lunes, 25 de noviembre de 2013

INVERNAL EXTREM BELCHITE

EL QUE TUVO, RETUVO.......... 
 
La familia de corredores al completo en el Pueblo Viejo de Belchite (foto de la organización).


La Extrema de Belchite, cuantas connotaciones tiene para mi tiene esta carrera, una prueba muy especial que siempre me transmite muy buenas vibraciones. En julio del 2007, en formato de Desértica Extrema, como siempre ha sido desde sus orígenes, me puse por primera vez un dorsal en una carrera de trail. Al año siguiente, cuando además de correr, corría mucho y muy rápido y todavía me respetaban las lesiones, fue la carrera en la que más y mejor he rendido, consiguiendo la mejor clasificación que hasta ahora he realizado en una carrera de este tipo y acabando con unas sensaciones inmejorables. Por ello no es ninguna casualidad que cuando en el ya lejano 2008 me decidí a abrir un blog, la entrada y la actividad que lo inaguró fué la Desértica Extrema de Belchite:

Este año la falta de patrocinadores ha provocado que la Extrema de Belchite se realizase en el mes de noviembre, cambiando su formato a Invernal Extrem, y sustituyendo el calor del verano, que tanto caracteriza a esta prueba, por el frio del invierno. De hecho, estaba programada para el 17 de noviembre, pero las condiciones tan adversas de frio, lluvia y barro que hubo el finde pasado, hizo que suspendiera y se trasladase a este domingo.  Junto al frio, los organizadores habían diseñado un recorrido de 22km y unos 600 metros de desnivel acumulado.
Pero este año, la Invernal Extrem Belchite iba a tener muchas novedades. Además del frio, me junté con Toño e Iván, dos compañeros de la Facultad que se querían iniciar el mundo del trail y las carreras de aventura. Me hizo mucha ilusión coincidir con ellos, mucho más que correr la carrera, cuantas juergas nos hemos corrido juntos en nuestros tiempos jóvenes, vernos juntos a los 3 vestidos de "romanos" para hacer deporte era una imágen inusual que espero que se repita muchas más veces. Alucinante la cara de ilusión que tenían los 2 cuando les estaba dando los consejos previos a la carrera.

Con Iván y Toño, dos compañeros de la Facultad, seguro que nos veremos en más carreras.


La otra gran novedad de la carrera eran las connotaciones históricas que tenía el trazado de la misma. Desde el año 1935, en que se realizó la última Carrera de Pollos (eran las carreras populares que se celebraban en las fiestas de los pueblos), ningun corredor había vuelto a pasar por las calles del Pueblo Viejo de Belchite. Entre medio, una guerra que devastó un pueblo entero y que lo hizo desaparecer para siempre. Muchas, muchísimas gracias a la organización por habernos permitido tener el honor de ser los primeros corredores en 78 años que volvían a correr por las calles del Pueblo Viejo de Belchite. Se me pusieron los pelos como escarpías y me quedo corto..............


Corriendo por las calles del Pueblo Viejo de Belchite, 78 años después de que lo hicieran los últimos corredores (foto de la organización).


La Invernal Extrem hizo honor a su nombre y el domingo nos recibió con unas temperaturas desplomadas y ráfagas muy fuertes de cierzo. Desde el pabellón de deportes hubo una salida neutralizada hasta el Pueblo Viejo de Belchite dónde todos  nos hicimos las fotos de rigor. Los de la carrera larga, entre los que me encontraba, salimos 15min antes. Salida rápida en la que recorrimos en sus primeros metros las calles del Pueblo Viejo de Belchite. Supongo que fue la emoción del momento pero el caso es que salí completamente desbocado encabezando la punta del pelotón de la carrera.


Por las calles del Pueblo Viejo de Belchite, voy encendido y en el grupo de cabeza de la carrera (soy el segundo de la fotografía)-foto de la organización.


Los 2 primeros kilómetros los hice muy rápidos junto a los primeros de la carrera. El ritmo tan alto con el que empezamos me ayudó a entrar en calor, pero pronto decidí bajar el ritmo lo que provocó que me quedase mucho rato descolgado y prácticamente sólo entre el grupo de cabeza, muy rápido y de unos 10 corredores y el resto del pelotón, que en ese tramo iba más lento que yo, algo que fue nefasto y que me dejó muy expuesto ya desde el principio al fuerte cierzo con el que tuvimos que luchar durante toda la carrera.


Los 2 primeros kilómetros los hago a un ritmo muy intenso y voy en los primeros puestos de la carrera. ¿Pagaría estos excesos más tarde?.(foto de la organización).


Y es que esta vez iba a la Extrema de Belchite con un deficit de entrenamiento importante que me dejaba muy alejado de mi estado de forma ideal. Tras alcanzar este verano los verdaderos objetivos fijados para el 2013 y con el nuevo horario invernal que me obliga a entrenar de noche y con la frontal, algo que no me gusta nada, llegaba a esta carrera totalmente falto de entrenamiento. Sí, estas últimas semanas estaba entrenando, pero digamos que era "gimnasia de mantenimiento". Este planteamiento me quitaba presión pero me dejaba muy expuesto a los rigores y dificultades de la carrera, asi que cualquier error que cometiese lo podía pagar muy caro. Y los primeros kilómetros de la carrera los estaba haciendo a fuego..........

Estepa, frio intenso y soledad, una bella imágen que resume perfectamente la belleza y la dureza  del recorrido de la Invernal Extrem Belchite (foto de la organización)


Aunque hasta Almonacid de la Cuba el recorrido picaba constantemente hacia arriba, no fue hasta superar este pueblo cuando empezaron de verdad las cuestas. Se me antojó un recorrido muy montañero y técnico, en algunos momentos íbamos fuera de senda lo que unido a la  fuerte inclinación del terreno, hizo que en algunos tramos me tuviera que poner a andar.  A pesar de que me falta la chispa de antes del verano, subo a un ritmo fuerte, que me permite ir con cierta comodidad. De momento, no está pasando factura el esfuerzo de los primeros kilómetros de la carrera.
El tramo del cresteo tuvo su miga. Aquí estábamos muy expuestos al Cierzo, que en algunos momentos era salvaje, lo que unido a la temperatura tan baja que había, hizo que tuviéramos unas condiciones invernales totales. Había que tener cuidado por que una ráfaga de éstas te podía desequilibrar y tirarte al suelo pero lo peor de todo es que en este tramo llevábamos todo el rato el viento en contra y de costado y soplaba tan fuerte que te impedía respirar con normalidad. A pesar de llevar el cuello protegido, hoy tengo la garganta tocada, efectos colaterales de una carrera de estas características.


Luchando contra el frio intenso y el cierzo salvaje en el tramo de cresteo. Al fondo se puede ver la interminable estepa que tendremos que atravesar en el tramo final de la carrera (foto de la organización).


Tras una bajada muy pronunciada en la que me tiré a tumba abierta, la organización nos llevó hasta el Santuario de Nuestra Señora del Pueyo. Se había acabado el tramo técnico y las cuestas, ahora empezaba el llano y la estepa, unos cuantos kilómetros sin nada de protección en los que íbamos a tener que seguir sufriendo el cierzo.


Punto kilométrico en el Santuario de Nuestra Señora del Pueyo (foto de la organización).


Desde que hago trail y carreras de montaña he perdido mucha velocidad y el llaneo se me da muy mal. Estaba en el tramo crítico del recorrido, en dónde tenía miedo de pagar el exceso de ritmo que había llevado al principio de la carrera. Me vuelvo a quedar sólo y sin la posibilidad de protegerme con otros corredores, yo sólo desafiando al frio y a los elementos en medio de la estepa de Belchite, puede parecer una locura pero a pesar del cansancio que ya llevaba encima fue el tramo que más disfruté.
Tiré de oficio y de la experiencia que ya empiezo a acumular en este tipo de carreras y me tomé este tramo con mucha filosofía llevando un ritmo de carrera muy bueno, demasiado bueno para los kilómetros que llevaba y el desnivel acumulado. Conseguí que los excesos del primer tramo de la carrera no me pasaran factura, gestionando muy bien los esfuerzos y los kilómetros que me faltaban.
Crucé la meta de Belchite con muy buenas sensaciones y con una crono de 1h:50min.23seg, 10 minutos menos de lo que me había planteado antes de salir y en el puesto 26 de 102 corredores. Qué inyección de moral, otra vez con unas sensaciones excelentes en la Extrema de Belchite, muy , pero que muy contento con este resultado, y es que el que tuvo, retuvo, a pesar de no haber entrenado lo suficiente para esta carrera, llevaba acumulado todo el bagaje de este año tan intenso en lo que a carreras de larga distancia se refiere.

Mi llegada a meta, viviendo otra vez sensaciones inmejorables en Belchite.


Después de la carrera a felicitar a los compañeros, que han debutado en el trail en la carrera corta, y que han acabado muy contentos y con unos resultados excelentes. Risas, cervezas y ducha de agua fria ya que se había acabado el agua caliente en el pabellón, os puedo asegurar que la verdadera Invernal Extreme estuvo en los vestuarios del pabellón...........


Al final todos ganamos y con una cerveza en la mano se ve todo de otra forma.


Quiero acabar esta entrada con esta última imágen en la que estoy posando al final de la carrera con los dorsales de la Carrera del Ebro, la Transmontes Blancos Trail y la Invernal Extreme Belchite. Entre las 3 carreras suman los 102 kilómetros que he corrido este año por los desiertos y estepas de Aragón. Por este año he tenido más que suficiente pero creo que esta imágen resumía perfectamente una parte muy importante de lo que ha sido este 2013. Un año para el recuerdo, imposible estar más contento.



Un resumen de mi 2013.

jueves, 14 de noviembre de 2013

IBON DE GORGUTES Y PUERTO DE LA GLERA


SENDERISMO EN EL VALLE DE BENASQUE 

Ibón de Gorgutes y Macizo de la Maladeta (foto de Nacho).


Entrada muy retrasada y que tenía pendiente de los días de vacaciones que estuvimos a mediados de octubre en el Valle de Benasque. Esos días nos juntamos con Nacho y Ruth y estuvimos haciendo unas cuantas actividades. El primer día subimos al Ibón de Gorgutes y al Puerto de la Glera, un paraje que ninguno de mis compañeros conocía y en el que hacía mucho tiempo que no estaba.
La excursión es muy sencilla y no tiene ninguna dificultad. Parte del final de la carretera del Valle de Benasque, tras pasar el desvío hacia el Hospital de Benasque.



Inicio de la senda desde el final de la carretera (foto de Nacho).



Siguiendo una senda muy marcada subiremos altura de forma suave aunque constante permitiéndonos disfrutar de unas vistas excelentes del Plan del Hospital y del Valle de la Escaleta, con la silueta de la cumbre bicéfala del Forcanada dominándolo todo. La Forcanada, una montaña solitaria muy atractiva que aún no he pisado y unos deberes pendientes desde hace muchos años.............


El Plan del Hospital y el Valle de la Escaleta. Al fondo el Pico Forcanada, asignatura pendiente desde hace muchos años.


Tras  de subir un repecho un poco más pronunciado llegaremos a la cubeta un primer ibón. De subida, hay que ir un poco atentos ya que queda debajo de la senda y un poco escondido del camino y puede pasar desapercibido, aunque si os lo dejáis en la subida, a la bajada lo podréis ver desde arriba.

El ibón pequeño de Gorgutes.


Pero el punto fuerte de esta excursión no son los ibones que vamos a ver sino las vistas panorámicas que vamos a poder contemplar de la parte más occidental del Macizo de las Maladetas-Aneto y sus glaciares, cuyas masas de hielo aún resisten al cambio climático en las cotas más altas de estas montañas.


Vistas panóramicas del Macizo de las Maladetas y sus glaciares.



Sin prisa pero sin pausa llegaremos en poco tiempo a la cuenca del coqueto ibón de Gorgutes. Para ser octubre hace mucho calor, incluso vamos de manga corta, ahora mismo seguro que este paraje estará cubierto de un manto blanco.


Ibón de Gorgutes y Puerto de la Glera.


Desde la cuenca del ibón, sólo los queda seguir el marcado camino que lo bordea y que nos sube en poco tiempo al Puerto de la Glera, paso fronterizo histórico que antaño servía para comunicar los Valles de Benasque y Luchon, en la frontera francesa.

Subiendo al Puerto de la Glera (al fondo el Ibón de Gorgutes y el Macizo de las Maladetas).


Con un pie en España y otro en Francia, paramos un rato en el collado para contemplar la cara norte de los Pirineos. Pero hace bastante viento y estamos incómodos asi que reculamos enseguida y bajamos al Ibón Inferior, que está más resguardado del aire, para calzarnos por su sitio un bocata de tamaño considerable con unas vistas panorámicas muy guapas de la cabecera del Valle de Benasque.
Pero qué bien se está de vacaciones y más si estás en el monte!!!!!!!!!!.

El Puerto de la Glera.

martes, 5 de noviembre de 2013

EL OTOÑO EN LOS PIRINEOS ATLANTICOS II.


LA SELVA DE IRATI (OCHAGAVIA)




Tras la triunfada del día anterior (ver la entrada precedente), nos levantamos el sábado en Urzainki espectantes con la meteo ya que lo habían dado malo. El día aguantaba asi que decidimos continuar con los planes del Puente. Estábamos a un paso de la localidad de Ochagavía, una de las puertas de entrada a la Selva de Irati, asi que marchamos hacia esta zona del Pirineo Navarro deseosos de encontrarnos el bosque con los colores y las tonalidades del día anterior.
La carretera que nos llevó de Isaba a Ochagavía estaba impresionante, con un colorido de los árboles alucinante, la disfrutamos un montón. Pero antes de entrar en la Selva de Irati decidimos dirigirnos hacia las faldas del Orhi y subir la carretera que lleva al Coll de Larrau. El Orhi es la primera cumbre de dos mil metros que nos encontrariamos si recorriesemos los Pirineos desde el Cantábrico al Mediterráneo, y además es la cumbre que domina toda la Selva de Irati por lo que desde esta carretera tendremos una vista aérea de toda la masa forestal.
IMPRESIONANTE Y ESPECTACULAR el paisaje que contemplamos el sábado pasado desde aquí arriba, toda la Selva de Irati "encendida" y decenas de kilómetros de masa forestal de colores rojos intensos que contrastaban fuertemente con el verde de los prados alpinos. Llevábamos mucho tiempo persiguiendo estas condiciones y por fin  las encontramos en el mejor de los escenarios posibles.
No fuimos los únicos a los que se nos ocurrió esto, el sábado pasado había muchas personas tomando decenas de fotografías desde los miradores de esta carretara. Como muestra, os dejo unas cuantas fotografías de las vistas aéreas otoñales de Irati realizadas justo al lado del coche:







Tras babear un buen rato con este maravilloso espectáculo de la naturaleza, bajamos a media mañana a Ochagavía para entrar en el corazón de la Selva de Irati. Estamos en uno de los parajes Top-Ten de toda la cordillera pirenaica. Irati es el hayedo más grande de Europa, el bosque más grande de España y de todos los Pirineos e incluso he leido alguna vez que es la segunda masa forestal más extensa de Europa después de la Selva Negra. Detrás de todos estos números de vértigo, se esconde un hayedo inmenso que en otoño transforma el bosque en un espectáculo de la naturaleza. Irati hay que visitarlo en otoño para disfrutar de los colores del bosque y si lo pilláis en las condiciones en las que nos lo encontramos nosotros, os puedo asegurar que es uno de los lugares más bonitos que podéis visitar en los Pirineos.




En Irati ya habíamos estado unas cuantas veces, pero nunca lo habíamos pillado en estas condiciones. Casi siempre le habíamos entrado por Orbaizeta, por Ochagavía sólo habíamos estado una vez y hacía como unos 7 años de esto. Lo encontramos muy cambiado, en las Casas de Irati, dónde acaba la carretera, estaban cobrando a todos los coches 5 "uracos" en concepto de tasas de mantenimiento del parque y quiero pensar que el dinero iba destinado a esto. Además, habían montado un restaurante y un montón de casetas de recpción de visitantes.  El caso es que había algo de follón de coches pero bueno, estamos en unas fechas de máxima afluencia de visitantes ya que en esta zona el otoño es la temporada alta, asi que nos lo tomamos con tranquilidad que hemos venido a disfrutar.



No teníamos clara la excursión que íbamos a realizar ese día. La vez anterior que estuvimos aquí fuimos hasta el Embalse de Irabia pero hoy esta excursión iba a estar muy demandada y con mucho follón de gente, asi que buscamos una ruta más o menos solitaria que nos permitiese disfrutar con algo de tranquilidad del bosque. 
Nos aconsejaron hacer el Sendero de Errekaidorra (espero haberlo escrito bien, que soy del Valle del Ebro y no controlo estas lenguas del norte) para hacer una ruta circular de unos 9km por un sendero interpretativo de los usos forestales del bosque. 
La ruta comparte sus inicios con la excursión que lleva hasta la Cascada del Cubo, otro de los parajes más demandados por el turismo de masas que visita esta zona. Entre la gente que había y que en este tramo el bosque tenía calvas, la verdad es que no nos gustó mucho, pero a partir de aquí la gente desaparece y  la pista forestal se transforma en una senda que va por medio de lo más denso del bosque. Pero lo más chulo de la excursión está cuando se llega a la frontera con Francia y se pasa al otro márgen del río, esto sí que es otra cosa y justo lo que habíamos venido a buscar.


La Cascada del Cubo.



Y como nos quiero meter más rollo ni aburriros con mis palabras, os dejo unas cuantas imágenes que tomamos ese día en el interior de la Selva de Irati para que veáis el espectáculo de colores que muestra este hayedo en otoño cuando está en pleno esplendor:



















domingo, 3 de noviembre de 2013

EL OTOÑO EN LOS PIRINEOS ATLANTICOS I.


EL BOSQUE DE HAYAS DE BELAGUA.



Como todos los años, entre el Puente del Pilar y el Puente de Todos los Santos dedicamos exclusivamente un fin de semana para perseguir y disfrutar del otoño en los principales bosques del Norte de España y de los Pirineos. Los bosques de hayas se llevan la palma y son siempre nuestro objetivo preferente ya que en la estación otoñal este árbol de hoja caduca viste los bosques y las laderas de las montañas de una variedad de colores que en ocasiones es espectácular.
Este año habíamos pensado en los bosques de hayas del Pirineo francés pero finalmente hemos decidido apostar por lo seguro y nos hemos dirigido al Pirineo Navarro, en el ámbito de influencia de los Pirineos Atlánticos, ya que en esta zona se ubican los principales y más extensos bosques de hayas de España y de todos los Pirineos.


Desde la carretera del Valle del Roncal, la cosa promete.


Nuestras andanzas de este puente comenzaron en el Valle del Roncal, un valle que apenas conozco y que había visitado de pequeño hace muchos, muchísimos años. En nuestra lista de hayedos pendientes de visitar, estaba el hayedo del Rincón de Belagua, que se ubica encima de la localidad navarra de Isaba, justo cuando empieza el puerto que sube hasta la Pierre de St. Martin.






