Visitar parques naturales es algo que solemos hacer con bastante frecuencia. Este blog está dedicado fundamentalmente al tema de los deportes relacionados con la montaña, lo cuál no excluye cualquier temática relacionada con la naturaleza. Por ello, quiero dedicar esta entrada al Delta del Ebro, un parque natural que he visitado este verano y que me ha impresionado gratamente.
Pocos sitios quedan en el Mediterráneo español que no hayan sido amasacrados por el turismo y por la especulación urbanística. De momento, y esperemos que siga así, el Delta del Ebro es un impresionante paraje natural que ha escapado a la barbarie del turismo y que está relativamente bien conservado.
El Delta del Ebro es en extensión el tercer humedal de Europa, detras de las marismas del Guadalquivir y de la Camargue, en pleno estuario del Ródano. El protagonista de este parque natural es el río Ebro y las marismas que forma su delta en la desembocadura con el mar.
Entrando a la antigua desembocadura del Ebro desde el eje principal del río
Por aquí desembocaba el Ebro sus aguas hasta la riada del año 1937 que cambió su curso a la desembocadura actual
Antigua desembocadura del río con el mar hasta el año 1937. En la actualidad una barrera de sedimento fruto del retroceso del Delta hace que el agua dulce no pueda llegar al mar
En el parque conviven los ecosistemas marinos con los fluviales lo que hace que sea muy rico en fauna.Y si os gusta observar pajaricos, éste es vuestro sitio.
Sólo por la riqueza faunística que atesora este sitio merece la pena visitarlo. Es un lugar en el que podéis hacer numerosas excursiones para visitar los diferentes brazos que ha formado el Ebro en su desembocadura y los diversos miradores de fauna que han colocado las autoridades del parque. Vamos, que para los que no nos gusta nada la playa, este sitio tiene muchas posibilidades y alternativas que hacen que merezca la pena venir a visitarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario