LAS CUEVAS DE BOLTAÑA 26 AÑOS DESPUÉS.
En al año 1989 estuve en unos campamentos del colegio en Boltaña. Desde entonces, y mira que paso veces con el coche por Boltaña, no había vuelto a ir por alli y me hacía ilusión ver las casetas y los prados dónde tan bien nos lo pasábamos de crios. En esos días fueron las primeras pateadas por el monte, los primeros rapeles y tirolinas, los primeros vivacs al aire libre en la explanada del campamento y sin fin de actividades de las que guardo un grato recuerdo.
Una de las actividades que hicimos ese año fue visitar unas cuevas que estaban al lado del campamento, sino me equivoco, fue la primera vez que me metí en una cueva. No recordaba el nombre de la misma, ni dónde estaba, tan sólo que fuimos andando desde el campamento, por lo que no tenían que estar muy lejos, éramos crios de 9 años y por razones obvias nuestros pateos estaban limitados en duración. Hace poco recordé esta actividad y me puse a investigar, por lo visto debimos ir a las Cuevas del Caserio de Seso, muy sencillas y cercanas a los campamentos. Con esto ya tenía la excusa necesaria para visitar de una tacada los campamentos y las cuevas y asi recordar aquellos años de infancia.
La boca de la cavidad se abre sobre el derrumbe del techo de la sala de entrada.
Para acceder a las cuevas tenemos que pillar la carretera que va de Boltaña a Campodarbe. Nada más cruzar el Ara por un puente, sale una pista forestal en dirección al Caserio de Seso. La pista pasa por mis campamentos y llega hasta una barrera dónde dejaremos el coche. Desde aquí, y ya andando, identificaremos el primer barranco que hay a la izquierda de la pista conformea andamos dirección al Caserio de Seso (unos 100m desde la barrera). Localizaremos unos mojones y remontaremos el barranco siguiendo los mojones y las flechas pintadas en la roca. La boca se encuentra en el suelo, es el resultado del derrumbamiento del techo de la sala de entrada.
Como os podéis imaginar, con tantas indicaciones, mojones y flechas es una cueva bastante visitada, no me extraña que en el año 1989 nos metieran aquí los monitores del campamento.
Topografía de la cavidad obtenida de la página web del GEB (Grupo de Espelología de Badalona).
La cavidad está adornada por numerosas formaciones.
Han pasado muchos años y tengo poquísimos recuerdos de esa visita. Recuerdo que la boca estaba en el suelo, que al entrar noté sensación de frio (sería el contraste de sol abrasador del verano con la temperatura interior de la cueva, unos 12º) y que nos tuvimos que poner ropa de abrigo (en aquellos años un jersey de lana, que todavía no estaba inventado el forro polar). Recuerdo también que había un pequeño destrepe resbaladizo que a unos crios de 9 años nos suponía todo un desafío y como nos tuvieron que ayudar los monitores a bajar uno a uno.
Por supuesto, ni casco ni linterna frontal, llevábamos una linterna de mano de pila de petaca que no alumbraba un carajo.Eso sí, con las linternas nos divertíamos alumbrando a las colonias de murciélagos que había en el techo de la cueva para asustarlos y hacerlos volar, en aquellos tiempos no había la conciencia medioambiental que había ahora, seguramente con esa visita debimos joder el periodo de cria de algun que otro murciélago.
Recuerdo también que en algunos puntos nos arrastramos y que nos pusimos perdidos de barro pero lo que sobretodo recuerdo es que los monitores nos hicieron apagar a todos las luces para experimentar la sensación de obscuridad absoluta que sólo se puede experimentar dentro de una cueva.
El suelo tapizado de gourgs de la sala principal, lo más característico de esta cueva.
26 años después y peinando canas en el
pelo, vuelvo a visitar esta cueva de la que casi no recordaba nada en su
interior. Es una cavidad horizontal, sin dificultades, de 300 metros de
desarrollo aproximado y muy cómoda de recorrer, sólo hay que agachar un
poco el riñón en el tramo final de la cavidad.
La
cueva está muy concreccionada y destaca, por encima de todo, su suelo
tapizado de gourgs fosilizados, lo que hace que sea una cavidad muy
estética.
Desarrollo lineal de la sala principal y su suelo tapizado de gourgs, una cueva muy fotogénica y fácil de recorrer.
La cueva alberga en el verano una colonia importante de murciélagos,
posiblemente sea una cavidad de cria para estos animales, y por lo
visto, les debe afectar mucho las visitas incontroladas como esa
que hicimos nosotros en el año 1989. Me consta que se está pensando
cerrarla para evitar este tipo de visitas. Nosotros, a finales del
verano, apenas vimos 3-4 murciélagos en la sala principal y esta vez
procuramos no molestarlos.
Contraluz en la sala de entrada.
En la sala principal veréis que una serie de testigos colocados estatrégicamente debajo de estalactitas para tomar muestras del goteo de la cavidad. Estos testigos forman parte de un estudio paleoclimático a partir de los espeleotemas de esta cueva que está realizando el Instituto Pirenáico de Ecología con la colaboración de la Asociación Científico-Espeleológica Cotiella. Sed respetuosos también con estos testigos, si tenéis curiosidad, os dejo un enlace para que os podáis descargar el estudio que están realizando:
Testigos colocados por el Instituto Pirenaico de Ecología.
Las Cuevas del Caserio de Seso, conocidas por los lugareños de la zona como las Cuevas de Boltaña, para mi siempre serán las Cuevas de los Campamentos. No son unas cuevas espectáculares, ni unas cuevas muy grandes, ni tienen interés deportivo, pero son las primeras cuevas que visité cuando era un crio y me hacía muchísima ilusión volver a verlas..........26 años después.
1 comentario:
Hola Ruben.
Cuando uno es un crío, cualquier cosa que hace, le parece una gran hazana, un gran desafió. Eso nos ha pasado a todos, yo iba de campamentos a Alsasua, y subir a la Sierra de Urbasa, era la leche.
La cueva a pesar de ser pequeña, me ha gustado, una lastima que la quieran cerrar, pero es importante preservar los murciélagos.
Un saludo
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