Esta entrada llega con bastantes días de retraso, es lo que tiene tener poco tiempo para actualizar. Corresponde a las pasadas y ya casi olvidadas vacaciones de verano. A mediamos de agosto, nos fuimos mi padre, Ángel y yo a la zona de Bielsa con el fin de conocer nuevos valles y pisar cumbres desconocidas para nosotros y para ello fijamos el objetivo en la Punta Suelza (2973m).
Pasado Bielsa, tras la ultima gasolinera que hay antes de llegar a la frontera con Francia, sale una pista forestal que nos lleva directamente a los Lagos de Ordiceto. La pista tiene 11 km y sólo es apta para todoterrenos ya que, además del fuerte desnivel que tiene al principio, justo antes de llegar a la central eléctrica hay una serie de badenes profundos no aptos para vehículos normales. Por ello, y dado que llevamos puesto el chip de conocer nuevos sitios, nos cargamos las mochilas y recorremos a pie la pista y el valle por la que circula.
Tras unos 1000 metros de desnivel y unas 3 horas de marcha, alcanzamos los Lagos de Ordiceto y el refugio del mismo nombre, que utilizaremos para pernoctar esa noche. Los ultimos metros de la pista los tenemos que hacer medio corriendo por que ha empezado a llover y la tormenta se nos ha echado encima.
El refugio está bien para utilizarlo como base para nuestras actividades pero advertir que tiene problemas importantes de agua en verano. Es cierto que está justo encima de uno de los lagos, pero éste está represado y en verano el nivel del mismo está muy bajo y el agua enfangada, asi que nos tocará ir andando un buen trozo para ir a por agua a los lagos cercanos.
Desde aquí podremos observar también las empinadas laderas de la Punta Suelza, un casi tresmil que tenemos justo encima de nosotros y que será nuestro objetivo para el día siguiente.
Desde aquí podremos observar también las empinadas laderas de la Punta Suelza, un casi tresmil que tenemos justo encima de nosotros y que será nuestro objetivo para el día siguiente.
Desde el refugio hay que cruzar la presa del ibón principal y flanquear a media ladera las faldas de la montaña para dar con un empinado canalón que supone el paso clave de la ascensión. El canalón es bastante duro, al menos en verano, ya que la piedra suelta y la inclinación del mismo hace que en algunos puntos demos un paso adelante y dos atrás. Estos sitios hay que tomarselos con calma, encender el motol diesel y a la marchica devorar poco a poco metros de desnivel a la montaña.
Tras este empinado tramo llegaremos a un collado desde dónde parece que la cumbre ya la tenemos en el bolsillo. Pero en realidad aun nos quedan 30 minutos más de ascensión flanqueando por la derecha los canchales que defienden la arista cimera. La verdad es que este tramo se hace largo.
La cumbre es lo mejor del día. Esta montaña, a pesar de no alcanzar por poco la mágica cifra de los tresmil metros, tiene mucha más entidad que muchos de los tresmiles pirenaicos que hay catalogados en la actualidad. Las vistas desde la cumbre son muy extensas, sobretodo de los macizos de Posets, Bachimala, La Munia, Perdiguero y Maladetas.
En definitiva una buena actividad que nos ha llevado a sitios del Pirineo que no conocíamos. Además, y tras mucho tiempo sin coincidir juntos, he vuelto a salir al monte con Ángel y a pisar juntos una cumbre pirenaica. Esperemos que haya muchas más cumbres y que para la próxima no vuelva a pasar tanto tiempo.
1 comentario:
No conocía este cuasi 3mil, pero se va a convertir en uno de mis objetivos. Gracias por la entrada y salud desde Cádiz.
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