.

A pesar de ser una paliza de coche, lo más recomendable es cruzarse los Pirineos en carretera como si fueramos a Gavarnie. Un poco antes de llegar a esta localidad, giraremos a la izquierda para pillar una carretera a Gedre y desde alli una pista forestal de peaje que sube directamente al Circo de la Munia. Dejaremos el coche en una explanada cerca de los 2000 metros donde podremos contemplar por primera vez el escenario de nuestra próxima aventura. Tanto el Circo de Troumouse como el cercano Circo de Gavarnie, son los dos grandes circos glaciares de los Pirineos, siendo el primero un anfiteatro de dimensiones más reducidas que el segundo pero con una caida vertical de 1000 metros de desnivel entre su punto más alto ( cumbre de la Munia) y el fondo del circo.

Lo mejor es hacer la cresta en sentido La Munia-Gerbats con el fin de hacer el contrafuerte de pico de Sierra Morena de bajada y hacer un rapel en el descenso. Para ello subiremos a La Munia por su vía normal desde Francia. Este itinerario es sobradamente conocido y pasa por lugares tan emblemáticos como las "Deux Soeur", el "Passet" o el "Paso del Gato". Es una ascensión entretenida con alguna trepada y algun pasito de atención pero que nos depositará en unas 3 horas aproximadas en la cima de la Munia.


Cima de La Munia (3133m). Al fondo la Cara Norte de Monte Perdido.


A partir de aquí empieza la actividad propiamente dicha. El siguiente punto de paso es la cima de la Pequeña Munia, una cuota insignificante que se encuentra en la travesía de la cresta. Este primer tramo es accidentado con roca delicada pero por suerte es corto y en poco tiempo alcanzamos la cumbre de la Pequeña Munia (3096m).

El siguiente tramo es el más sencillo de la actividad. La cresta se vuelve muy ancha y desaparecen por completo las dificultades por lo que podremos alcanzar andando y sin poner las manos la cima del Sierra Morena.

Cumbre del Sierra Morena (3090m).


Desde este punto empieza lo más bonito e interesante de la actividad. Descender de la cumbre de Sierra Morena y continuar por la cresta nos exigirá salvar un muro vertical de unos 50 metros de roca muy pero que muy descompuesta. Si decidimos hacer la cresta sin cuerda, es necesario hacer este tramo de subida por que destrepar este punto sin la cuerda, con el patio que hay y la roca tan mala, es una empresa muy arriesgada. Para empezar, hay que destrepar unos 10 metros muy expuestos para llegar a la reunión donde montaremos un rapel de 40 metros. A tener en cuenta que lo más vertical y dificil de este muro se encuentra en los 10 ultimos metros antes de llegar al suelo por lo que estad al loro si no os llegan las cuerdas.

Gendarme y rapel de Sierra Morena.



Una vez hayamos descendido este paraje clave, emprenderemos sin problemas reseñables el ascenso al Pico Troumouse cuya cumbre coronaremos en poco tiempo.

Cumbre del Pico Troumouse (3085m). Al fondo el tramo recorrido de la cresta con las cumbres de La Munia, Pequeña Munia y Sierra Morena.

En la cima del Troumouse comienza el tramo más accidentado de la cresta. Es muy áereo y vertiginoso y sin bien no es muy complicado, la cantidad de pasos expuestos de II-IIIº exigirán estar muy atentos e incluso proteger con la cuerda a compañeros menos experimentados. Esta sección de la cresta discurre a caballo entre el fondo del Circo de Troumouse y la muralla de Barroude por lo que el patio nos acompañará en todo momento. No hay perdida en este punto, la verticalidad del terreno en ambas vertientes hace que los unicos pasos accesibles discurran por el filo de la cresta. Esta parte es muy bonita y es en la que más disfrutamos ese día.

Destrepe expuesto, sin cuerda y con mucho patio en el tramo Troumouse-Heid.


Tras pasar este tramo delicado alcanzaremos la cumbre del Pico Heid (3022m) y continuaremos por el perfil de la cresta hasta el Pico Gerbats que se alza vertical impidiendonos el paso. Para poder superar el obstáculo realizaremos una travesia muy, pero que muy expuesta por la ladera que mira al circo. Este tramo se hace andando por una ladera inclinada de piedra descompuesta carente de la más mínima traza de sendero en el que encontraremos algun mojón suelto. Esta travesía no tiene ninguna dificultad técnica pero discurre literalmente al borde del abismo justo encima de unos tubos de órgano que forman las murallas del circo y que parecen querer engullirnos en el vacio. El patio es impresionante.


