BUCEANDO EN LA HISTORIA DE LA ESCALADA EN RIGLOS
La Travesía de las 5 Puntas del Firé nos depara una escalada diferente a las que estamos acostumbrados en Riglos. Se trata de un recorrido de carácter montañero, en el que la tapia grande es sustituida por trepadas y pequeñas escaladas con pocos seguros, alternadas por varios rápeles, todo ello en una roca más bien delicada en la que la principal dificultad será orientarnos y seguir el recorrido correcto que con la poca información que hay sobre esta vía no será nada fácil. Quique y yo teníamos en mente esta vía, sabíamos que no era una gran escalada, sobretodo por que Riglos significa siempre hacer recorridos largos sobre grandes paredes y esta ruta era todo lo contrario, pero el carácter tan clásico de la ruta y sobretodo su historia, nos animó a realizar esta travesía el sábado pasado. A nosotros se nos unió Eduardo que fue su "casi" primera vía de Riglos.
El famoso "Paso de la Vía".
UN POCO DE HISTORIA
Hablar de la Travesía de las 5 Puntas del Firé es hablar de la historia de la escalada en Riglos asi que me voy a detener unas cuantas líneas en este tema ya que en mi opinión, es el principal atractivo de esta vía. Visto desde el pueblo de Riglos el Firé es una gran monolito rocoso pero en realidad está compuesto por una serie de agujas individualizas a las que se puede acceder fácilimente desde el collado norte. En junio de 1935 el famoso pirineista francés Jean Arlaud, acompañado por Jean Grealier y Piero Ghiglione intentaron escalar la Punta No Importa (entonces no tenía nombre), que no es la más alta pero si la principal. El intento se realizó desde el collado norte quedándose a pocos metros de la cima detenidos ante un muro vertical que ofrecía un flanqueo muy aéreo (el actual "Paso de la Vía"). El pirineista francés y sus compañeros coronaron la cercana aguja que hay justo encima de este paso, no visible desde el pueblo de Riglos, y dejaron un buzón metálico, algo común en aquella época y que sirvió para dar nombre a esta aguja: la "Punta Buzón". Oficialmente, se considera esta escalada como la primera que fue realizada en Riglos.
Hasta 1942 y con la Guerra Civil de por medio, no se escala la siguiente aguja. Ernesto Mallafré, Francisco Blasi y Juan Bou se fijan como objetivo la cumbre más alta del Firé que coronan ese año, bautizándola como la Punta de los Catalanes. Más tarde la muerte de Mallafré provocó que esta cumbre fuera renombrada con este nombre y es asi como hoy en día denominamos a la punta más alta del Firé: la Mallafré.
En 1944, un escalador aragonés, Joaquín Mateo Tinao, escaló la dificil aguja que estaba sobre el actual "Paso de la Vía" y que domina la salida de la famosa chimenea de la "Galletas", la cuál adquirió a partir de entonces su nombre: Punta Mateo.
Curiosamente, aún quedaba por coronar la cumbre principal del Firé la cuál fue conquistada en 1946 por Angel Serón, Fernando Millán y Roberto Martín "Chinchín". Para ello, escalaron la Punta Mateo, ya que el actual "Paso de la Vía" suponía entonces un paso infranqueable, rapelaron la pequeña aguja y coronaron la cima principal del Firé. Estos escaladores pertenecían a la centuria "No Importa" de Falange, por lo que bautizaron de esta manera a la cima principal del Firé: Punta No Importa.
La última gran cima por conquistar del Fire fue ascendida de nuevo por Angel Serón, Fernando Millán, "Chinchín" y Agustun Fau. Para ello subieron por la canal que separaba la Punta Mallafré de esta aguja y ascendieron a cima por un corto muro de roca descompuesta. Bautizaron esta cima virgen como Punta Montolar , que era el nombre de otra centuria del Frente de Juventudes de Zaragoza.
Las Puntas del Firé vistas desde el Pisón.
LA TRAVESIA DE LA PUNTAS DEL FIRE EN LA ACTUALIDAD
Os voy a contar como fue nuestra travesía que no fue completa ya que nos dejamos la Punta Mallafré y os voy a dar algunos consejos por si queréis repetirla. La aproximación la tendréis que hacer desde el pueblo de Riglos por la pista forestal que pasa por debajo del Pisón y del Puro y asciende por el Circo de Verano al collado del Firé. Antes de llegar al collado y justo cuando estéis más o menos por encima de la gran glera que domina el Firé, una senda más o menos marcada os llevará al collado correcto dónde empieza la vía. En el pequeño collado nos ataremos las cuerdas y subiremos con cuidado por un muro tumbado de IIIº sin seguros hasta un árbol con una instalación de rapel que utilizaremos como reunión.
De esta manera alcanzaremos el "Jardín" dónde nos podremos quitar las cuerdas y decidir qué agujas coronar y en qué orden. A mano izquierda un canalón de roca descompuesta y con bastante vegetación nos permitirá llegar al collado que separa la Montolar de la Mallafré (1 largo de IVº con un parabol pero con muchas posibilidades de lazar a los árboles y arbustos de la canal). Desde el collado se puede coronar la Montolar en un largo de IV+ de roca descompuesta, rapelar otra vez al collado y ascender en 2 largos de Vº a la Mallafré. Ojo con esta vía de ascenso a la Mallafré, la roca está muy descompuesta, hay pocos seguros y es un Vº de los picantes de esos que tanto nos hacen "disfrutar" en Riglos.
Eduardo en el primer largo que da acceso al "Jardín".
Sin embargo nosotros optamos por ir en primer lugar a por las puntas No Importa y Mateo. Para ello, ascendimos hasta el final del "Jardín" y nos volvimos a poner las cuerdas para escalar un murete más vertical de IV+ de roca algo más decente y bastante bien protegido con parabols.
Escalando el muro de IV+ que hay por encima del "Jardín".
Montamos reunión y nos volvemos a quitar las cuerdas para trepar con cuidado entre raices por una canal vertical que nos llevará al collado que separa la Mallafré de la Punta Mateo. Antes de meternos de nuevo en faena, aprovechamos para tocar chufa en la "Punta Buzón" que está a la derecha de la Mateo conforme subimos por la canal. Otra vez en en el collado, nos ponemos las cuerdas y nos preparamos para afrontar el paso clave de la ruta.
En la cima de la Punta Buzón, la primera que fue conquistada en Riglos.
La Punta Mateo vista desde la Punta Buzón.
En lo que llevamos de ruta tan sólo hemos hecho trepadas y hemos escalado algun muro de IVº más o menos vertical, todo ello entre canales y jardines que rompen la verticalidad de la vía. El siguiente largo, muy corto por cierto, enseñará a los que no lo conozcan y nos recordará a los que sí que lo conocemos lo que es Riglos. Es el famoso "Paso de la Vía", un corto flanqueo técnico de Vº perfectamente protegido con 2 parabols que se realiza con un patio considerable. Bajo nuestros pies, 300 metros de caida verticales y las vías del canfranero muy pequeñitas desde aquí arriba. Este aéreo paso impresionará a los escaladores nóbeles pero hay que reconocer que es muy espectacular y fotogénico. Es uno de los pasos de escalada más conocidos de Riglos.
El aéreo "Paso de la Vía" con todo el patio bajo tus pies.
Montamos de nuevo reunión y nos acercamos sin las cuerdas a coronar la cercana Punta No Importa que no es la más alta del Firé aunque sí que es la principal y la única que se contempla desde el pueblo de Riglos. El paisaje desde aquí es espectacular. Una cumbre muy aérea desde la ue podremos contemplar el paisaje vertical del Circo del Verano, con los tremendos murallones del Pisón y la espectácular cumbre del Puro. Nos quedamos un rato en la cima por que estos paisajes no se contemplan todos los días.........
Tras el "Paso de la Vía" coronaremos andando la Punta No Importa.
Quique y Eduardo en la cima de la Punta No Importa, la cima principal del Firé.
Paisaje vertical y muy aéreo desde la cima de la Punta No Importa.
Desde la cumbre de la No Importa volvemos a la reunión del "Paso de la Vía" y montamos el siguiente largo para ascender a la Punta Mateo. Es un pequeño largo de IVº con apenas 2 seguros y con roca muy descompuesta. No es nada dificil pero hay que ir con cuidado y prestar mucha atención a la roca.
Escalando hacia la Punta Mateo, roca mala y pocos seguros.
Ya estamos en la diminuta cima de la Punta Mateo. Debajo nuestro la salida de la profunda chimenea de la "Galletas", el paisaje continua siendo muy aéreo, vamos no apto para personas con vértigo.
Autofoto en la diminuta y aérea cima de la Punta Mateo
Rapelamos de nuevo al collado que separa la Mallafré de la Mateo. Desde este collado también se podría subir a estas 2 agujas, ambas con 1 largo de escalada de V+ que no lo regalan pero por lo menos la roca es más o menos buena y están bien protegidos, algo a tener muy en cuenta.
Rapelando la Punta Mateo.
Nosotros vamos a por todas la agujas y decidimos rapelar de nuevo hasta el "Jardín" con la intención de subir por la canal hasta el collado que separa la "Montolar" de la "Mallafré" y desde aquí escalar las 2 agujas. Un error por que la vía que sube a la "Mallafré", nos pareció muy expuesta ya que a pesar de ser 2 largos de Vº, los seguros brillaban por su ausencia y la roca parecía mala. Además, creemos que desde la Mallafré no se puede rapelar de nuevo hasta este collado. En definitiva, que teníamos que haber coronado la Mallafré desde el collado que la separaba de la Punta Mateo, algo que suposo que nos fueramos a casa sin esta aguja.
Para escalar la Montolar, subimos por la susodicha canal que sale del "Jardín" mediante un largo de IVº protegido con un solo parabol. Mucha vegetación y roca descompuesta, fácil pero no te caigas.
Escalando la canal que da acceso al collado entre la Montolar y la Mallafré.
Desde el collado alcanceros la cima a través de un largo corto de IV+ con 2 paraboles, fácil pero de roca delicada en la que tendremos que prestar atención por que después de chapar el primer seguro es mejor que no nos caigamos.
El ultimo largo que da acceso a la Montolar.
La cima de la Montorlar es diferente a la de las otras agujas que hemos coronado. Domina el collado norte y nos es tan aérea como las otras. El paisaje de esta cima poco frecuentada de Riglos, de nuevo, es soberbio.
En lo más alto de la Montolar, una cumbre poco frecuentada de Riglos.
La Montolar proyectando su sombra sobre el collado norte.
En la cima hay 2 instalaciones de rápel, en una podremos bajar hasta el
collado que separa la Punta Sally de la Montolar y desde aquí coronar la
Sally (rápel volado, obligatorio 2 cuerdas de 60m) o utilizar la
instalación de subida y baja de nuevo por la canal que hemos subido.
Rapelando la Montolar, nos esperan las cervezas abajo.
Y con esto termina nuestra última aventura en Riglos. No creo la repita pero en mi opinión, por su historia y pasado, es una vía que tendriamos que hacer al menos una vez en la vida, sobretodo los que somos de esta tierra.
Los 3 Mosqueteros en una de las reuniones de la vía., la única foto que tenemos juntos de ese día.
2 comentarios:
Hola Rubén, yo de escalada, nada de nada y eso que por lo menos tengo que aprender a rapelar, para hacer el Midi. Viendo las fotos y leyendo tu crónica, parece que hay bastantes tramos con poca dificultad (paredes tumbadas y con muchos apoyos). Seguro que con lo cerca que esta Riglos, repetiras, saludos
Eduardo, a Riglos volveré más pronto que tarde, es uno de los parajes naturales de Aragón en los que más disfruto. Lo que no creo es que repita esta vía que aunque sea más montañera para lo que suele ser Riglos es una vía de escalada, fácil, pero de escalada y además con roca mediocre y pocos seguros.
Salud(os)
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