Estos fines de semana el apartado deportivo queda en un segundo plano y nos dedicamos a contemplar tranquilamente los paisajes y los colores del otoño a través de sencillas caminatas mientras le prendemos fuego a la tarjeta de memoria de nuestra cámara de fotos.
En esta ocasión, hemos realizado senderismo en  la ruta circular denominada Mata de Haya-La Dronda que atraviesa el interior del bosque de hayas del Rincón de Belagua. Una ruta de unas 2h de duración que nos permitió contemplar en su pleno esplendor este bosque de hayas del Valle del Roncal desconocido hasta el momento por nosotros.


Precioso pasillo de hayas al comienzo de la ruta de la "Mata de Haya".


El camino sorprende desde el principio ya que comienza por un pasillo de esbeltas hayas por el que apenas pasa la luz hasta convertirse en una senda difuminada por las hojas caidas de los árboles en medio de la espesura del bosque y que sólo se puede seguir gracias a las marcas que hay en los troncos de los árboles.



La senda está  completamente difuminada por el manto de hojas del bosque.


Rincones preciosos.





En esta ocasión pillamos el bosque muy formado y en plena explosión de colores. No siempre tenemos la misma suerte y eso depende de muchos factores: tiene que haber llovido, tiene que hacer frio pero no mucho (las heladas aceleran la caida de las hojas) , no tiene que haber soplado el viento por que tira las hojas al suelo. Unos años se adelanta el otoño, otros se retrasa y en otros estas condiciones duran muy pocos días. Acertar es complicado y más para los que venimos de fuera y que disponemos de pocos fines de semana al año. 

Cromatismo de colores en el límite de los pastos con el hayedo.


Estamos en otoño y las setas abundan: ejemplar de Aminita Muscaria.



La excursión circular se alarga hasta el Dolmen de Arrako pero si queremos visitar el dolmen tendremos que salir del bosque, algo que nosotros descartamos por que hemos venido exclusivamente a disfrutar del hayedo.





Como os de he dicho anteriormente, pillamos el bosque en su punto, en unas condiciones otoñales excepcionales y en una explosión de colores que nos regaló unas estampas naturales espectáculares. Somos conscientes de que estas condiciones no las conseguimos pillar todos los años asi que intentamos disfrutar todo lo que pudimos de esta excursión.



Espectáculares imágenes que pudimos disfrutar en el Hayedo de Belagua: imposible permanecer indiferente ante estos paisajes.




Tras almozar tranquilamente en el área de recreo de Mata de Haya, antes de que se fuera la luz subimos tranquilamente con el coche hasta el Collado de la Pierre de St. Martín, en la frontera francesa con el fin de contemplar desde arriba el espectáculo otoñal del Bosque de Belagua.



Vistas de los hayedos de la cabecera del Roncal desde el puerto que sube a la Pierre de St. Martín.


Los paisajes que contemplamos desde aquí han pasado de ser bonitos y espectáculares para convertirse en un placer para los sentidos. Desde aquí arriba podemos ver como los bosques de hayas que cubren las laderas de la parte superior del Valle del Roncal están literalmente "encendidos", como si estuviesen ardiendo por el fuego, con colores rojizos muy intensos. Es increible lo que es capaz de hacer la naturaleza.


El bosque de hayas "encendido". Fuertes contrastes entre los prados verdes de las montañas y el rojo intenso de las hojas de los árboles, mejor imposible.


Qué espectáculo: el Hayedo de Belagua "encendido" visto de la carretera que sube a la Pierre de St. Martin.


Lo malo de esta época del año es que los días acortan y enseguida se hace de noche, asi que tras "curiosear" un rato por el lado francés de la Pierre de St. Martín, bajamos a la coqueta población de Urzainki, dónde nos alojaremos esa noche pesando que ya hemos echado el fin de semana y que hemos triunfado como la coca-cola. Lo que no sabíamos en ese momento es que los bosques de Belagua y los paisajes que hemos disfrutado iban a ser un pequeño aperitivo, lo bueno de verdad iba a venir al día siguiente, que estamos muy cerca de Ochagavía y hemos decidido ir a Irati. Pero eso será para la próxima entrada, que por hoy ya vale.