Inicio de la travesia del Pico Gerbats.


Tras superar la travesía alcanzaremos el Col de la Séde y desde aquí bajaremos facilmente al fondo del circo en menos de dos horas contentos por la pedazo de actividad realizada. Es obligatorio hacer la cresta con buen tiempo ya que los enormes murallones sobre los que cabalga la arista impiden una retirada. La actividad se puede hacer perfectamente en unas 10 horas, incluida la bajada.

















sábado, 23 de agosto de 2008

POSETS. CORREDOR "JEAN ARLAUD".

A principios del S.XX, practicamente casi todas las principales cumbres de los Pirineos habían sido ascendidas. Cuando Jean Arlaud nació en 1896, las generaciones de pirineistas precedentes habían coronado, en un proceso de busqueda y exploración que se prolongó durante todo el S.XIX, las cumbres más altas de la cordillera. La primera etapa de la exploración de los Pirineos había sido culminada y ahora comenzaba una nueva etapa en la que iba a brillar con luz propia este jóven pirineista.
Esta nueva generación introduce en los Pirineos un nuevo concepto revolucionario en el modo de ascender montañas. Para estos jóvenes entusiastas, la cumbre de una montaña no es el objetivo prioritario, sino el modo y el itinerario seguido para llegar a lo más alto. Sus predecesores se encargaron de coronar cumbres vírgenes por sus itinerarios más sencillos. Ellos subían a las mismas cumbres pero buscando itinerarios directos en los que la lógica, la dificultad y la estética de los mismos primase sobre cualquier cosa.

Jean Arlaud en su medio favorito: la montaña.

En este aspecto, los Pirineos eran vírgenes en lo que a itinerarios de dificultad se refiere. Su único predecesor había sido el mítico guía de Gavarnie, Celestin Passet, un adelantado de su tiempo que había escalado líneas maestras como el Coloir de Gaube en el Vignemale en 1889 o la Cara Norte de Monte Perdido.

Jean Arlaud será autor de numerosas primeras ascensiones entre las que cabría destacar como las más relevantes la Aguja Agarot en la Cresta de LLosas (1920), la Cresta de Salenques en 1922, intento al Corredor de Gaube en 1927, los Seracs del Petit Vignemale en 1928, la Cresta del Alba en 1930, la Punta Buzón del Firé en los Mallos de Riglos en 1929......etc.

El genio explorador y alpinista de Jean Arlaud le llevó a recorrer prácticamente todos los rincones del Pirineo en busca de nuevos itinerarios. En el Posets se fijó en un estrecho corredor que a modo de hendidura ascendía desde la base del Glaciar de LLardana hasta el collado que separa la cumbre del Posets del inicio de la Cresta de las Espadas. Este corredor lo ascendió el 5 de septiembre de 1927 junto a Ramon d´Espouy y André Monégier, dejándonos a las generaciones futuras una obra maestra del Pirineismo que actualmente se ha convertido en una de las escaladas clásicas más codiciadas y repetidas por alpinistas de ambos lados de la frontera.


Corredor "Jean Arlaud" al Pico Posets.

Normalmente, el "Jean Arlaud" se sube en dos etapas. La primera etapa la dedicaremos a hacer la marcha de aproximación. La base del corredor se encuentra muy alta, a casi tresmil metros de altura, lo que nos exigirá una dura, larga y física marcha de aproximación al Glaciar de Llardana. Para ello dejaremos el coche en las Granjas de Viados, en el final de una pista forestal que sale de San Juán de Plan. Desde aquí tomaremos la ruta que sube al Posets por Viados. La marcha es muy dura y salva un fuerte desnivel fuera de sendero que tendremos que hacer cargados con nuestras pesadas mochilas. A tener muy presente que esta ruta es muy avalanchosa y que está muy expuesta a los aludes.

El Posets desde las Granjas de Viados.



La marcha de aproximación es muy dura y salva un fuerte desnivel desde el fondo del valle.

En unas 4 horas aproximadas alcanzaremos la morrena del Glaciar del Llardana a unos 2900 metros de altura, dónde se encuentra el emplazamiento del vivac. El lugar es precioso y está orientado a la puesta del sol el cuál se ocultará en frente de nosotros por detrás del Macizo del Bachimala.

Vivac de ensueño en el Glaciar de Llardana.

