domingo, 21 de agosto de 2016

LA PASÁ DEL PICAYU-TRESVISO (DESFILADERO DE LA HERMIDA-PICOS DE EUROPA)

TRAVESÍA DE SAN ESTÉBAN A TRESVISO POR LA PASÁ DEL PICAYU Y DESCENSO AL DESFILADERO DE LA HERMIDA POR EL CAMINO DE URDÓN.


Tresviso es la localidad más aislada de la vertiente cántabra del Parque Nacional de Picos de Europa. Un pueblo ubicado a una altitud de unos 1.000m, de los más altos de Picos de Europa, en medio de una orografía muy compleja que brindaba a sus habitantes unos accesos muy complicados y que lo matenía literalmente aislado del resto del mundo. Fue el último pueblo del Parque Nacional de Picos de Europa que tuvo accesos modernos, gracias al asfaltado en la década de los 90 de la pista forestal que lo comunica con Sotres, localidad de la vertiente asturiana del parque nacional. Sin bien la localidad de Bulnes todavía sigue sin tener una carretera de acceso (y no creo que la tenga nunca), ya dispone desde hace unos cuantas décadas de un funicular que lo mantiene en contacto con el exterior, por lo que Tresviso fue el último pueblo del parque nacional que consiguió salir de su aislamiento.
A su elevada altitud para lo que es Picos de Europa, hay que añadir su emplazamiento, un nido de águilas colgado sobre el Cañón del río Urdón, afluente a su vez del río Deva, al que vierte sus aguas en el tramo más angosto del Desfiladero de la Hermida, uno de los grandes desfiladeros de los Picos de Europa.
Todos los accesos a este pueblo, especialmente hacia la vertiente cántabra y el mar Cantábrico, eran de una complejidad enorme, pero esto no impidió a sus habitantes trazar espectáculares sendas y caminos que, no sin dificultad, les permitían acceder a los pueblos vecinos.
Este aislamiento extremo fue así hasta mediados del S.XIX, cuando desde el Desfiladero del río Urdón, se excavó en la roca un camino colgado literalmente en el vacío que comunicaba el Desfiladero de la Ermida con Tresviso y permitía descender el mineral de cinc de las minas situadas en la parte alta de la montaña. No podemos decir que éste fuera un camino sencillo, pero permitió a los habitantes de Tresviso, a partir de ese momento, tener una comunicación más rápida con el exterior. De hecho, era el único camino de caballerizas (que no de carros) que les permitía descender hasta el Desfiladero de la Hermida.
Esta impresionante obra de ingeniería es actualmente una de las excursiones más famosas y conocidas de la vertiente cántabra de Picos de Europa.Cuando uno ve las fotos aéreas de este camino, es imposible resistirse a su encanto (los que seáis montañeros me entenderéis). Yo ya lo había fichado desde Zaragoza como posible ruta para las vacaciones y terminó por decantarse cuando bajamos a la playa procedentes de Fuente De por el impresionante tajo del Desfiladero de la Hermida. Tras hacer el Cares el año pasado y descender también el barranco de la  Foz de Víboli en el Desfiladero de los Beyos, el Desfiladero de la Hermida, junto con el Urdon, afluente de éste, era el único gran desfiladero de los Picos de Europa que nos quedaba por recorrer. 

 Señalizando el trazado imposible por dónde va la senda, sí por ahí se puede pasar.


Pero esta ruta tenía un handicap que no me gustaba nada, subía y bajaba a Tresviso por el mismo sitio. En los días de descanso de playa, aproveché para devorar la guía que me traje de Picos de Europa y vi que había una ruta circular que subía a Tresviso desde la localidad de San Estéban por una ruta definida por la guía como inverosímil y espectácular, denominda la Pasá del Picayu.Ya teníamos la circular, pero no iba a ser un paseo, ni iba a ser sencillo. Sin embargo, el esfuerzo de ese día tuvo la recompensa que voy a intentar describir en esta entrada.

 El camino excavado en el Desfiladero del río Urdón que sube a Tresviso, imposible resistirse ante esta imágen (fotografía obtenida de la siguiente web: http://www.soydeliebana.es/fotografia/fotos-pedroalvarez/albumes/ruta-urdon-tresviso-71945/index.html)


Lo normal sería hacer combinación de coches, uno dejarlo en la Central de Urdón y el otro en San Esteban. Como no era el caso, nosotros lo dejamos en la Central de Urdón (asi a la vuelta no tendríamos de andar más) y nos tocó hacer a patita casi 5km por carretera, primero hasta Rumenes por la carretera del Desfiladero de la Hermida, y luego cuesta arriba y por carretera también hasta San Estéban. En total una hora aproximada de pateo por asfalto, esto fue el único punto negativo del día.



En la localidad de San Esteban empieza propiamente la ruta, de hecho, vamos recorrer la senda que ha recuperado el Parque Nacional y que comunicaba Tresviso con esta localidad. Desde San Esteban, echamos la mirada hacia arriba, y podemos ver el enorme murallón que tenemos que salvar y por dónde discurre parte de la ruta. Desde abajo, no sé ve fácil, y desde luego fácil no va a ser.

Por esos murallones y por esas canales y brechas tendremos que subir.



Empezamos el ascenso siguiendo las marcas del PR, el camino está perfectamente señalizado. El inicio va por un bosque de hayas muy bonito pero lo mejor de todo es que tenemos sombra, hay que aprovechar por que arriba sabemos que nos vamos a achicharrar.


Tras pasar una fuente y un área recreativa, la senda sube en fuerte pendiente. En poco rato, salimos de la espesura del bosque y empezamos a contemplar el paisaje sobrecojedor que nos rodea.




Empieza el espectáculo. Estamos en medio de un precipicio pero la senda se las ingenia para buscar los puntos débiles de la montaña a través de canales, fajas y brechas. Empiezan también los primeros pasos equipados con siergas.


 Primeros pasos equipados con siergas.



La canales que tenemos que subir las remontaremos de forma salvaje. El desnivel de esta ruta y la forma en la que se salva es una de las principales dificultades de la misma.Para venir aquí, hay que tener buenas piernas.





Tras superar la primera canal, veremos enseguida el siguiente paso inverosímil por el que va la ruta, otra canal herbosa vertical que busca un paso a través de un collado defendido por una aguja característica.


 La siguiente canal que tenemos que salvar y la aguja característica que permite identificar el paso.



La canal está colgada literalmente el vacío y para entrar a ella hay que hacer un flanqueo delicado que está protegido por un cable de acero en forma barandilla.





Esta es la aguja característica que sirve para identificar el paso:




El remonte de esta canal no lo regalan, otra vez a subir a cuchillo y a devorar desnivel de forma salvaje.




La senda está subiendo desnivel de forma muy rápida y ya empezamos a tener la sensación de vacío que caracteriza a esta ruta.



En la siguiente foto podéis ver el trazado que hemos tenido que seguir para entrar en la canal. Un flanqueo colgado en el vacío a través del collado que comunica esta canal con la anterior que hemos subido. Abajo, muy abajo, ya queda el pueblo de San Estéban. Flipante por dónde estamos subiendo......




Por fin alcanzamos el collado junto  a la aguja característica. Desde aquí es la última vez que veremos el pueblo de San Estéban. Fijaros lo pequeñita que es Marta al lado de este monolito rocoso, qué pasada de sitio!!!!.




Por contra, aparece por primera vez las impresionantes vistas del Desfiladero de la Hermida, nosotros hemos dejado el coche hace un buen rato en el fondo del mismo, y dentro de otro buen rato bajaremos de nuevo hasta abajo del todo, haceros una idea de los desniveles que estamos salvando.


 Vistas del Desfiladero de la Hermida.


El Desfiladero de la Hermida es uno de los principales accidentes geográficos de Picos de Europa. Delimita la vertiente cántabra del Parque Nacional por su lado oriental o, lo que es lo mismo, es el límite más oriental del Macizo de Andara. Además, es la puerta y la vía de comunicación entre Unquera (Mar Cantábrico) y el Valle de Liébana, y  por aquí va la carretera que comunica la zona más famosa de la vertiente cántabra del Parque Nacional de Picos de Europa con la zona de costa. El desfiladero tiene proporciones colosales, sobretodo en su lado más angosto, que coincide con la Central de Urdón, dónde hemos dejado el coche.


 La salida del Desfiladero de la Hermida hacia Unquera y el Mar Cantábrico.


Al superar la aguja de la canal precedente, pensábamos que ya habíamos hecho la parte más espectácular de la ruta. Estábamos equivocados, esto no había hecho más que empezar. Por de pronto, tocaba subir y seguir subiendo, estaba vez sin una puñetera sombra, hasta una brecha muy característica y que da nombre a esta ruta: la Pasá del Picayu.




Lo que viene a continuación no voy a ser capaz de describirlo con palabras y las fotos realizadas no permiten transmitir la espectacularidad de este paso y de esta ruta.Sencillamente acojonante, y eso que el Parque Nacional, cuando restauró esta ruta, la sobreequipó con pasarelas y siergas, lo que ha dado más seguridad a la misma, pero ha hecho que perdiese el carácter salvaje que tenía. 


 Aquí se pasaron un poco con el equipamiento, en su momento tuvo que ser un paso muy expuesto.



La Pasá del Picayu da paso a una canal colgada en el precipicio de la parte superior del Desfiladero de la Hermida, para hacer una trepada que te lleva a una repisa aérea con mucha exposición y  que ahora mismo está protegida con un cable de acero. Si los anteriores pasos me dieron la sensación de estar sobrequipados, aquí me agarré a la sierga sin dudarlo, menudo "patio" que teníamos bajo nuestros pies y en la repisita herbosa apenas cabía una persona. Alucinante, por que esto es una senda histórica nacida de la necisidad de los habitantes de Tresviso de salvar los accidentes geográficos que les oponían las montañas dónde vivían y poder salir de su aislamiento a través de caminos y sendas imposibles como éstas. Me quito el sombrero, por que la ruta es de una complidad y dificultad digna de señalar, ellos pasarían por aquí sin el equipamiento actual y por necesidad, no por ocio como lo hacemos nosotros. Sin duda alguna, uno de Tresviso que en aquellos tiempos se echase novia en San Esteban, se tenía que jugar el cuello para festejar con ella..........desde luego, sería para pensárselo, eh?......ja,ja,ja.



 El paso más espectácular y expuesto de la ruta, aquí si que nos agarramos al cable....ja,ja,ja


Pero esto no ha acabado señores y el espectáculo continua. Ahora empieza un tramo de subidas y bajadas y flanqueos colgados en el vacío para buscar los mejores pasos en la montaña como el que se puede ver en la siguiente fotografía:




A partir de aquí hay que hacer un descenso pronunciado que pasa cerca de una gran cueva. Es fácil pero desde aquí arriba se experimenta una gran sensación de vacío sobre el fondo del Desfiladero de la Hermida.




Las repisitas por las que pasa la senda se las traen, espacio justo para una persona y colgadas literalmente en el vacío. Ahora están progetidas con cables de acero pero hace años por aquí pasaba la gente a pelo.




No me puedo resistir a marcar en esta fotografía el trazado de este tramo de la ruta. La flecha superior es el collado de dónde venimos y que marca el inicio del gran descenso a hacia la cueva y la flecha inferior marca el punto dónde ha sido tomada la anterior fotografía. Lo que no refleja la fotografía es el precipicio tan grande por el que pasa esta senda. ALUCINANTE!!!!!!.



Ahora sí, llegamos al punto más alto de la ruta y fin de las dificultades de la misma. Vistas magníficas del Desfiladero de la Hermida y del Mar Cantábrico como telón de fondo. Lo estamos gozando un montón.



