martes, 5 de noviembre de 2013

EL OTOÑO EN LOS PIRINEOS ATLANTICOS II.


LA SELVA DE IRATI (OCHAGAVIA)




Tras la triunfada del día anterior (ver la entrada precedente), nos levantamos el sábado en Urzainki espectantes con la meteo ya que lo habían dado malo. El día aguantaba asi que decidimos continuar con los planes del Puente. Estábamos a un paso de la localidad de Ochagavía, una de las puertas de entrada a la Selva de Irati, asi que marchamos hacia esta zona del Pirineo Navarro deseosos de encontrarnos el bosque con los colores y las tonalidades del día anterior.
La carretera que nos llevó de Isaba a Ochagavía estaba impresionante, con un colorido de los árboles alucinante, la disfrutamos un montón. Pero antes de entrar en la Selva de Irati decidimos dirigirnos hacia las faldas del Orhi y subir la carretera que lleva al Coll de Larrau. El Orhi es la primera cumbre de dos mil metros que nos encontrariamos si recorriesemos los Pirineos desde el Cantábrico al Mediterráneo, y además es la cumbre que domina toda la Selva de Irati por lo que desde esta carretera tendremos una vista aérea de toda la masa forestal.
IMPRESIONANTE Y ESPECTACULAR el paisaje que contemplamos el sábado pasado desde aquí arriba, toda la Selva de Irati "encendida" y decenas de kilómetros de masa forestal de colores rojos intensos que contrastaban fuertemente con el verde de los prados alpinos. Llevábamos mucho tiempo persiguiendo estas condiciones y por fin  las encontramos en el mejor de los escenarios posibles.
No fuimos los únicos a los que se nos ocurrió esto, el sábado pasado había muchas personas tomando decenas de fotografías desde los miradores de esta carretara. Como muestra, os dejo unas cuantas fotografías de las vistas aéreas otoñales de Irati realizadas justo al lado del coche:







Tras babear un buen rato con este maravilloso espectáculo de la naturaleza, bajamos a media mañana a Ochagavía para entrar en el corazón de la Selva de Irati. Estamos en uno de los parajes Top-Ten de toda la cordillera pirenaica. Irati es el hayedo más grande de Europa, el bosque más grande de España y de todos los Pirineos e incluso he leido alguna vez que es la segunda masa forestal más extensa de Europa después de la Selva Negra. Detrás de todos estos números de vértigo, se esconde un hayedo inmenso que en otoño transforma el bosque en un espectáculo de la naturaleza. Irati hay que visitarlo en otoño para disfrutar de los colores del bosque y si lo pilláis en las condiciones en las que nos lo encontramos nosotros, os puedo asegurar que es uno de los lugares más bonitos que podéis visitar en los Pirineos.




En Irati ya habíamos estado unas cuantas veces, pero nunca lo habíamos pillado en estas condiciones. Casi siempre le habíamos entrado por Orbaizeta, por Ochagavía sólo habíamos estado una vez y hacía como unos 7 años de esto. Lo encontramos muy cambiado, en las Casas de Irati, dónde acaba la carretera, estaban cobrando a todos los coches 5 "uracos" en concepto de tasas de mantenimiento del parque y quiero pensar que el dinero iba destinado a esto. Además, habían montado un restaurante y un montón de casetas de recpción de visitantes.  El caso es que había algo de follón de coches pero bueno, estamos en unas fechas de máxima afluencia de visitantes ya que en esta zona el otoño es la temporada alta, asi que nos lo tomamos con tranquilidad que hemos venido a disfrutar.



No teníamos clara la excursión que íbamos a realizar ese día. La vez anterior que estuvimos aquí fuimos hasta el Embalse de Irabia pero hoy esta excursión iba a estar muy demandada y con mucho follón de gente, asi que buscamos una ruta más o menos solitaria que nos permitiese disfrutar con algo de tranquilidad del bosque. 
Nos aconsejaron hacer el Sendero de Errekaidorra (espero haberlo escrito bien, que soy del Valle del Ebro y no controlo estas lenguas del norte) para hacer una ruta circular de unos 9km por un sendero interpretativo de los usos forestales del bosque. 
La ruta comparte sus inicios con la excursión que lleva hasta la Cascada del Cubo, otro de los parajes más demandados por el turismo de masas que visita esta zona. Entre la gente que había y que en este tramo el bosque tenía calvas, la verdad es que no nos gustó mucho, pero a partir de aquí la gente desaparece y  la pista forestal se transforma en una senda que va por medio de lo más denso del bosque. Pero lo más chulo de la excursión está cuando se llega a la frontera con Francia y se pasa al otro márgen del río, esto sí que es otra cosa y justo lo que habíamos venido a buscar.


La Cascada del Cubo.



Y como nos quiero meter más rollo ni aburriros con mis palabras, os dejo unas cuantas imágenes que tomamos ese día en el interior de la Selva de Irati para que veáis el espectáculo de colores que muestra este hayedo en otoño cuando está en pleno esplendor:



















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