Al día siguiente realizaremos la escalada propiamente dicha. El "Jean Arlaud" es la definición perfecta de lo que es un corredor, una línea de nieve y de hielo vertical, estrecha y rectílinea que nos transportará desde la base del glaciar hasta la cumbre del Posets. La entrada del corredor no ofrece ninguna dificultad hasta que llegemos a un primer resalte en el que nos encontraremos un corto paso de mixto de IVº si no hay suficiente nieve o una pequeña cascada de hielo de 65º.

Cascada de hielo del primer resalte (65º).


El Chacho saliendo del primer resalte.

Nada más salir del primer resalte llegaremos al segundo resalte de dificultades y condiciones similares al anterior.

La cascada de hielo del segundo resalte.

Una vez superado, las dificultades desaparecen y tan solo tendremos que remontar una estrecha y empinada línea de nieve en la que algún corto resalte nos puede ofrecer alguna pequeña dificultad. De esta manera, pronto alcanzaremos de forma muy espectácular la salida del corredor que sin duda alguna es lo más bonito de esta escalada.

Saliendo del corredor.

Y desde la salida en apenas 15 min alcanzaremos la cima del Posets.

Los "Tres Mosqueteros" en la cumbre del Posets.

El descenso por la arista nos puede ofrecer algunas dificultades en forma de peligrosas cornisas de nieve o de pasos mixtos y helados sobre una roca francamente mala. Una vez alcanzado el hombro del Posets, descenderemos sin problemas al glaciar donde levantaremos el campamento y emprenderemos el sufrido descenso hacia el valle.


No hay que bajar la guardia. Peligrosas cornisas de nieve en el descenso por la arista.

Es una lastima que este corredor sea tan corto ya que la larga y dura marcha de aproximación está descompensada por la longitud y duración de la vía. Sin embargo, la estética, belleza e historia de esta vía y el ser la forma más elegante de subir al Posets, son argumentos más que suficientes para afrontar el esfuerzo que supone triunfar en la misma.

A disfrutar que esta ruta merece la pena.

jueves, 21 de agosto de 2008

VIVAC EN SOLITARIO EN LA CUMBRE DEL MONCAYO

Primeros de noviembre de 2006. Tenía una semana de vacaciones en el trabajo pero no coincidia con nadie. Tenía ganas de hacer monte y discurriendo, discurriendo, se me ocurrió subir al Moncayo para hacer un vivac en solitario en su cumbre.


Claro que la primera semana de noviembre no es precisamente la fecha más idónea para plantearse esta actividad. En estas fechas, el frio ya da sus primeros coletazos y de todos nosotros es sabido que el Moncayo, pese a ser una ascensión muy sencilla (de "domingueros", "cometortillas" o "pisaverdes" como dirian algunos), tiene una cumbre con unas condiciones climáticas extremas en días de mal tiempo, sobretodo en invierno.


Después del Puente de Todos los Santos, y entresemana, salí de Zaragoza por la tarde en dirección al Moncayo. En Zaragoza llovía pero, según los hombres del tiempo, se despejaria a ultima hora de la tarde. En efecto, en el camino dejó de llover pero una vez que inicié desde Veruela la carretera de subida una densa niebla me envolvió literalmente. Las pasé muy putas con el coche, sobretodo en los tramos de bosque en los que la luz apenas pasaba entre el forraje de las ramas y la densa niebla. Tan putas las pasé que tuve que hacer gran parte de la subida en 1ª y con la cabeza fuera de la ventanilla para conseguir ver mínimamente los perfiles de la carretera.


Las dudas no tardaron en aparecer. En el aparcamiento de arriba, la niebla era menos densa pero cubría toda la cima del Moncayo. No tenía buena pinta pero ya que estábamos alli por lo menos subiria a cumbre y si veía la cosa muy chunga me bajaria al coche aunque fuera de noche.


Por una vez en la vida y sin que sirva de precedente, los hombres del tiempo la clavaron con la previsión meteorológica. La subida la hice envuelto en una densa capa de niebla pero conforme subía altura se iba despejando poco a poco hasta que el hombro cimero pude ver la ansiada cumbre.

Se despeja en el hombro cimero del Moncayo.


En la antecima pude experimentar un fenómeno meteorológico muy espectacular. En pocos minutos la borrasca se alejó y la cuña anticiclónica que anunciaban los de la meteo se puso encima del Moncayo, generando un fenómeno de inversión térmica en el Valle del Ebro. E inversión térmica es igual a niebla en el valle y tiempo despejado en las cimas por lo que pronto pude disfrutar de un inmenso mar de nubes.

Llego a la cima al atardecer completamente empapado por la niebla y busco un sitio donde poder emplazar mi tienda.

