La provincia de Teruel es ese gran desconocido que tantas y tantas joyas naturales esconde y que tan poco son conocidas. Si sus parajes naturales se encuentran casi en el anonimato, pretender hacer espeleo en esta provincia supone entrar en un terreno casi desconocido y apenas divulgado. Hace tiempo que queriamos dar el salto a la provincia de Teruel, asi que con un par de días de vacaciones laborales de por medio, Marta y yo nos decidimos a conocer el mundo subterráneo de esta provincia. Vamos a aportar nuestro granito de arena y a ver si podemos contribuir a sacarlo del anonimato.
Cerca de los conocidos Organos de Montoro, en el límite de las Comarcas del Maestrazgo y de las Cuencas Mineras, los términos municipales de Ejulve y de la Valzoma atesoran dos de las cavidades más interesantes de toda la provincia. Para el primer día nos dirigimos a la Sima de la Valzoma, una interesante cavidad con la que queremos tener nuestro primer contacto espeleológico.
Esta cavidad, conocida desde antaño por los lugareños ya que sus primeras salas eran utilizadas como refugio para el ganado, fue dada a conocer por primera vez al mundo de la espeleología en la Semana Santa de 1961 por los hermanos Josep y Francecs Subils, miembros de la Sección de Exploraciones Subterráneas del Club de Esquí de Puigmal de Barcelona (SES-CEP), durante la denominada como Operación Turolensis, la cuál tenía como objetivo la prospección y exploración de cavidades subterráneas de la provincia de Teruel. Por si no os suenan estos personajes, fueron los espeleologos que en el verano de dicho año descubrieron las famosa Gruta de Cristal de Molinos.
Esta cavidad, conocida desde antaño por los lugareños ya que sus primeras salas eran utilizadas como refugio para el ganado, fue dada a conocer por primera vez al mundo de la espeleología en la Semana Santa de 1961 por los hermanos Josep y Francecs Subils, miembros de la Sección de Exploraciones Subterráneas del Club de Esquí de Puigmal de Barcelona (SES-CEP), durante la denominada como Operación Turolensis, la cuál tenía como objetivo la prospección y exploración de cavidades subterráneas de la provincia de Teruel. Por si no os suenan estos personajes, fueron los espeleologos que en el verano de dicho año descubrieron las famosa Gruta de Cristal de Molinos.
La boca de la cavidad se encuentra en la carretera que va de Ejulve a Aliaga, antes del Puerto de Majalinos,en medio de una gran explanada que ha sido arrasada por el gran incendio que asoló todo el Maestrazgo durante el verano de 2009. Este desastre natural nos ayudará a encontrar la boca de la cavidad ya que al estar en superficie toda la vegetación quemada, podemos localizar de forma relativamente fácil la entrada a la cueva.
La boca de la cavidad sorprende ya que tiene grandes dimensiones y nos permite entrar de forma muy cómoda a la cueva. En la primera sala podremos encontrar restos de muretes que antaño servían a los pastores para guardar el ganado. Tras el porche de entrada alcanzaremos enseguida a la Galeria de los Josinos que nos introduce en el interior de la cavidad.
Esta primera galeria que inicialmente se recorre cómodamente de pie, poco a poco va perdiendo altura hasta llegar a una pequeña gatera de 6 metros con un giro brusco a la derecha que nos permite acceder a lo más profundo de la cavidad.
Tras esta gatera llegaremos a una gran sala que tendremos que descender hasta llegar a una intersección de galerias. Si optamos por el ramal de la izquierda, recorreremos una galeria descendente de progresión algo incómoda que nos llevará a la cota inferior de la cavidad. Un poco antes de que termine esta galeria, tendremos que fijarnos por que a mano izquierda sale una gatera ascendente que nos permite acceder la Sala G.E.M, una pequeña salita con abundantes formas reconstructivas.
De vuelta otra vez a la interesección de galerias, tomaremos el ramal de la derecha que nos permitirá recorrer el máximo desarrollo de la cavidad a través de la Galeria de los Montalbinos. Esta galeria es prácticamente rectilínea, de amplias dimensiones y ligeramente ascendente, por lo que su progresión es rápida y muy cómoda.
En esta galeria encontramos espeleotemas ennegrecidos que creemos que es consecuencia del incendio del verano de 2009 ya que a partir de este momento se debió filtrar en el interior de la cavidad agua de lluvia mezclada con la ceniza que hay en superficie. En definitiva otra consecuencia más de este desastre natural que esperemos no se vuelva a repetir.
Otra cosa que nos sorprende es el goteo que tiene esta galeria ya que este otoño está siendo muy seco y por aquí apenas ha llovido.
El final de esta galeria es ascendente y nos deposita en la cota superior de la cavidad, a escasos metros de la superficie. De esta manera llegaremos a la Sala Gisela, la parte más bonita de esta cueva, ya que tiene un bonito gourgs fosilizado y abundantes espeleotemas.
Gourgs fosilizado en la Sala Gisela
Esta cavidad es muy sencilla de recorrer y no requiere ni de material ni de técnicas de progresión vertical. No obstante, su recorrido supera los 1.000 metros de desarrollo, lo que le da cierta entidad y a nosotros nos tuvo entretenidos un buen rato. Sin duda alguna, fue una excelente primera toma de contacto con el mundo subterráneo de la provincia de Teruel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario