martes, 6 de septiembre de 2016

CUEVA CORO-TRACITO

UNA CAVIDAD ACTIVA EN LA GARGANTA DE ESCUAIN



Sergio afrontando el sifón de la cueva Coro-Tracito.



Seguramente el nombre de Coro-Trácito no os suene a muchos de vosotros. Pero si me refiero a la Cueva de los Osos de Tella, probablemente a alguno ya le empezará a sonar algo. Es una cueva turística famosa en el Sobrarbe por ser uno de los yacimientos de oso cavernario ubicados a mayor altitud de Europa que está habilitada para ser visitada por turistas acompañados de un guía.
Pues bien, unos metros por encima de la Cueva de los Osos de Tella, hay una gran balma o visera dónde se encuentra otro yacimiento que actualmente se encuentra en excavación. Desde lejos, no se vislumbra que esta visera pueda tener desarrollo, pero fuera del recito vallado del yacimiento arqueológico, y en un extremo de ésta, podremos ver dibujadas en la pared las siglas A4, que es como denominó el Grupo de Espeología de Badalona (G.E.B) esta cavidad cuando la exploró. Si nos acercamos a estas marcas pintadas, una corriente de aire gélido que sale del interior de la visera, delatará la presencia inequívoca de la cueva.


El yacimiento arqueológico en la gran balma o visera que hay encima de la Cueva de los Osos de Tella (en la parte superior izquierda de la fotografía se encuentra la entrada de la Cueva Coro-Trácito).


Si no disponemos de permisos, tendremos que dejar el coche en la barrera de la pista forestal que sale de Tella en dirección a la Cueva del Oso. A partir de aquí, 45 minutos de caminata hasta llegar a la entrada de la cueva turística. Unos metros por encima de ésta, sale una senda que nos lleva en poco tiempo al vallado del yacimiento de la visera  superior. Con cuidado, bordearemos el vallado y nos dirigiremos a la imperceptible boca (desde lejos claro) pero que se hace sentir por el aire frio que sale de dentro cuando nos acercamos.


Aproximación a la cavidad por la pista forestal que sube la Cueva de los Osos de Tella.



La cavidad tiene cerca de 1km de desarrollo y es activa por lo que su exploración será lineal (entraremos y saldremos por el mismo sitio). Consiste simple y llánamente en remotar el río subterráneo que hay en su interior. 3 resaltes y 3 pozos, alguno de ellos volado, de hasta 15 metros para salvar las diferentes cascadas del río, supondrán la principal dificultad técnica de esta cavidad que se encuentra totalmente instalada. Cuando salgáis no os olvidéis de anclar las cuerdas en la base de los pozos para evitar que las castigue  las crecidas periódicas del río subterráneo
Coro-Tracito vendría a ser una versión en pequeño de la B1-Fuentes de Escuain pero mucho más pequeña, con menos agua y menos técnica. Como siempre, este tipo de cavidades pirenaicas se caracterizan por ser muy frias, tanto por su temperatura interior (unos 9º) como por la temperatura del agua (unos 6º) con la que estaremos casi todo el rato en contacto, asi que el truco para visitarlas, además de llevar el material y la vestimenta adecuada, es parar lo mínimo posible y estar constantemente en movimiento para evitar quedarse frio. Pese a todo, no nos pareció una cueva tan fria como otras que cavidades acuáticas que hemos visitado en el Pirineo, en especial por que no tiene las corrientes tan fuertes de aire que tienen otras cuevas de las mismas características como Santa Elena en el Sistema Arañonera o la mencionada B1-Fuentes de Escuain.


Sergio y yo momentos antes de entrar a la cueva, menudo biruji que sale de ahí dentro, seguro que calor no  pasamos!!!!.



Sin embargo, esta cavidad guarda una pequeña sorpresa que tendremos que superar casi al principio y que será el tributo a pagar, tanto a la ida como a la vuelta, para explorarla. Estoy hablando de un pequeño sifón de 1,5 metros de longitud. En condiciones de estiaje, tal y como lo encontramos nosotros, el sifón tiene un palmo escaso de altura sin agua que nos permitirá pasar boca arriba con la nariz pegada al techo. Visto en las fotografías no parece tan fiero pero en directo impresiona, vaya como todos los sifones en cuevas, por la rendija no sumergida corre una fuerte corriente de aire y el agua está helada, por no hablar de que estamos en oscuridad absoluta. 
Es el segundo sifón que pasamos en cuevas, el primero fue la Cueva de la Ubriga, contamos con más experiencia y ya no cometimos los errores que cometimos en la Ubriga. Pasamos rápidamente, si hacer intentos, sobretodo el primero. Así, enturbiamos menos el sifón y envitamos estar en contacto con el agua el mínimo tiempo posible para no quedarnos frios. Sergio pasó boca arriba sacando la nariz por la escasa rendija de aire, yo no me compliqué la vida y sumergí la cabeza para pasar lo más rápidamente posible. Buf, los sifones en cuevas, que lugares tan hostiles, me ponen los pelos de punta!!!!!!!.


Sifón de Coro-Trácito, paso clave para explorar la cueva.


Al final sólo entramos Sergio y yo en la cavidad. Marta nos acompañó hasta la entrada de la cueva pero la gastronteritis que tenía yo el finde anterior se la había pegada a ella, y tras hacer uso de los "baños públicos" varias veces en la marcha de aproximación, decidimos que se quedase fuera.Lo bueno de ir dos es que fuimos muy rápidos tanto a la ida como a la vuelta y que no tuvimos que hacer esperas en los pozos, algo fundamental en este tipo de cavidades para no quedarse frio. 
Y como hacer fotos en estas condiciones de frio y humedad es muy dificil y no nos podíamos quedar parados para sacar un trípode y tomar imágenes en condiciones, cuelgo un pequeño vídeo que grabamos para que veáis un poco cómo es esa cueva. Y sí, las cavidades con agua, con un río subterráneo en su interior, ganan muchos enteros, menuda cucada de cueva, la disfrutamos un montón:




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