Chipiado por la niebla en la cumbre del Moncayo.

En pleno proceso de entrada del anticiclón desde la cumbre del Moncayo. Observad como se está formando el mar de nubes ( nubes de abajo) y como se está alejando la borrasca ( nubes de arriba).



Estoy completamente solo en la montaña. No me he encontrado a nadie en la subida y aún menos en la cumbre. Es noviembre, entre semana y he subido con mal tiempo lo que me permite disfrutar de la soledad y el espectáculo que iba a disfrutar a partir de ese momento. Y es que, además de estar solo en la cima del Moncayo, de tener un mar de nubes perfectamente formado bajo mis pies, y de disfrutar de una puesta de sol y de un amanecer desde la cumbre, esta noche es luna llena. ¿Cuantas veces se podrá disfrutar de esta conjunción de fenómenos meteorológicos y astronómicos?. Probablemente pocas pero el caso es que ahora mismo estoy aqui en el momento oportuno y en lugar idóneo para disfrutar de esta vivencia.


Hasta las 11´30 o las 12 de la noche no me voy a dormir. La inversión térmica ha dejado despejada la cumbre y apenas hay viento asi que dedico a pasear por la cumbre de noche y a disfrutar del espectáculo. Sin embargo, la temperatura si que es baja asi que me meto en la tienda al resguardo de mi saco de plumas para protegerme del frio.

Un poco antes del amanecer salgo disparado de la tienda con la tarjeta de memoria de mi cámara digital dispuesta para "prenderle fuego" y a hacer millones de fotografías. Fue el amanecer de montaña más espectácular que he visto en mi vida. El sol salió literalmente por debajo del mar de nubes ofreciendo un juego de luces dificil de explicar.

Una imágen vale más que mil palabras. Os dejo alguna foto del amanecer (no hay photoshop ni nada por el estilo, 100% original).






miércoles, 20 de agosto de 2008

CARA NORTE DEL ASPE


El 2008 no ha sido un buen invierno en los Pirineos y ha habido muy pocas zonas que se han formado y que han estado en relativas condiciones para ser ascendidas. En enero, con unas temperaturas primaverales, pudimos subir al Aspe desde Candanchú por su estética y alpina cara norte.
Os dejo el vídeo con la ascensión.

jueves, 14 de agosto de 2008

"LA GRAN DIAGONAL" A LA PUNTA ARMEÑA (MACIZO DEL COTIELLA)

¿Aún quedan en los Pirineos lugares que descubrir en donde nos veamos inmersos en una auténtica aventura?. ¿Quedan sitios sin reseñar en las guias de montaña en los que no tengamos que hacer fila para entrar a las vías?. ¿Podemos practicar alpinismo en algun lugar de nuestra cordillera sin encontrarnos con gente en varios días?.Aunque ya quedan pocos, la respuesta es que sí. La clave radica en buscar, ser original y en salirse de los itinerarios más accesibles o de aquellos que marcan las modas.

Mediados de noviembre de 2004. Ha nevado a principios de otoño y las ganas de hacer la primera salida invernal del año pueden más que nosotros. Nos juntamos entre semana para ver que se puede hacer. Nico ha traido una fotografía aérea publicada en la Revista Desnivel en un artículo monográfico sobre el Cotiella. En tres líneas se reseña un corredor (el que vemos en la fotografía) que surca la cara norte de la Punta Armeña. Parece que la dificultad ronda sobre el A.D, pero tampoco estamos seguros, y la reseña no nos dice nada acerca de cómo hacer la aproximación. No sé por qué, pero esa fotografía nos engancha y nos decidimos a hacer esa vía.

Ese sábado comienza la aventura. Aproximación desde Saravillo con pesadas mochilas para ir a dormir al Ibón de Plan o Basa d´a Mora. Teníamos pensado montar tienda en las orillas del ibón, pero media hora antes de llegar al mismo, pasamos por una cabaña en buen estado en la que decidimos quedarnos. Todo un lujo para nosotros, aunque con el incoveniente de que la cabaña no tiene agua en las cercanías, asi que tenemos que fundir nieve para obtener el preciado líquido.



Hoguerica que nos encendemos para calentar la cabaña y hacer más agradable la estancia.

La noche es muy fria pero aún asi madrugamos mucho al día siguiente y salimos con la luz de nuestras frontales. La escueta reseña que tenemos no da pistas acerca de como acercarnos a la pared asi que tenemos que tirar de mapa para franquear la orilla derecha del Ibón de Plan y subir un pequeño corredor para alcanzar la plataforma de un circo escondido.



El Ibón de Plan helado desde el corredor de acceso al circo superior.


Llevamos una hora y media de marcha penosa y aún no hemos localizado la pared, pero una vez alcanzada la base del circo, podemos admirar por primera vez el objetivo que nos hemos marcado.

Cara norte de la Punta Armeña. En el centro la "Gran Diagonal".



A pesar de medir escasos 2700 m y de estar a mediados de noviembre, la orientación norte tan rigurosa, hace que se encuentre en buenas condiciones a principios del otoño. Continuamos la marcha de aproximación, que se nos está haciendo muy larga. Comprobamos que no hay ni un sólo mojón. Está claro que por aquí no pasa nadie. Normal, es un circo muy escondido y nos estamos dando un palizón para remontarlo. En las rampas de inicio, nos cargamos todo el material y comenzamos a abrir huella en el embudo de acceso al corredor. Ni lo sé la cantidad de rato que llevamos subiendo desde que hemos salido de la cabaña.


En el embudo de acceso al corredor nos hundimos mucho en la nieve.


El inicio del corredor es muy sencillo y la nieve está asentada. Por fin estamos disfrutando del esfuerzo realizado para llegar hasta aquí.



Nico en las primeras rampas del corredor.

Más arriba la cosa cambia. Estamos a principios de temporada y la nieve no está lo suficientemente asentada. En el tramo superior la nieve está suelta y, aunque no encontramos grandes dificultades, decidimos sacar la cuerda por seguridad.


Asegurando la progresión en algunos tramos.


En la salida nos encontramos con el "pastel" de la ascención. Hay que hacer una travesía muy expuesta hacia la derecha para encontrar la vertical del corredor que da acceso a la brecha de salida. La nieve apenas cubre tres dedos la roca y el patio que tenemos debajo es considerable. Con cuidado pasamos este tramo y enfilamos la salida del corredor.



Angel en la salida del corredor.



Pero lo mejor estaba por llegar. El descenso fue mucho más duro y largo que el ascenso. Habíamos subido por la cara norte del Macizo del Cotiella y ahora había que bajar hasta la base de su cara sur para volver a remontar otra vez otro collado que nos depositase en el circo del Ibón de Plan.

El descenso fue durísimo por el agotamiento y la cantidad de horas que acumulamos. Además nos quedamos sin agua y de todos es sabido que el Cotiella es un macizo karstico por lo que es muy difícil encontrar agua en superficie. Mis compis llegan a beber agua de un charco en la desesperación de su deshidratación.

Agotados alcanzamos la cabaña a las 7´30 de la tarde. Nos hacemos unas infusiones y emprendemos el largo descenso a Saravillo. Hemos salido a las 6 de la mañana y regresamos a las 11 de la noche. Una de las mayores palizas que me he pegado en mi vida.

Esta vía es no es lo suficientemente dificil como para que los "frikis" que solo salen al monte a hacer M.D se fijen en ella. Y es lo suficientemente complicada y compleja como para alejar a la marabunta de montañeros. Para nosotros, que nos consideramos montañeros todoterreno, esta vía supuso una experiencia alucinante que nos transportó a los tiempos del pirineismo de exploración. Si repeteis la vía, es dificil que encontreis a gente y posiblemente accedais por un sitio diferente al nuestro por que llegar hasta su base es toda una aventura. No voy a dar más datos para que podais disfrutar como lo hicimos nosotros.




miércoles, 13 de agosto de 2008

CRESTAS DEL DIABLO


Toda la fama que tienen estas crestas es merecida. Actividad imprescindible que todo pirineista tiene que hacer al menos una vez en la vida. Roca excepcional y dificultades mantenidas, pero nunca extremas. Una orgia de agujas, gendarmes y brechas que nos harán disfrutar de lo lindo.

Dar las gracias a Nico que nos llevó perfectamente ese día.

En el Canino del Diablo.





El "Jardin del Desayuno".

Cordada de franceses bajando de la Punta Lucifer.


Con el Tridente Sur al fondo. Primer gran obstáculo de la cresta.




Flanqueo expuesto camino del Tridente Sur.



Ultimo largo antes de coronar el Tridente Sur.


La cresta tiene numerosos rapeles.


Otro gendarme más. ¿Cuántos llevamos?.


Hacia los Cuernos del Diablo.


En el Tridente Norte (IV+). Paso clave de la cresta.


Rapeles de descenso de la Cresta.




Actividad realizada en julio del 2005.