Un flanqueo ligeramente ascendente que se nos hace un poco largo nos lleva directamente a Tresviso. Las vistas del pueblo desde la senda son magníficas, con el Naranjo de Bulnes presidiéndolo todo.



Llevamos 4h de marcha y unos 1.000m de desnivel salvados de forma salvaje y espectácular, asi que paramos en Tresviso para comernos un bocadillo, hidratarnos y darnos un merecido descanso.
Ahora empieza la segunda parte de la excursión, bajar al Desfiladero de la Hermida por el camino minero del S.XIX trazado en el Desfiladero del río Urdón, sólo que son las 3 de la tarde, ya llevamos una buena soba, y después de comer no apetece nada ponerse a andar bajo un sol de justicia. No sin pereza, iniciamos el descenso desde Tresviso:


El camino está perfectamente marcado y señalizado; de hecho, estamos ante una de las excursiones más famosas de la vertiente cántabra del Parque Nacional de Picos de Europa. A diferencia de la anterior ruta, en la que por razones obvias hemos estado completamente sólos, aquí si que nos encontramos mucha más gente.
 


Este camino es realmente espectácular, menuda obra de ingenieria, lo han excavado en las paredes del Desfiladero del río Urdón y está colgado literalmente en el vacio.


 Senda espectácular colgada en el vacío para bajar a Urdón.


El camino salva un fuerte desnivel asi que subir por aquí también tiene que requerir su esfuerzo. Yo sigo fliplando con estas sendas de Picos de Europa, caminos como éste no los tenemos en los Pirineos.





El descenso es bonito pero la ruta por dónde hemos subido ha dejado el listón demasiado alto pero bueno, aunque no nos gusta tanto como la Pasá del Picayu y ya vamos cansados y aplatanados por el sol, lo estamos disfrutando un montón, al final nos va a salir una circular 5 estrellas.





Y tras buen rato bajando y bajando sin parar, llegamos al fondo del desfiladero del río Urdón que cruzamos por un puente construido también por los mineros en el S.XIX:



Y ahora sí, por un camino muy cómodo y sin los deniveles y precicipios salvados en las horas anteriores, llegamos con una sonrisa de oreja a oreja  a la Central de Urdón, dónde hemos dejado el coche.



Esta ruta no la fiché en Zaragoza cuando planifiqué las vacaciones, sí que quería subir a Tresviso por Urdón, pero la circular la fiché leyendo en la playa las guias de Picos de Europa que me traje, asi que fue un poco de suerte el haber venido a este sitio. 
Defino esta ruta, especialmente la Pasá del Picayu, como senda imposible al estilo de las que hemos recorrido estos años en la Sierra de Guara; es decir, senda histórica trazada por los habitantes de Tresviso para aprovechar sus recursos naturales y salir del aislamiento provocado por la orografía tan compleja dónde estaba ubicada el pueblo. Sin embargo, ésta supera la sendas imposibles de Guara en espectacularidad, complejidad y dificultad, esta ruta sencillamente es alucinante, cuando pasas por aquí flipas con la habilidad de estas personas para trazar sendas en sitios que vistos desde lejos parecen imposibles.
Ojo, por que está marcada por el Parque Nacional como PR y de senderismo nada. A su fuerte desnivel, que exige una muy buena forma física, hay que añadir su dificultad, está todo muy protegido pero es muy expuesta y no te puedes permitir ni un  sólo error, aquí los precipicios son los verdaderos protagonistas.
Al final nos salió una circular 5 estrellas, fuera de la alta montaña y aunque todavia conozco poco estas montañas, me atrevería a decir que es la mejor ruta que podemos hacer en todo el Parque Nacional de Picos de Europa. Cuanto me alegro de haber venido a este sitio, Marta y yo bajamos con la boca abierta.............

1 comentario:

Pirene dijo...

Que maraviLla!! es cierto eso de que "picos no regala nada.